"Para los exportadores, es importante lograr un crecimiento promedio anual de 15% porque a esta tasa se logrará la meta de duplicar las exportaciones al 2021”, dijo el presidente de Adex.
Debido a factores como el incremento de los precios internacionales y la mayor extracción minera y pesquera, las exportaciones peruanas cerrarían el 2018 con un incremento de entre 12% y 15% respecto al 2017, estimó el presidente de la Asociación de Exportadores (Adex), Juan Varilias.
“Sería el tercer año consecutivo que cerraría en azul”, manifestó luego de recordar que en el 2017 se obtendrá un alza de 20,2% en los despachos totales.
Precisó que los envíos tradicionales aumentarán en este año en 24,8%, mientras que un crecimiento de 9,3% se verá en las exportaciones no tradicionales.
Según el empresario, esta última tasa es relevante, porque significa dejar atrás cinco años de estancamiento.
Sobre los envíos con valor agregado, Varilias mencionó que detrás de ese resultado (incremento de 9, 3%), se observan comportamientos diferentes de dos sectores sumamente importantes por su impacto en la generación de empleo: la agroexportación y la industria.
La primera crecería 10,6% pese a El Niño Costero y la segunda lo haría en 6.3%, luego de presentar una caída promedio de -4% en los últimos cinco años.
“Todo ello permitirá que este año, los despachos cierren en alrededor de US$ 43 mil 630 millones, que si bien representaría un crecimiento de 20.2%, aún está 5.6% por debajo de su récord histórico de US$ 46,225 millones alcanzado en el 2012”, puntualizó.
Respecto al 2018, el presidente de Adex refirió que el resultado dependerá, en gran medida, del comportamiento de los precios de los minerales y el petróleo, la rapidez y efectividad con la que se impulsen las exportaciones no tradicionales y también el trabajo de las propias empresas.
“Para los exportadores, es importante lograr un crecimiento promedio anual de 15% porque a esta tasa se logrará la meta de duplicar las exportaciones al 2021. Si creciéramos a esta tasa, lograríamos superar la barrera de los US$ 50 mil millones el 2018, o incluso acercarnos a los US$ 51,000 millones”, dijo.
Varilias comentó que crecer a un menor ritmo pondría en riesgo la meta de duplicar los envíos, por lo que consideró importante la decisión política de impulsar ese sector de manera competitiva.
“En las actuales condiciones la exportación es el principal motor para mejorar la economía peruana que podría crecer en más de 5% anualmente si se dan los pasos correctos”, comentó.
En ese sentido, refirió que se necesitan cuatro requisitos de forma urgente para dinamizar las exportaciones y la economía nacional: primero, avanzar rápidamente en la remoción de obstáculos y sobrecostos impulsando el trabajo de las mesas ejecutivas sectoriales, creadas por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Segundo, acelerar la agenda de competitividad para empezar a cerrar las brechas en infraestructura, educación y fortalecimiento institucional, y, tercero, implementar políticas de desarrollo sectoriales para que, en el marco de una política macroeconómica responsable, se afronten los problemas institucionales y estructurales que limitan el desarrollo de sectores productivos, ricos en recursos naturales pero con escaso desarrollo empresarial.
Finalmente, promover una agresiva promoción de las exportaciones basada en la internacionalización de empresas y en la diversificación de productos y mercados.
“De esta forma daremos pasos concretos para que nuestro país siga en la senda del crecimiento”, concluyó Varilias.
De acuerdo a la medición de la unidad de estudios del BBVA, el Índice de competitividad sectorial de las exportaciones (ICSE) durante el tercer trimestre se elevó en la minería y en el sector silvoagropecuario y pesquero, pero cayó en la industria respecto al trimestre anterior.
Aunque el precio de los productos que vende Chile al exterior ha aumentado en el último año, la competitividad de las exportaciones registró comportamientos disímiles mostrando que no todos los sectores se ven igualmente beneficiados con el buen viento mundial.
De acuerdo a la medición de la unidad de estudios del BBVA, el Índice de competitividad sectorial de las exportaciones (ICSE) durante el tercer trimestre se elevó en la minería y en el sector silvoagropecuario y pesquero, pero cayó en la industria respecto al trimestre anterior.
En general el índice en septiembre mejoró al marcar 91,8 puntos versus los 79,8 en igual período de 2016, y frente a los 89,4 puntos de junio de este año, pero aún se mantiene bajo el nivel 100. “La evolución de la competitividad de las exportaciones en los últimos doce meses es disímil entre sectores. Aumenta significativamente en la minería, de la mano de los mayores precios del cobre; aumenta menos en los sectores silvoagropecuario y pesquero y retrocede en la industria”, indica BBVA en su publicación de diciembre de Observatorio Económico.
Por sector, el indicador minero aumentó a 91,1 puntos (frente a los 73,1 puntos de septiembre de 2016, y 87 del trimestre inmediatamente anterior); el silvoagropecuario y pesquero llegó a 96,9 puntos (86,6 y 91,2 puntos, respectivamente); y el ICSE industrial marcó 92,7 en el tercer trimestre (versus 89,2 y 94 puntos, respectivamente).
Además, el ICSE registra los datos según la evolución de dos variables: precios (IPC) y salarios. De acuerdo al primero la competitividad en la minería subió 19,6% entre julio y septiembre; en el silvoagropecuario y pesquero fue de 7,3%, mientras que cayó 0,4% en la industria. Según evolución de los salarios, el ICSE en el tercer trimestre para los mismos sectores fue de 16%; 3,1%; y -4,4%, respectivamente.
“La evolución de los indicadores en el tercer trimestre muestra que pese a las alzas de los precios en los mercados internacionales, el incremento de los costos laborales y el fortalecimiento multilateral del peso, impiden una mejoría en los resultados de los sectores exportadores”, señala el estudio.
El ICSE-BBVA que fue publicado por primera vez EN mayo de 2016 busca medir el desempeño de la competitividad cambiaria sectorial de las exportaciones, de forma desagregada en los tres principales tipos de productos que se envían al exterior: productos mineros, industriales y silvoagropecuario y pesquero
“Medir esta competitividad resulta relevante porque contrario a lo que se pensaría, la depreciación del peso ocurrida en los últimos años no ha permitido que el sector exportador recupere dinamismo, lo que parece estar dando cuenta que dicha depreciación ha sido insuficiente para que los productos locales sean competitivos a nivel internacional”, sostiene el informe.
Son tres los factores que influyen en este Índice: la evolución multilateral del tipo de cambio, los precios de exportación en dólares para cada sector y la evolución de los salarios sectoriales.
En el tercer trimestre el peso se fortaleció frente al dólar y en términos multilaterales con lo que el tipo de cambio real se ubicó entre 3% y 5% bajo su promedio de largo plazo. En septiembre, la paridad frente al dólar resultó 32% sobre el nivel de abril de 2013, y en términos multilaterales el tipo de cambio quedó sólo 11% en igual comparación. “En suma el dólar promedió $643 en el trimestre lo que significó una caída de 3,2% respecto del trimestre previo y de 2,9% respecto de igual período en 2016”, acota el informe.
En tanto, los precios de los envíos durante el tercer trimestre subieron 15,1% en 12 meses, no sólo impulsado por el cobre; mientras que las remuneraciones agregadas mantuvieron su aceleración creciendo anualmente en el tercer trimestre 5,6%.
