FEDERICO ARINGOLI
Las operadoras alistan proyectos de segunda línea para ingresar al programa de precios subsidiados. La Provincia reclamó cambios a Nación. Las principales compañías buscan anotarse en el nuevo Plan Gas con proyectos sin desarrollo. Gutiérrez reclama que se cambie el cálculo para las áreas en marcha.
La reglamentación del nuevo Plan Gas (Resolución 46) fue un baldazo de agua fría para las petroleras con desarrollo de gas en Vaca Muerta. Centralmente para YPF que anota más de 20 millones de metros cúbicos de fluido no convencional (20% de la producción total del país). Pero la decisión del ministerio de Energía, que conduce Juan José Aranguren, derivó en dos nuevos escenarios: las operadoras se pusieron a revisar sus proyectos gasíferos para cambiar la jugada y el gobierno provincial busca que se reconozca una mayor porción del gas shale y tight que ya se extrae.
La medida, que extiende los subsidios a los precios del gas no convencional en la Cuenca Neuquina, fue una de las partes del gran acuerdo para el desarrollo de Vaca Muerta. Fue una medida que sirvió para destrabar otros acuerdos, quizá con mayores costos sociales y políticos, como la andenda laboral y el congelamiento tributario para la provincia y los municipios.
El senador Guillermo Pereyra fue quien insistió en condicionar la aplicación de los cambios laborales, que en los hechos funcionó como una flexibilización, hasta no tener la garantía de una continuidad en los precios diferenciales para el gas neuquino.
En la industria hay coincidencia en señalar que los desarrollos no convencionales, más costosos para su explotación, necesitan de precios altos hasta conseguir la escala de negocio. Esta política fue inaugurada durante la gestión petrolera del exministro de Economía kirchnerista Axel Kicillof.
El objetivo de reducir las importaciones de gas a precios que triplicaban el valor interno, dio buenos resultados. Pero para las petroleras de no existir una continuidad, los esfuerzos realizados con inversiones en infraestructura y desarrollos, quedarían a mitad de camino.
La Resolución 46 fue la noticia que esperaba la industria. Pero su reglamentación (Resolución 419) fue la que no esperaban. El ministerio de Energía restringió el acceso al sendero de precios -que comienza en 7,5 dólares en 2018 y termina en 6 dólares en 2021- básicamente a los nuevos proyectos.
Para los desarrollos no convencionales con más de 500 mil metros de producción diaria, que son la mayoría de los bloques con desarrollo, el acceso a los precios diferenciales será sólo para los metros cúbicos que se consigan por encima del promedio de producción del último año.
Desde las compañía aseguran que esto deja fuera de economía a la mayoría de las áreas con producción no convencional. Entienden que llevarlos a precios de mercado -unos 2 dólares por debajo- no permite el repago de las inversiones necesarias sólo para sostener los niveles productivos. Las características del shale y el tight obligan a mantener un intenso plan de nuevas perforaciones que, de no cumplirse, puede hundir la extracción hasta un 30% en un año.
Los bloques El Orejano, Rincón del Mangrullo (YPF) y Lindero Atravesado (PAE) aportan casi 12 millones de metros cúbicos diarios de gas que representa el 20% de lo que se extrae en Neuquén. Por ejemplo estos proyectos, que apuntalaron la producción no convencional en los últimos años, no calificarían para ingresar al nuevo programa.
El ministerio de Energía de la provincia, que dirige Alejandro Nicola, trabaja intensamente por estas horas para analizar una suerte de catarata de nuevos proyectos de gas. Con el nuevo plan la Provincia es el primer mostrador por el que pasan los proyectos interesados en ingresar al esquema de precios diferenciales.
El límite de tiempo tiene dos variables: Nicola asume como concejal de la capital neuquina el próximo 10 de diciembre y el 31 del mismo mes vencen los anteriores programas de incentivo. El nombre del próximo ministro es aún una incógnita y, además, a las operadoras les resulta cómodo trabajar con el actual titular de la cartera, que llega desde la gestión de Jorge Sapag.
Las principales compañías alistan proyectos sin rodaje. En su mayoría son áreas que no estaban entre las prioridades de las operadoras. Son bloques con buenas perspectivas productivas pero alejadas de las zonas donde hoy está disponible la mayor concentración de infraestructura, esto las encarece y en una primera etapa les quitó atractivo.
