El jueves vence el plazo para que los interesados en comprar la petrolera lo manifiesten. Hasta ahora no hay ofertas.
El jueves se cumplen los siete días hábiles que la justicia otorgó para que los interesados en salvar a Oil Combustibles SA de la quiebra, se inscriban. Aunque hubo muchos rumores sobre posibles interesados, a la fecha nadie se anotó y la principal empresa del Grupo Indalo, propiedad de Cristóbal López, entra en la cuenta regresiva. La AFIP, principal acreedor de la compañía, ya había anticipado que la quiebra directa era el “camino inexorable”.
La deuda de Cristóbal López con la AFIP ya supera los 21.000 millones de pesos. El 90% de la misma corresponde a Oil Combustibles, en parte por los 8.000 millones que no tributó durante el gobierno de Cristina Kirchner, cuando se quedó con la plata del Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (ITC) que recaudaba en sus estaciones de servicio. Esa cifra acumuló intereses y punitorios, y se le sumó una deuda post concursal por dejar de pagar el mismo impuesto. El número creció aún más, porque 25 empresas del holding Indalo adeudan los aportes a la seguridad social por más de 1.900 millones de pesos.
La AFIP que conduce Leandro Cuccioli tiene un único objetivo: cobrarle la totalidad de la deuda sin facilidades de pago al empresario K. Por eso entiende que la quiebra de Oil Combustibles es el camino más directo para resguardar el patrimonio de la compañía -que es la garantía ante el Estado al momento de cobrar lo adeudado-, y preservar los puestos de trabajo.
Sin embargo, el juez comercial Javier Cosentino entendió que la mejor manera de sortear la situación de la compañía era con la apertura del cramdown, un proceso de “salvataje” que implica un freno a que los acreedores se queden con una empresa que no puede pagar sus deudas. Aunque esta figura no está contemplada para casos de supuesto fraude, el juez comercial lo habilitó.
El proceso comienza con la apertura de un registro durante siete días hábiles para que los interesados en “salvar” la empresa se inscriban. Eso ocurrió el 16 de abril.
Una vez anotados en el registro, hay una serie de requisitos que deben cumplir los interesados: entre otros, cancelar la deuda pre concursal y post concursal, que la AFIP sólo acepta cobrar en un plazo de doce meses.
En el caso concreto de Oil además se requirió que los interesados sean refinadores de petróleo, y que posean experiencia en el negocio y management. Para las autoridades de la empresa, esta decisión “restringe mucho las ofertas posibles”.
El juez Cosentino determinó que los interesados en enfrentar el salvataje de la petrolera de López también deberán presentar equipos técnicos, capacidad técnica en cada área debidamente acreditada, un plan de negocios con los recursos humanos que ocuparía, los fondos que aplicaría y un cronograma de actividades; así también el flujo de fondos proyectado para cancelar la deuda pre y post concursal y atender el futuro del negocio.
Además, se deberá especificar cuántos empleados piensa mantener del plantel actual de Oil, qué costo implica y de qué forma va a atenderlo. En la actualidad, la petrolera tiene 400 trabajadores directos.
Según confirmaron fuentes de la empresa a Clarín, hasta ahora no se anotó nadie en el registro, pero no descartan que en los próximos días pueda presentarse alguien.
“El problema de Oil no es sólo financiero, sino también reputacional. Sus dueños (Cristóbal López y Fabián De Sousa) son investigados judicialmente en varias causas”, señalaron fuentes de la compañía. A esto debe sumarse que los aún administradores, Ignacio Rosner y Santiago Dellatorre, también están siendo investigados por presunto fraude en Comodoro Py, a raíz de la intención de adquirir las acciones del Grupo Indalo.
De no anotarse nadie en los próximos tres días en el registro, la empresa irá indefectiblemente a la quiebra y esto, según señalaron desde el propio holding, “pone en riesgo el funcionamiento de todo el Grupo”. Oil Combustibles no sólo es el principal activo de Indalo, sino su principal fuente de financiamiento: por años fue la responsable de otorgar créditos a otras firmas del holding y cubrir sus gastos corrientes.
Son días decisivos para el Grupo de Cristóbal López, que en 2003 no llevaba el nombre de Indalo y que sólo contaba con doce empresas. Hoy está integrado por 170 compañías y bajo una fuerte investigación judicial.