Sr. Marcelo Álvarez.: La actividad de la minería en Argentina hoy atraviesa un buen momento. Durante los últimos dos años, se incrementó y duplicó la exploración, eje fundamental para su futuro desarrollo. Asimismo, se produjeron considerables avances institucionales, tanto a partir del diálogo entre Nación y las provincias, como en el tripartito, que comprende al Estado, los gremios y la industria.
A su vez, se está generando, en la inversión internacional, una mirada de país distinta, y tuvimos la posibilidad de corroborarlo en el último viaje a PDAC 2018 (Asociación de Prospectores y Desarrolladores de Canadá). Argentina está optimizando su posición para ser seleccionada como destino de negocio importante. Actualmente, San Juan es el tercer territorio de inversión en América Latina, junto con Chile y Perú. Esto es posible gracias a las decisiones que tomó la provincia con el objetivo de crear incentivos para la exploración, que no son, necesariamente, beneficios para las empresas, sino que servirá para que el capital de riesgo que llega a la Argentina a explorar, pueda ser implementado en la tarea específica de mayor cantidad de metros de exploración, con el fin de lograr más expectativas de proyectos. Cuanto mayor sea la inversión, más se verán beneficiadas las provincias, ya que eso implicará contratación de personal, maquinaria, campamentos, y una serie de proveedores, que, alineados a la labor exploratoria, aumentará un 100% el desarrollo local.
Por estos motivos, las expectativas son muy positivas, y la transformación institucional que estamos analizando desde la CAEM, a través de la implementación del programa HMS, se alinea con el objetivo del Presidente de la República, las organizaciones sociales, y con aquello que el mundo demanda para la minería del futuro: transparencia, buenas prácticas, y desarrollo real de las comunidades.
-¿Qué medidas tomadas por el Gobierno son las que destaca?
M.A.: El Gobierno tomó medidas importantes a nivel macroeconómico, desde el punto de vista de la generación de información y la articulación con las provincias. Asimismo, las regiones se desempeñaron de manera muy eficiente con el fin de mejorar sus capacidades y normas para el ingreso de inversión. Es importante destacar, también, el trabajo que llevaron a cabo los Gobiernos de Jujuy, San Juan, Salta, Catamarca y Santa Cruz. Creemos que comienzan a darse las condiciones, a pesar de que aún quedan muchos temas por resolver. Por otro lado, es necesaria un área de infraestructura que posibilite delinear los planes del Gobierno con los proyectos mineros que podrían surgir en el futuro, y que los mismos cuenten con la base requerida para un desarrollo de largo plazo.
-¿Ustedes están cooperando para facilitar la circulación de transporte con determinados productos?
M.A.: Exacto. De hecho, se avanzó el año anterior, y ya se iniciaron las primeras exportaciones de mineral de litio hacia el paso fronterizo con Chile, lo cual representa una mayor competitividad para Argentina y menores costos para las entidades. No solamente comprende a caminos y aeropuertos, sino también a aquello relacionado con infraestructura eléctrica, un eslabón importante para el desarrollo de la industria.
-¿En qué instancia se encuentra el desarrollo del programa HMS de la CAEM?
M.A.: La implementación del programa HMS de la Cámara en la Argentina ya se encuentra consolidado. Este cuenta con un equipo de trabajo independiente, financiado y dotado de los recursos necesarios para la ejecución continua. Al principio, surgió como una idea; hoy es una realidad. El país está siendo modelo de implementación a nivel global. Incluso, llevaremos a cabo dos protocolos que aún no se efectúan en ningún sitio del mundo. Uno de ellos estará vinculado al agua, y el otro, al cierre de mina. Existen diversas empresas que ya firmaron y comenzaron a realizar el análisis de brecha a fin de iniciar la adecuación de los mismos en sus yacimientos. Por lo tanto, Argentina y la Cámara han adoptado a HMS como un pilar fundamental de gestión hacia el futuro.
-¿Están analizando la implementación de energías alternativas?
M.A.: Sí. La industria está dispuesta a analizar la posibilidad de aportar al desarrollo de esas líneas. Incluso, a contribuir o a apoyar la interconexión de algunos nodos de la red eléctrica nacional. En otros casos, como en el de Jujuy, que se asocia tanto a la energía solar como a la eólica, se están evaluando diversos proyectos en las tres alternativas; vinculados a la interconexión o a la energía renovable.
-¿Cuál es el objetivo de estos proyectos?
M.A.: Es importante destacar que no solo nos focalizamos en el desarrollo productivo, sino que además, apuntamos a lograr que esta interconexión beneficie también al de las comunidades y al de otras industrias. El objetivo es que el avance de estos proyectos de infraestructura ligados a la minería, representen el inicio del cambio de la matriz económica de la región.
-¿Se requiere de mucha mano de obra local para llevar a cabo estos emprendimientos?
M.A.: Exactamente. Estos proyectos se desarrollarán en lugares en donde escasea la energía, y las comunidades no disponen de potencia suficiente para generar otro tipo de industrias. Se debería generar un potencial de industrias ligadas a otras actividades a partir del apalancamiento que provoca un proyecto minero.
