El problema del agua no es tan simple como poder localizar una fuente cautiva para comenzar un desarrollo, es mucho más complicado.
"Desde el origen del suministro (superficial, terrestre, marítimo o de terceros), la gestión (recirculación y eficiencia) hasta la descarga (tratamiento y descarga final), hay repercusiones políticas, ambientales, económicas y sociales", dijeron los analistas.
Todo esto ha llevado a los inversionistas a preguntar a las compañías mineras cómo planean administrar los recursos hídricos cuando evalúan proyectos de inversión potenciales.
"Esta pregunta es tan importante como el retorno [de la inversión] de una empresa porque sin agua simplemente no habrá retorno".
El agua es cara: representa alrededor del 10% del gasto de capital de infraestructura, según Wood Mackenzie.
También es una fuente potencial de conflicto político, ambiental y social. Esto podría deberse a que el recurso se encuentra en regiones de sequía o escasez, tiene el potencial de causar contaminación por descarga, o su consumo masivo podría tener un impacto en las comunidades circundantes.
La forma en que las compañías planean usar y almacenar esta agua también enfrenta un mayor escrutinio.
"El requisito de regulaciones ambientales en diferentes regiones y países también lleva a la suposición de que los gobiernos aplicarán regulaciones más estrictas debido a la escasez o contaminación de los recursos hídricos", dijeron los analistas.
Con los desastres de presas de relaves aún frescos en la memoria, estas regulaciones solo serán más estrictas.
Como resultado, se necesitarán recursos hídricos más sostenibles y la industria tendrá que mejorar su historial en lo que respecta al reciclaje del agua.
Wood Mackenzie dijo que la industria está enfrentando el problema, y en respuesta ha recurrido al uso industrial y al agua de mar en oposición a los recursos de ríos, lagos y humedales. El uso de agua de mar y de agua recirculada aumentó un 250% y un 125% entre 2012 y 2016, según la firma de investigación.
Pero como se ha demostrado con las plantas de desalinización en Chile, el costo de usar y procesar el agua de mar es alto.
BHP (AU: BHP) y sus socios deben invertir US $ 3.400 millones para una planta de 2.500 litros por segundo en su mina de cobre Escondida, según Wood Mackenzie.
Como resultado, las empresas tendrán que mejorar mucho el reciclaje de agua para evitar ese gasto de capital o garantizar que la recuperación de la inversión sea superior al desembolso inicial.