Se estima que la minería de esta moneda digital utiliza más recursos energéticos que todos los vehículos eléctricos en el mundo. Su sostenibilidad podría estar en riesgo.
El plan de Vakhtang Gogokhia para sacar a las criptomonedas del inframundo del ciberespacio se basa en una estrategia conocida para muchos fabricantes de la vieja escuela que utilizan mucha energía: cuanto más barato el combustible, mejor.
Por eso Gogokhia, que preside una empresa emergente llamada Golden Fleece, puso un contenedor cargado de computadoras construidas en China dentro de una fábrica de tractores de la era soviética abandonada en Georgia, unos 100 kilómetros al este del Mar Negro. El emplazamiento resultaba lógico para hacer funcionar servidores las 24 horas del día porque tenía acceso a la electricidad de bajo costo generada por el agua que fluía desde las cercanas montañas del Cáucaso. También existen planes para paneles solares y turbinas eólicas.
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La electricidad renovable se está convirtiendo en la manera preferida de explotar monedas digitales como Bitcoin en tanto los precios suben y la industria busca más potencia informática. Los combustibles tradicionales como el carbón siguen siendo básicos para muchas redes de servicios eléctricos, pero grandes mineras como Bitmain Technologies, HIVE Blockchain Technologies y Bitfury Group están aprovechando la electricidad limpia en lugares como Canadá, Islandia y Paraguay… y atrayendo a inversionistas preocupados por el impacto ambiental del carbono.
“Para conquistar las riquezas de la criptomoneda”, dijo Gogokhia, de 28 años, máximo responsable ejecutivo de Golden Fleece y ex empleado de la red eléctrica estatal, “nos propusimos construir parques de minería baratos, ecológicos y sustentables en Georgia”.
Es fácil ver por qué se está prestando más atención a las fuentes de energía. Los cálculos cada vez más difíciles necesarios para crear nuevas cadenas de bloques --los libros mayores digitales encriptados que llevan las criptomonedas-- requieren computadoras más y más potentes. Y muchas de las grandes torres de servidores necesitan aire acondicionado para no recalentarse. El consumo de electricidad del sector aumentó casi ocho veces en los últimos 12 meses y el gasto en electricidad puede carcomer entre 30 % y 60 % de los ingresos, estima Bloomberg New Energy Finance.
“El precio de la electricidad impulsa en gran medida dónde se lleva a cabo la minería”, dijo Christian Catalini, que fundó el Cryptoeconomics Lab en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en las afueras de Boston. “Si el precio de la electricidad aumenta en un lugar, la minería simplemente se traslada a otra parte”.
El avance hacia una mayor movilidad de los productores llevó a Hydrominer GmbH de Austria y a Envion AG de Suiza a integrar centros de datos repletos de computadoras a contenedores que pueden transportarse a nuevos sitios.
En el último año, se volvió más rentable crear criptomonedas prácticamente en todas partes, en la medida que los precios aumentaron vertiginosamente, generando una rápida expansión global de las actividades mineras junto con cientos de nuevos tipos de tokens. Solamente Bitcoin fue valuada en más de US$325.000 millones en diciembre –superando la capitalización de mercado de Wal-Mart Stores, después de subir a casi US$20.000 la unidad desde menos de US$800 un año antes-.
No obstante, las computadoras indispensables para crear y sostener a Bitcoin requieren la misma cantidad de electricidad por día que 30 reactores nucleares funcionando a capacidad plena, y el sector ya está utilizando más que todos los vehículos eléctricos del mundo, estima BNEF. Si bien la tecnología que rodea la creación de criptomonedas puede volverse más eficiente, requiriendo menos energía, los costos de la electricidad continúan siendo una preocupación clave para las mineras, especialmente después de que este mes Bitcoin cayó por debajo de US$8.000.