Sólo su hermano pequeño le supera en la lista de los más ricos. El origen de la fortuna de Sawiris y su inmensa riqueza proviene de inversiones en el sector de telecomunicaciones, sobre todo en Egipto, pero también en otros mercados menos populares como Irak, Pakistán, Bangladesh e incluso Corea del Norte, un país que podría proporcionarle buenas ganancias en el futuro de lograrse un acuerdo definitivo de paz.
La fortuna de Sawiris se calcula en torno a los 5.700 millones de dólares y ahora, la mitad de ese dinero ira dirigida a la compra de oro.
En una entrevista a Bloomberg, Sawiris ha anunciado sus nuevos planes de inversión y entre otras cosas cree que el oro –que actualmente se cotiza en tono a los 1.300 dólares la onza-, subirá hasta los 1.800 dólares al tiempo que un mercado bursátil “sobrevaluado” debería corregir.
Sawiris apunta como factor determinante al que es el mayor productor y consumidor de oro del mundo, China, “que no abandonará sus hábitos de consumo de oro” y a este factor, añade otras de las características propias del oro, su atractivo como valor refugio en tiempos de crisis.
“Al final, la gente también tiende a invertir en oro durante épocas de crisis y actualmente estamos llenos de estas crisis por todos lado. Sólo hay que echar un vistazo a lo que sucede en el Medio Oriente y el resto del mundo y el Sr. Trump –en referencia al presidente de los EE.UU.,- no ayuda”.
Naguib es el hijo mayor de Onsi Sawiris, el patriarca de la familia. Estudió en un colegio alemán de El Cairo y más tarde en la Escuela Politécnica de Zurich. Tras su graduación entró en la empresa familiar Orascom en 1979.
Desde entonces, el crecimiento de la empresa ha sido notable, diversificando inversiones en los sectores de los ferrocarriles, las tecnologías de la información y las telecomunicaciones. En 1997, se creó Orascom Telecom, de la que Sawiris fue nombrado presidente ejecutivo, y de la que directa o indirectamente controla el 57% de la compañía.