La industria minera peruana ha crecido con fuerza en los últimos años, aumentando su producción de metales, principalmente cobre, y atrayendo millonarias inversiones.
El país vecino, de hecho, fue el único de entre los cinco principales productores de cobre que incrementó sus volúmenes en 2017. Por contrapartida, Chile presentó una caída por segundo año consecutivo.
No obstante este panorama, las inversiones previstas en minería para Chile durante este año son todavía superiores a las que ejecutaría Perú.
Según estimaciones que han realizado el Consejo Minero y la Sonami, esta industria realizará en Chile inversiones por US$ 7 mil millones.
Aunque esta cifra está lejos de los años de mayor inversión -en los que ha superado los US$ 10 mil millones- alcanza para doblar al país vecino si se consideran las estimaciones 2018-2019.
El Banco Central de Reserva del Perú, en uno de sus últimos informes, calculó que la inversión minera en ese país llegaría a US$ 6.529 millones durante los años 2018 y 2019. Es decir, estos dos ejercicios sumados no igualan lo que invertiría Chile en solo un año.
En Chile, destacan las inversiones de Codelco, principalmente sus proyectos estructurales en desarrollo como Chuquicamata Subterránea o Nuevo Nivel Mina de El Teniente. Pero también destacan proyectos privados como la expansión de Spence, propiedad de BHP, por cerca de US$ 2.500 millones.
En Perú, a su vez, destaca Quellaveco que, de acuerdo a información del Ministerio de Energía y Minas (MEM), está en obras tempranas, que partiría su operación en 2022 y que requiere de una inversión de US$ 4.880 millones.
Esta sería la mayor inversión de Perú luego de la inauguración de Las Bambas, adquirida por capitales chinos en US$ 5.850 millones. Se ubica entre las más grandes del mundo.
Pese a que la inversión anual de Chile supera a la de Perú, el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, apunta que existen diferencias sobre el tipo de proyectos que se ejecutan.
Sostiene que en su mayoría, las iniciativas peruanas son nuevas, mientras que en Chile son extensiones de vida útil o expansiones. "Eso significa que Perú podrá agregar nuevas toneladas a su producción de cobre, mientras que el caso chileno es una inversión de reposición, porque apuntan a compensar el deterioro de distintas minas".
Añadió que esa característica obliga a que Chile mantenga niveles altos de inversión anuales para que la producción de las minas no decaiga.
En el caso peruano, al tratarse de proyectos nuevos, no tienen la presión relacionada con el deterioro de los yacimientos.
12% de la participación mundial en la producción de cobre tiene Perú.
US$ 4.880 millones se invertirán en Quellaveco, una de las grandes minas de Perú.
1,7% creció la producción peruana de cobre en 2017.