-¿Existe un número concreto sobre la inversión de estos proyectos mineros?
M.A.: Hay números, aunque por el momento, no contamos con uno exacto. Nosotros anunciamos, hace dos años, una cifra que propusimos al país desarrollar durante los siguientes cinco años. Probablemente, no logremos cumplir esa meta por distintas circunstancias de orden de macroeconomía internacional de mercados y porque existen otras cuestiones que aún no pudieron resolverse en el país. Sin embargo, se encuentran en carpeta de diálogo entre el Gobierno y las provincias. Tal es el caso de la habilitación de las regiones en las que, actualmente, se prohíbe la minería, o la Ley de Glaciares, que todavía está en discusión. No obstante, se obtuvieron buenos resultados; la cuestión del litio fue una inversión que no teníamos contabilizada en aquella propuesta realizada en 2016, y que hoy representa más de 600 millones de dólares. Lo mismo ocurrió con distintas inversiones que llegaron para explorar, que significan 400 millones de dólares. Gracias a las medidas económicas del Gobierno, muchas compañías incrementaron la exploración a fin de extender la vida útil de sus proyectos. En el caso particular de la minera Goldcorp, en el proyecto Cerro Negro con el que contamos en Santa Cruz, anunciamos, recientemente, una inversión de 750 millones de dólares a lo largo de los próximos cinco años para la apertura de un portal anual, lo que implica extender la vida útil de nuestra mina, la exploración, y por lo tanto, generar más recursos y reservas para el desarrollo futuro del proyecto en esa provincia. Esta es una inversión genuina, directa, que si bien no es una mina nueva, representa el desarrollo en el complejo minero de Cerro Negro y una ampliación de la cantidad de tiempo y de recursos para el desarrollo del proyecto.
-¿Qué porcentaje de la Argentina se exploró hasta el momento?
M.A.: Todavía no alcanzamos el 25% de la exploración de las áreas geológicas potenciales para el desarrollo minero. Por tal razón, se está trabajando fuertemente en el desarrollo institucional, así como también, en la consolidación de las mejores prácticas por parte de la industria. Por otra parte, nos encontramos avanzando en la exploración a fin de que, cuando realmente lleguen los proyectos mineros de gran inversión para la construcción y producción, estemos preparados como país para afrontar el desafío que tenemos hacia adelante. Definitivamente, la industria será un motor importante de desarrollo, que requerirá de total transparencia, buenas prácticas, y ser un impulsor transformador de las regiones para el bien del país. Mientras eso sucede, nos preparamos; sabemos que Argentina necesita mayor inversión para superar la situación macroeconomía que atraviesa, y disminuir el déficit. Desde nuestro lugar, acompañamos al Gobierno para que esa inversión nos alcance. En ese sentido, es imprescindible el mecanismo del diálogo constructivo.
-¿Existe un cambio de tecnología?
M.A.: Sí. El cambio es de gran magnitud. La nueva minería que llegará al país en los próximos años, lo hará con una impronta tecnológica importante. Por eso, también tenemos el desafío de trabajar con los proveedores locales y con nuestro instituto de ciencia y tecnología, no solo para capacitar a la gente, sino también para lograr generar nuevas tecnologías nacionales y emprendimientos que permitan apoyar el diseño de minería que se aproxima.
Por otro lado, el 5 de abril comenzamos a trabajar en una mesa conjunta: Estado, proveedores, y CAEM, con el objetivo de generar espacios de discusión y de acuerdo sobre hacia qué dirección hay que desarrollar tanto para nutrir a la industria argentina como para producir una de proveedores que puedan abastecer al mundo. Para ello, además de competitivos, debemos ser creativos a la hora de identificar en qué aspectos nuestra región tiene la posibilidad de ser un factor diferenciador con el resto de los países.
-¿Se produce una escasa utilización de túneles en el país?
M.A.: La mayoría de las empresas están cada vez más orientadas al desarrollo de la minería subterránea. Incluso, muchos proyectos a cielo abierto, hoy analizan la posibilidad de trabajar bajo esa modalidad. Tal es el caso de la Patagonia. Estamos investigando los mecanismos tecnológicos a fin de aprovechar el gran diseminado que existe, ya que la decisión de una minería subterránea depende de cómo esté depositado el mineral en el territorio; si se encuentra diseminado o es vetiforme. Es decir, llevar a cabo un proyecto a cielo abierto implica analizar ciertas cuestiones técnicas y de extracción del mineral.
Asimismo, se está trabajando sobre el almacenamiento de las colas; estamos llevando a cabo, en algunas empresas, proyectos piloto. En algunos países comenzaron a implementarse, con mucho éxito, los diques de cola secos, o la diseminación completa de los mismos a través de otro sistema. Esto permite eliminar los pasivos ambientales y los riesgos de incidentes que puedan afectar cursos de ríos o comunidades. Tenemos la certeza de que el desarrollo futuro de la minería implicará menores peligros, mayor seguridad para los trabajadores y rentabilidad para el desarrollo de las sociedades. Creo que vamos en la dirección correcta, y esperamos contribuir, de esa manera, al progreso del país.