Anglo tiene la intención de retener al menos un 51% en el proyecto cuprífero Quellaveco y permanecer como operador, dijo Hennie Faul, un alto ejecutivo de la compañía.
Anglo American Plc no se deja distraer por las tensiones comerciales a nivel global y la turbulencia política en el Perú conforme avanza hacia una multimillonaria decisión sobre construir la próxima gran mina de cobre del mundo: Quellaveco.
La compañía con sede en Londres está bien encaminada para presentar el proyecto Quellaveco a su junta a mediados de año y es el tramo final para incorporar a un socio para asumir parte del costo, dijo Hennie Faul, máximo ejecutivo de los negocios de Cobre de Anglo en una entrevista en Santiago.
Los permisos están listos y Anglo está revisando un estudio de factibilidad junto con su actual socio en el proyecto, el conglomerado japonés Mitsubishi Corp. que tiene una participación del 18%. Mitsubishi ha dicho que está en conversaciones con Anglo para aumentar su participación, y Faul señaló que ha habido mucho interés por parte de otros posibles compradores.
Anglo planea retener al menos un 51% de la propiedad y permanecer como operador, agregó.
Si bien Faul declinó identificar a otras partes interesadas o el tamaño de la participación que se vendería, señaló que el proceso de venta está "sucediendo ahora mismo" y será parte de la aprobación del proyecto.
"Mitsubishi también es parte de ese proceso, pero ha habido mucho interés de parte de otros", dijo. "Eso solo muestra que Quellaveco es un buen recurso, pero también que hay mucho interés en el cobre".
Problemas de oferta
En la víspera de la conferencia anual del cobre Semana Cesco, que se celebra en Santiago, Faul presentó un positivo panorama para las perspectivas a largo plazo del metal.
Mientras que los productores están saliendo de una fuerte caída de los precios con balances más sólidos y márgenes saludables, tendrán problemas para hacer frente a la demanda después de años de ajustarse el cinturón debido a los altos costos y lentitud que implica una expansión de la producción, dijo Faul.
La economía de China y, por lo tanto, su demanda del metal industrial, continúa creciendo, aunque a un ritmo más lento, y la electrificación contribuirá a impulsar el uso del cable de cobre, dijo.
Agitación en Perú
En el corto plazo, las existencias en bodegas han aumentado, pero aún se encuentran en niveles que apoyan los precios actuales, dijo Faul, quien predijo que el mercado se moverá hacia un ligero déficit tan pronto como el próximo año. La escalada en una disputa comercial entre Estados Unidos y China podría impulsar los precios durante los próximos seis meses a un año, agregó.
"Todavía creo que la demanda existirá; es más la oferta lo que se convierte en una interrogante", señaló. "Va a ser difícil mantener el ritmo incluso con una demanda de crecimiento lento".
Dados los desafíos, los productores probablemente se volcarán más hacia acuerdos para asegurar el crecimiento, aunque en el caso de Anglo el foco sigue siendo extraer más valor de sus operaciones actuales, dijo Faul.
Por ejemplo, en la mina Los Bronces, al noreste de Santiago, Anglo usa inteligencia artificial y aprendizaje automatizado para reducir los costos de energía. Se está realizando el trabajo de prefactibilidad para las opciones de expansión en Los Bronces y la mina Collahuasi en el norte de Chile.
Anglo no ha sido disuadido por la reciente agitación política en el Perú, que culminó en marzo con la renuncia del presidente Pedro Pablo Kuczynski después de menos de dos años en el cargo.
El nuevo presidente, Martín Vizcarra, tiene fama de conciliador tras haber alcanzado notoriedad en el pasado al disipar protestas en un país que ha visto proyectos multimillonarios bloqueados por la oposición de comunidades. Por su parte, como nuevo ministro de Energía y Minas fue nombrado Francisco Ismodes, un ex ejecutivo minero.
En su mayoría, las instituciones peruanas continúan funcionado durante los cambios políticos, y Anglo no anticipa disturbios civiles. La junta entiende al país y al proyecto Quellaveco, dijo Faul.
"Tenemos que manejar esas incertidumbres políticas, pero no vemos eso como un riesgo importante para Perú", señaló. "No es Venezuela en lo absoluto".