Los precios del petróleo han subido este lunes, respaldados por las esperanzas de nuevas reducciones de producción a la espera de una reunión entre los líderes de la OPEP y los productores de petróleo de esquisto de Estados Unidos, prevista para el transcurso de la jornada.
El contrato de abril de petróleo crudo del West Texas Intermediate de Estados Unidos se ha situado en 61,76 USD por barril a las 9:35 horas (CET), justo por encima de los mínimos de dos semanas y media registrados el viernes en 60,13 USD, subiendo en torno a un 0,83% o 51 centavos.
Mientras, el petróleo Brent del ICE Futures Exchange de Londres para entrega en mayo avanzó en torno a un 0,84% o 54 centavos hasta situarse en 64,91 USD por barril, tras registrar mínimos de dos semanas el jueves en 63,20 USD.
Los ministros del petróleo de los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y las empresas de petróleo de esquisto de Estados Unidos se reunirán en Houston con motivo de la principal conferencia de la industria de la energía, la CERAWeek, que comienza este lunes.
El aumento de la producción de Estados Unidos ha lastrado los precios del petróleo durante los últimos meses ante los temores acerca de que el aumento de la producción de Estados Unidos podría desbaratar los esfuerzos para reducir la superabundancia del mercado.
Baker Hughes, de General Electric anunció el viernes que las empresas de energía de Estados Unidos han añadido un yacimiento hasta un total de 800 la semana que concluía el 2 de marzo, su cota más alta desde abril de 2015.
La OPEP, junto con algunos países no miembros de la OPEP con Rusia a la cabeza, acordaron en diciembre ampliar las reducciones de producción de petróleo hasta finales de 2018.
El acuerdo de reducción de los niveles de producción en 1,8 millones de barriles al día se firmó el invierno pasado por la OPEP, Rusia y otros nueve países productores. El acuerdo iba a concluir en marzo de 2018, habiéndose ampliado ya una vez.
Los participantes del mercado también han asimilado las noticias del jueves que indican que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pretende imponer aranceles del 25% sobre el acero importado y del 10% sobre el aluminio, como medida para "proteger la industria estadounidense".
Esta medida suscitó preocupaciones en torno a posibles guerras comerciales, que tendrían un impacto negativo en la economía de Estados Unidos, lastrando fuertemente la confianza en el riesgo.