El retiro por ahora marca el fin de las esperanzas de la enorme empresa energética de realizar perforaciones en los yacimientos de petróleo en el Océano Ártico de Rusia.
Exxon Mobil Corp. está poniendo fin a proyectos ambiciosos con PAO Rosneft, el gigante energético estatal de Rusia, debido a las sanciones internacionales que se le han impuesto a Moscú, abandonando logros contractuales de su ex jefe ejecutivo, el secretario de Estado Rex Tillerson.
Exxon señaló que decidió el año pasado retirarse después de que el gobierno de EE.UU. impuso nuevas sanciones a Moscú por su supuesta interferencia en las elecciones presidenciales de 2016. Este castigo se suma a las sanciones europeas sobre Rusia por sus acciones en Ucrania.
El retiro, por ahora, marca el fin de las esperanzas de Exxon de realizar perforaciones en los yacimientos de petróleo en el Ártico de Rusia, considerado una de las grandes cuencas de gas y petróleo no exploradas del mundo. Exxon perforó un pozo exploratorio que, según informó, produjo resultados prometedores, pero tuvo que detener los trabajos debido a las sanciones. La empresa esperaba poder reanudarlos en el futuro, con la aprobación del gobierno de Trump o con el levantamiento de las sanciones más adelante.
Rosneft manifestó en una declaración que fue difundida por las agencias rusas de noticias que apoyaría el retorno de Exxon a los proyectos en el futuro si fuera posible legalmente.
El Kremlin había esperado que los acuerdos desbloquearan nuevos recursos significativos que podrían ayudar a Rusia a mantener su posición como el productor de crudo más grande del mundo. El presupuesto federal de Rusia depende de las ventas de petróleo y gas, las que constituyen aproximadamente un tercio de sus ingresos. Sin la tecnología de socios como Exxon, Rusia tendrá que hacer grandes esfuerzos para acceder a esos recursos, aseguran analistas, aunque tiene muchos otros yacimientos en tierra para mantener la producción.
En 2011, Tillerson logró la sociedad para el Ártico bajo las narices de la competidora BP PLC, cuyo intento por alcanzar un acuerdo similar fue desbaratado por un desafío de sus otros socios rusos en su empresa conjunta TNK-BP. Rosneft más tarde selló un acuerdo con BP y esos socios, un grupo de magnates, para asumir la dirección de TNK-BP, entregando a la compañía británica una participación de casi el 20% en Rosneft. Desde entonces, BP ha firmado acuerdos con esta última para explorar depósitos de gas y petróleo en tierra.
Tillerson más tarde recibió la Orden de la Amistad, el más alto honor que Rusia puede conferir a un extranjero.
Otras empresas importantes también han continuado en Rusia, aunque muchas han reducido los planes debido a las sanciones que igualmente han impedido intentos para producir petróleo de esquisto. Total SA de Francia formó sociedad con una empresa que pertenece en parte a un antiguo conocido de Putin para lanzar un proyecto de gas de US$ 27 mil millones en el Ártico el año pasado.
ENI SpA de Italia informó que las perforaciones en un proyecto conjunto con Rosneft en el Mar Negro seguían adelante pero que estaba revisando la situación legal con respecto a las sanciones estadounidenses. Exxon todavía tiene fuertes inversiones en Rusia a través de un proyecto petrolero frente a la isla de Sajalín en el Pacífico.
Rusia y Rosneft, mientras tanto, han considerado cada vez más en los últimos años a China en su búsqueda de financiamiento y sociedades. CEFC China Energy Co. obtuvo una participación del 14,2% en Rosneft el año pasado; China National Petroleum Corp. y un fondo de inversión del Estado chino tienen participaciones en el proyecto de gas ártico.
El gobierno de EE.UU. condenó el envolvimiento de Exxon en Rusia, cuando la empresa siguió intentando proseguir con su sociedad a pesar de la crisis por la intervención de Moscú en Ucrania, lo que incluyó su anexión de Crimea.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. el año pasado impuso una multa de US$ 2 millones a Exxon por lo que llamó una "negligencia imprudente" de las sanciones estadounidenses contra Rusia mientras Tillerson era jefe ejecutivo. Los acuerdos fueron firmados por un miembro del círculo de allegados de Putin, Igor Sechin, jefe ejecutivo de Rosneft, en quien se centraron las sanciones.
Exxon calificó la multa de "excesiva", y agregó que era contrario a la dirección que adoptó el gobierno de Obama. La compañía ha impugnado la multa en tribunales federales.
El Presidente Donald Trump también propinó un golpe a las ambiciones rusas de Exxon el año pasado, al declinar descartar las sanciones por los proyectos de la compañía con Rosneft.
Críticas
El gobierno de EE.UU. condenó el negocio de Exxon en Rusia, cuando la empresa siguió intentando proseguir con su sociedad, a pesar de la crisis por la intervención de Moscú en Ucrania, lo que incluyó su anexión de Crimea.