El bitcoin tiene un secreto sucio.
Este año, la criptomoneda fascinó a los mercados con alzas desbocadas en tanto los inversores acudieron en masa hacia un activo que solo existe en el ciberespacio. Pero la laboriosa creación de cada bitcoin digital con redes informáticas privadas tiene consecuencias reales: un enorme uso de energía, inclusive de los combustibles que más contaminan.
Un ejemplo de ello son ocho galpones de metal de 100 metros de largo en el norte de China. Bitmain Technologies Ltd. administra una torre de servidores en Erdors, Mongolia Interior, con unas 25.000 computadoras dedicadas a resolver los cálculos codificados que generan cada bitcoin. Toda la operación usa electricidad producida con carbón, al igual que cada vez más “minas” de criptomonedas que están surgiendo en China.
El uso de electricidad de la industria mundial tal vez ya equivalga al de 3 millones de hogares estadounidenses y supere el consumo individual de 159 países, según el Índice Digiconomist Bitcoin Energy Consumption. A medida que se crean más bitcoins, aumentan el grado de dificultad de los cálculos que generan fichas y la necesidad de electricidad.
“Producir esto se volvió contaminante”, dijo Christopher Chapman, analista de Citigroup Inc. en Londres.
La energía siempre formó parte del ADN del bitcoin. La persona a quien se atribuye la creación de la moneda, identificada solo como Satoshi Nakamoto, creó el sistema que otorga monedas virtuales por resolver rompecabezas complejos y utiliza un libro contable digital codificado para monitorear todo el trabajo y cada transacción. A medida que el mercado fue creciendo y transformándose de una cultura de hobby en 2009 a un fenómeno global este año, las grandes redes fueron necesitando cada vez más poder informático.
El precio del bitcoin se disparó más de 2,000% en los últimos 12 meses en algunas bolsas y tocó el récord de más US$ 17,800 este viernes. El 11 de diciembre, Cboe Global Markets Inc. comenzó a ofrecer futuros del bitcoin que alcanzaron US$ 18,850 el primer día de operaciones. Existen otras criptomonedas, como el ethereum y el litecoin, pero el bitcoin es la más grande por lejos.
China, que obtiene un 60 por ciento de su electricidad del carbón, es la operadora más grande de “minas” informáticas y probablemente represente un cuarto de la electricidad utilizada para crear criptomonedas, según un estudio de la industria publicado en abril por Garrick Hileman y Michel Rauchs, de la Universidad de Cambridge.
Las estimativas de cuánta electricidad se usa en la creación de criptomonedas varían mucho, desde la producción de un reactor nuclear de gran tamaño hasta el consumo de toda la población de Dinamarca. Pero los analistas están de acuerdo en que el uso de electricidad de la industria se está expandiendo rápidamente, en especial tras un avance de los precios que casi cuadruplicó el valor del bitcoin en los últimos tres meses.
El uso total de electricidad en la minería del bitcoin aumentó 30 por ciento en los últimos 30 días, según Alex de Vries, analista de blockchain de 28 años de la empresa contable PwC.
“El consumo de energía es una locura”, dijo de Vries, que creó el blog Digiconomist para mostrar los posibles riesgos de la criptomoneda. “Si comenzamos a usar esto a escala global, matará el planeta”.