Desde que se tiene registro no había ocurrido que el saldo de la inversión directa fuera positivo, pues siempre la entrada de capitales al país superaba la atracción por sacarlos a otras latitudes. Economistas explican que, entre otros factores, es por el menor precio del cobre.
Chile estaba acostumbrado a alumbrar en la región en materia económica, sin embargo, en los últimos años la evidencia numérica ha eclipsado esta realidad.
Los últimos antecedentes de la inversión directa de la Balanza de Pagos reflejaron esta reversión. De acuerdo a las últimas cifras de inversión directa del Banco Central (BC), los capitales que salieron para ser invertidos en el exterior superaron a los ingresaron para financiar proyectos de inversión, situación que ocurre por primera vez desde que se tienen antecedentes estadísticos similares, desde 2003.
Es así como 2017 terminó con US$6.846 millones de activos (flujos hacia afuera) frente a US$5.947 millones de pasivos (flujos que ingresan), cerrando con una diferencia de US$899 millones. Este resultado implica que en 15 años el saldo de la inversión directa es positiva, ya que históricamente eran más altos los recursos que ingresaban para financiar nuevos proyectos a los que salían.
En esta medición se incorporan las participaciones en el capital, reinversión de utilidades e instrumentos de deuda.
Entre 2003 y 2017, 2012 fue el año en que más capitales salieron del país para financiar inversiones por US$20.556 millones. Claro que ese mismo año también fue el peak de ingresos de capital por US$30.562 millones.
Si bien 2017 cuenta con cifras menores de inversión directa, cabe indicar que no son las peores de las cuales se tiene referencia. En cuanto a ingresos, 2003 fue el más bajo con US$4.059 millones; y en salidas de inversión en cinco ocasiones los montos ha sido inferiores a 2017, encabezado por 2003 con US$1.709 millones.
Entre los motivos que posibilitan que 2017 sea un año de mayor salida de inversión directa que de entrada, los economistas aducen al vaivén del precio del cobre que a partir de 2006 comenzó una escalada que culminó en US$4 la libra en el 2011, el mayor nivel registrado desde esa fecha. De ahí en adelante, la cotización del mineral rojo se debilitó hasta cerrar en US$2,20 en 2016.
Alejandro Fernández, economista de Gemines, explicó que el año pasado, tanto los flujos de entrada como los de salida fueron muy bajos: “La inversión en Chile fue la más baja en bastante tiempo indicando que el país ha perdido atractivo como receptor de inversiones”.
El analista señaló que si bien la caída de la inversión extranjera en el país (pasivos) está relacionada con el cobre, no es solo aquello. “En todo caso, es inevitable que la minería, en general, sea el sector más atractivo para invertir y eso no va a cambiar. Y probablemente fue perdiendo atractivo porque hay muchas restricciones; además, existe inseguridad respecto de las aprobaciones ambientales y de otro tipo, que hacen que sea menos seguro que se aprueben los proyectos”, advirtió.
Con un punto de vista similar, el director del Centro de Estudios del Desarrollo, Luis Eduardo Escobar, comentó que la inversión minera “es decisiva en la inversión privada extranjera que se realiza en Chile y en ausencia de ella, la inversión en el resto de los sectores es muy pequeño para compararse”.
Pero ¿cuánto representa el sector minero en la inversión extranjera? Según los datos más recientes del BC, cuando Chile alcanzó el peak de inversión en 2012, la minería representó el 50% del total con US$15.237 millones. En cambio, en 2016 (último año con datos sectoriales completos), la inversión en sector sólo representó el 12% con US$1.417 millones.
“La experiencia histórica del período que media entre 2004 y 2013 no corresponde a un criterio de normalidad, ni nada que se le parezca, ya que sólo en cuatro períodos en más de 100 años se han dado súper ciclos de precios para el cobre”, acotó Escobar.
Asimismo, recordó que hay muchas empresas extranjeras que utilizan a Chile como centro de operaciones de la región y que transfieren capitales a sus sucursales de otros países.
En tanto, el ex vicepresidente ejecutivo del Comité de Inversiones Extranjeras, Matías Mori, manifestó la necesidad de volver a discutir la necesidad “de crear un estatuto de inversión, como el Decreto Ley 600 -que fue derogado por el Gobierno-, que podría incluir otras características como un estatuto de inversión abierto a nacionales y a extranjeros”.