Exxon Mobil, Royal Dutch Shell, Total y sus rivales reducirán el gasto en exploración de petróleo y gas por quinto año consecutivo en el 2018, según la consultora Wood Mackenzie (WoodMac), a pesar de la creciente urgencia de reponer las reservas tras años de contener la inversión.
A pesar del mejor arranque en los precios del crudo en cuatro años, las principales petroleras internacionales todavía dudan sobre acelerar la búsqueda de nuevos recursos porque la determinación de retener capital está pesando más que las expectativas de descubrir prósperos yacimientos.
Exxon Mobil, Royal Dutch Shell, Total y sus rivales reducirán el gasto en exploración de petróleo y gas por quinto año consecutivo en el 2018, según la consultora WoodMac, a pesar de la creciente urgencia de reponer las reservas tras años de contener la inversión.
La inversión global en exploración, vital para aumentar la producción y compensar el declive natural de los yacimientos existentes, alcanzará los US$ 37,000 millones en el 2018, un 7% menos que un año antes y más de un 60% por debajo del máximo del 2014, según WoodMac.
En lo que respecta a las grandes compañías del sector, el gasto bajará en conjunto cerca del 4% este año y representará aproximadamente una décima parte de la inversión en exploración y producción de petróleo y gas, conocida como "upstream".
"Esta podría ser la nueva normalidad y los días en el que uno de cada seis dólares se dedicaban a la exploración formarán para siempre parte del pasado", dijo WoodMac en un informe.
Sin embargo, los descensos eclipsan un modesto repunte en la actividad de perforación ante la caída de las tarifas de las plataformas y el foco en cuencas bien conocidas permiten a las empresas rentabilizar mejor la inversión, en opinión de Andrew Latham, analista de WoodMac.
"La inversión disminuirá año tras año, pero la actividad se mantendrá plana o subirá ligeramente", dijo a Reuters en una entrevista.
El derrumbe de los precios del petróleo en el 2014 provocó una profunda reducción de costos en el sector, pero sus empresas siguen necesitando incrementar sus recursos a medida que menguan las reservas.
Con el precio del crudo y los beneficios en fase de recuperación (el barril está ahora por encima de los US$ 65, un máximo desde mediados del 2015), el impulso para aumentar las reservas solo puede crecer.
La tasa de éxito en la exploración ha caído del 40% al 35% en la última década, poniendo de relieve la importancia que han tenido las adquisiciones como alternativa, aunque por lo general más costosa, para sumar recursos.
"El gasto en exploración seguirá siendo bajo ... lo que implica la necesidad de más fusiones y adquisiciones", dijeron analistas de RBC Capital Markets.
Tras destinar más de US$ 30,000 millones en adquisiciones en el 2017, las grandes petroleras previsiblemente seguirán haciendo compras seguras en zonas en las que ya operan, aunque "la ventana para el M&A en upstream esté empezando a cerrarse", añadió la firma, en alusión al precio más alto de los activos.
De nuevo habrá que estar pendientes de las principales compañías por la fortaleza de sus balances frente a petroleras más pequeñas, dijo Latham de WoodMac.
Se espera que la exploración se centre en cuencas de aguas profundas como México, Brasil y Guyana, donde se han realizado grandes descubrimientos en los últimos años, haciendo albergar más confianza en la obtención de recursos adicionales.
El creciente interés por la exploración se puso de manifiesto el pasado octubre, cuando las principales petroleras compitieron por bloques en la primera subasta de petróleo en aguas profundas de Brasil para operadores extranjeros, en la que Shell se adjudicó la mitad de los bloques.