En el acumulado de enero a lo que va de abril, los molinos de viento prácticamente han volcado un volumen de electricidad similar al que inyectaron a la red del ente las cuatro represas históricas: Salto Grande, Palmar, Baygorria y Rincón del Bonete.
Los buenos niveles de generación que han mostrado los parques eólicos que están instalados a lo largo y ancho del país permitió a la Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE) utilizar un porcentaje relativamente bajo de su parque térmico, pese a un notorio déficit de lluvias que restó producción a las represas.
Es más, en el acumulado de enero a lo que va de abril, los molinos de viento prácticamente han volcado un volumen de electricidad similar al que inyectaron a la red del ente las cuatro represas históricas (Salto Grande, Palmar, Baygorria y Rincón del Bonete).
De acuerdo a la información que recaba el portal de UTE, los embalses atendieron el 42% de la demanda de energía eléctrica, una descenso pronunciado frente al 58,4% que habían mostrado a esta altura del año pasado.
La ausencia de lluvias en la cuenca del río Negro llevó a UTE a preservar al máximo las represas de ese caudal para los meses de otoño e invierno, cuando la demanda de energía tiende a incrementarse.
En la otra vereda, el volumen de generación que volcaron los parques eólicos pasó de una participación del 30,5% en enero-abril de 2017 a 40% en igual período de este año. Esa expansión (de casi 10 puntos porcentuales) permitió a UTE reducir su dependencia del parque térmico cuando enfrenta ciclos de baja producción en sus represas.
El año pasado, el ente había apelado apenas al 1,6% de sus máquinas a combustibles fósiles para atender la demanda, porcentaje que trepó a 4,9% este año, una expansión relativamente moderada frente a otros años de sequía cuando podía superar el 50%.
Otro de los puntos que sobresale en la matriz energética local es el crecimiento de otra renovable: la energía solar. Las plantas solares registraron entre enero y lo que va de abril una participación como fuente del 4,6%, mientras que un año atrás su cuotaparte era apenas del 1,5%.
Finalmente, donde no hubo variantes fue en la producción de biomasa, la cual prácticamente en su totalidad está concentrada en las pasteras de UPM y Montes del Plata. En lo que va de este año, su participación como fuente de generación llega al 8,4%, en línea con el 8% que registró el año anterior.
El arranque de 2018 claramente no fue favorable para UTE -el principal agente del mercado eléctrico- para la exportación de energía eléctrica a sus vecinos (Argentina y Brasil).
En lo que va de enero a abril, el ente apenas exportó 3.413 megaWatts/hora (mWh), frente a los 155.654 que había colocado en igual período del año pasado. De hecho, luego de casi tres años, el país accedió a una oferta argentina para importar durante algunas horas en marzo unos 3.059 mWh.
El año pasado UTE obtuvo unos US$104 millones por el negocio de exportación de energía, que tuvo a Brasil como su principal cliente. Para 2018, las autoridades tenían la expectativa de repetir al menos esa cifra, aunque ello dependerá de cómo se comporten los excedentes que eventualmente podría ofrecer UTE en lo que resta del año.
Por otro lado, donde sí hubo un cambio significativo en el negocio de exportación fue con los agentes privados. En lo que va del año, estos llevan exportados 19.667 mWh, casi seis veces por encima de lo que colocó UTE.
El primer operador privado eólico del mercado spot (no tiene contrato de venta firme con UTE) autorizado a vender a Argentina fue la empresa Ventus en noviembre del 2017, mientras que luego se sumó el parque Ceosa del empresario argentino Alejandro Bulgheroni