Brasil, el mayor productor mundial de etanol a partir de caña de azúcar, se ha adentrado paulatinamente en la fabricación de biocombustible mediante maíz, una alternativa que ha ganado fuerza en el país suramericano en medio del incremento de la producción de grano.
Con una cosecha de maíz récord en los graneros, Brasil está en la búsqueda de nuevos destinos para su creciente producción y en agosto del año pasado inauguró la primera planta de etanol procesado solo a partir de este tipo de grano.
La cosecha de 2016-2017 sumó más de 97 millones de tonelada en Brasil, que se ha convertido en los últimos años en el tercer mayor productor y el segundo mayor exportador de maíz a nivel global para erigirse en un actor importante en el mercado mundial.
No obstante, las dificultades logísticas del mayor país de Sudamérica han dificultado el potencial de Brasil en este segmento, donde los márgenes se han reducido en medio de una cosecha abundante.
El año pasado, era común ver en los campos del estado de Mato Grosso, el mayor productor de maíz del país, una gran cantidad de granos expuestos al aire libre en medio de un exceso de oferta.
En medio de ese escenario, la compañía FS Bioenergia inauguró la primera planta de etanol procesado solo a partir de maíz en el estado de Mato Grosso, lo que abrió una puerta para los excesos de maíz en el país.
FS Bioenergia anunció esta semana la duplicación de su planta y la previsión, después de la ampliación, es que sean molidas más de un millón de toneladas de maíz por año, consiguiendo una producción anual de 530 millones de litros de etanol.
Hasta el momento, el etanol de maíz producido en el país salía de las plantas "flex", que fabrican tanto etanol con caña de azúcar, como de grano.
Mientras que Estados Unidos produce cerca de 50.000 millones de litros de etanol por año a partir de maíz, Brasil, el segundo mayor productor y el mayor exportador, procesa 23.000 billones de litros al año a partir de caña de azúcar.
Según la consultora DataAgro, la previsión para 2018 es de 606 millones de litros de etanol de maíz, frente a los 141 millones de litros producidos en 2015.
"El etanol producido a partir de maíz ya es una realidad y la tendencia es que aumente cada año. Brasil tiene maíz de sobra y no produce más maíz porque no hay destino", dijo el presidente de la Asociación Brasileña de Productores de Maíz, Gláuber Silveira.
De acuerdo con expertos, la principal ventaja del etanol hecho a base de maíz es que el grano puede ser almacenado y utilizado según las necesidades de la industria, lo que no sucede con la caña de azúcar, que necesita ser procesada después de su colecta.
No obstante, el etanol a partir de maíz todavía encuentra resistencia en el sector bioenergético y uno de los principales motivos es la discusión ética de usar alimentos como medio para producir combustible en un mundo en el 815 millones de personas pasan hambre, según la ONU.
"La discusión de usar alimento para producir energía es un poco llana. El maíz utilizado para el etanol proviene de las sobras que existen en el país. Además, al producir etanol de caña también deja de producirse azúcar, que también es un alimento", según el presidente de Abramilho, Glauber Silveira.
Por otro lado, el investigador de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) Antônio Álvarol, considera que es importante tener en cuenta las tendencias internacionales para la producción de energía.
"Brasil necesita ver a quién va a vender el etanol producido. Actualmente, ningún país del mundo depende del etanol como matriz energética, a excepción del propio Brasil. En Estados Unidos es usado como aditivo para la gasolina, y no como combustible en sí".
Y añadió: "Además de eso, las tendencias mundiales no se dirigen hacia el uso de fuentes líquidas de energía, como petróleo y etanol, y sí para matrices más sostenibles, como la solar y la eólica".