El representante de la filial de energía para Sudamérica de la española, José Ignacio Escobar, apunta a que la reactivación minera aumentará la demanda eléctrica.
Un ambicioso plan para crecer en el sector energético chileno tiene la española Acciona basado en tecnologías renovables, con lo que espera más que duplicar su potencia instalada en el país en cuatro años.
El director general para Sudamérica de Acciona Energía, José Ignacio Escobar, cuenta que tienen definido alcanzar un cronograma claro de proyectos para sumar 700 megawatts (MW) al 2022, un aumento relevante desde los 291 MW que la firma opera en Chile.
Para esto, comenta el ejecutivo, la compañía invertirá más de US$ 600 millones. Esto los acerca a la meta autoimpuesta de llegar al 2025 con 1.000 MW de capacidad instalada.
“Creo que el primer objetivo que nos impusimos lo cumpliremos con creces. Posteriormente a eso tenemos planes de expansión para el resto de la región, pero queremos seguir creciendo en Chile, aunque no hemos definido la siguiente meta pensando en 2030”, sostuvo.
Acciona tiene en funcionamiento el parque eólico Punta Palmeras (45 MW), en la Región de Coquimbo; y en la Región de Atacama, el parque solar fotovoltaico El Romero (246 MW).
Escobar cuenta que están decididos a sumar cuatro nuevas iniciativas. La más avanzada es el parque eólico San Gabriel (183 MW), en la Región de La Araucanía, que inició construcción y entraría en operación a fines del 2019. La inversión ascenderá a US$ 300 millones.
Asociado al reciente contrato firmado con Enami para abastecer el 100% de su consumo de energía, la compañía gatilló el desarrollo de dos nuevos proyectos solares fotovoltaicos en el país: Usya (64 MW) y Almeyda (62 MW). Ambos proyectos consideran una inversión total de US$ 150 millones y partirían su construcción el próximo año.
A esto se suma que durante 2020 darán el vamos a la construcción del parque eólico Tolpan, cuya potencia final está en análisis, pero que rondaría los 100 MW. La inversión prevista es del orden de los US$ 150 millones.
“Tenemos un plan de crecimiento de largo plazo en Chile. Además de estos cuatro proyectos, tenemos un pipeline en distintas etapas de desarrollo muy robusto. Nuestro deseo es aumentar la participación. Chile es un país que tiene una creciente demanda de energía”, complementa Escobar.
Indica que si bien tienen una cartera de iniciativas creadas por la firma desde cero, no descartan la compra de iniciativas en distintas etapas de desarrollo o hasta en funcionamiento. “Estamos monitoreando permanentemente el mercado en la medida que aparezcan oportunidades interesantes de adquisiciones, ya sea proyectos brownfield o incluso en operación”, sostiene.
Para muchos actores de la industria, el menor crecimiento económico produjo una sobreoferta de energía, lo que también se ha visto reflejado en los bajos precios vistos en el último tiempo, sin embargo Escobar refuta esta mirada. “No creemos que exista sobreoferta, sino que es un escenario competitivo que Chile extrañó por muchos años y ahora lo estamos viendo”, comenta.
Añade que “por fin estamos viendo operar un mercado competitivo. Chile, por muchas décadas, estuvo mal acostumbrado a estar obligado a consumir energía cara, contaminante y proveniente de un oligopolio. Eso restó mucha competitividad a nuestra industria”.
Pone como ejemplo a la minería, industria que, dice, se vio afectada por la falta de competencia y altos precios, teniendo una peor posición frente a otros países productores de cobre.
Adelanta que el país tendrá un aumento en la demanda eléctrica impulsada, entre otras razones, por el repunte minero y el esperado nuevo superciclo del sector. “Ya hay proyectos que se están reactivando o expansiones que estaban stand by, pero ahora se están retomando”, opina.
A esto se suma la calefacción eléctrica y la electromovilidad, que seguirán aumentando en el futuro.