Hasta hace no muchos años, el cobalto se utilizaba para teñir de azul oscuro las cerámicas, pero ahora está presente en nuestro día a día en casi cualquier dispositivo, desde teléfonos inteligentes y ordenadores hasta los automóviles del fabricante Tesla.
El mineral resulta indispensable para prolongar la duración de las baterías de litio, por lo que la autonomía de coches eléctricos dependerá de su uso. Y esta es la razón por la que el mineral se ha convertido en apenas dos años en el nuevo petróleo.
El cobalto está en máximos históricos tras tocar los 80.800 dólares por tonelada métrica, la zona de récord de su precio más elevado desde 2010, año en que se introdujo la cotización del mineral en la Bolsa de Metales de Londres, el mayor mercado del mundo de intercambio de metales.
Mientras que en los primeros años el precio se mantuvo estable, fue a partir de 2016 cuando el cobalto inició la escalada alcista que le ha llevado a las cotas en las que cotiza actualmente.
En los últimos dos años, el metal ha avanzado un 270% desde los 21.802 dólares por tonelada métrica al calor de la creciente demanda de vehículos menos contaminantes. Los expertos esperan que la demanda anual aumente un 34% hasta 2026, pero las reservas del mineral escasean, lo que ha disparado su precio y ha acelerado la búsqueda de nuevos depósitos.
Entre los principales demandantes mundiales de la materia prima está China. La semana pasada, Alibaba y Foxconn lideraron la recaudación de fondos por valor de 348 millones de dólares para una start up que desarrolla coches eléctricos conectados a Internet. "La inversión puede parecer extraña para el minorista en línea Alibaba. Pero es parte de una visión más amplia del transporte que incluye herramientas para diseñar y administrar ciudades enteras. De hecho, con el respaldo del gobierno chino, Alibaba pronto podría tomar la delantera frente a los competidores europeos y estadounidenses en la carrera por definir el futuro del transporte", señala Bloomberg.
Pero los planes del gigante asiático aún van más allá. El gobierno de Pekín quiere convertir a los vehículos autónomos como uno de los sectores clave en su iniciativa "Made in China 2025", destinada a transformar al país en un fabricante mundial de productos innovadores de alto nivel. Y aún hay más. Un fabricante no anunciado de baterías de vehículos eléctricos planea implantar una fábrica con suficiente capacidad para superar la producción de Tesla y empequeñecer la proveedores para autos a batería de GM, Nissan y Audi.
Contemporáneo Amperex Technology o CATL, ya venden la mayor cantidad de baterías a los mayores fabricantes de vehículos eléctricos en el mayor mercado de vehículos eléctricos: China. Ahora quiere usar las ganancias de una oferta pública inicial pendiente respaldada por Goldman Sachs Group para hacerse con más marcas europeas y clientes seguros en EEUU.
La venta de acciones financiaría la construcción de una planta de celdas de baterías que ocuparía el segundo lugar en importancia solo para Gigafactory de Tesla en Nevada, lo suficientemente grande como para consolidar a China como el líder en la tecnología que reemplaza los motores que consumen mucha gasolina.
La fábrica podría entrar completamente en línea tan pronto como en 2020, un momento oportuno ya que China apunta a un aumento de siete veces en las ventas de vehículos de nueva energía para 2025 y considera eliminar gradualmente los vehículos de combustible fósil. "China, sin ambages, quiere ser el Detroit de los vehículos eléctricos", dijo Anthony Milewski, director general de Pala Investments Ltd. y según recoge Bloomberg, un fondo con sede en Zug, Suiza, que invierte en la cadena de suministro de EV. "No hay dudas en mi mente de que van a liderar el mundo en capacidad y, finalmente, en la tecnología".