El objetivo de las empresas es claro: mudar inversiones a aquellos yacimientos que puedan pasar de cero a cien en el corto tiempo o, por lo menos, avanzar lo más posible en los cuatro años que el Estado garantiza precios diferenciales.
En el caso de YPF los ingenieros trabajan en alistar varios de los pilotos que la compañía puso en carpeta a principio de año. Son planes que estaban pensados como pilotos, pero que se adelantarán sus plazos iniciales. Entre los nuevos proyectos se anotan algunos bloques como Aguada la Arena, Cerro Arena, Salinas del Huitrin y Las Tacanas. Todos sobre la ventana de gas seco.
Otras compañías caminan en el mismo sentido en busca de vencer los plazos para acceder al nuevo plan.
En paralelo el gobernador Omar Gutiérrez confirmó reuniones con funcionarios de Energía nacional por la reglamentación del nuevo Plan Gas. El tema preocupa en el gabinete porque tiene una estimación para el presupuesto 2018 de un crecimiento del 20% de la producción de gas.
El mandatario neuquino busca flexibilizar la orden del presidente Mauricio Macri de reducir las erogaciones por subsidios. Considera que una modificación técnica permitiría garantizar lo que también es una apuesta del gobierno nacional como el aumento de la producción de gas.
Gutiérrez planteó que para los bloques que ya se encuentran en producción, en vez de tener en cuenta el promedio del último año, se considere un período más amplio que llegue hasta los tres anteriores. Esto permitirá achatar considerablemente la curva base y le dará mayor cobertura de precio a las operadoras. En vez de pagar subsidio sólo al gas nuevo, contemplaría un piso más bajo aumentando los metros cúbicos con cobertura. Una ecuación que seduce a las operadoras.
Concesiones individuales. El nuevo programa no computa producción por operadora sino por cada concesión.
Producción computable. En los bloques de menos de 500.000 metros cúbicos diarios la producción se computará completa. Los que tienen más de 500.000 metros cúbicos diarios –que son la mayoría– sólo podrán conseguir valor subsidiado para todo lo que produzcan por encima de la línea del promedio anual.
Yacimientos gasíferos. Deja fuera de juego al gas asociado que suele extraerse en los bloques petroleros.
Pagos. El valor será considerado precio y se liquidará 88% a las operadoras y 12% a las provincias (regalías).
El gobernador Gutiérrez insiste en ampliar el promedio que computa la curva base para los proyectos que ya tienen desarrollos en áreas no convencionales.
55.000.000 metros cúbicos de gas produce la provincia de Neuquén. Es el 50% de lo que se extrae en todas las cuencas del país.
u$s 7,5% es el precio que garantiza el Estado a partir de 2018 para los proyectos del Plan Gas.
30% es lo que puede decliar un yacimiento no convencional si no se mantiene la inversión para continuar perforando hasta alcanzar el máximo.
La firma del pacto fiscal tuvo para Neuquén un punto sorpresivo. A los consultores que revisaron la reforma tributaria, que formaba parte del acuerdo, se les pasó de largo la inclusión un nuevo impuesto: un gravamen que busca sancionar las emisiones de gases contaminantes. El tributo además de alcanzar a los combustibles líquidos también incluye a la producción de gas.
Las primeras en identificarlos fueron las compañías petroleras que indicaron que de aplicarse significará un 25% del precio actual del gas.
La posta la tomó inmediatamente el gobernador Omar Gutiérrez quien criticó que se agregue un nuevo impuesto en el marco de un pacto para reducir la presión fiscal y que, fundamentalmente, se atente contra todos los acuerdos logrados para el desarrollo de Vaca Muerta.
El tema lo llevó hasta los despachos de los ministros Juan José Aranguren (Energía), Marcos Peña (Gabinete), Nicolás Dujovne (Hacienda) y Rogelio Frigerio (Interior). En diálogo con “Río Negro” aseguró que encontró “buena predisposición” para modificar o eliminar el tributo.
Sin embargo la preocupación sigue latente. Para el gobierno cumplir con el Acuerdo de París es un punto casi indiscutible. La principal apuesta es quitar a la producción de gas del rango de cobertura del impuesto.
Este tributo ecológico junto con las modificaciones al Impuesto a la Transferencia de Combustible (ITC) forman parte del paquete que armó Nación para reemplazar el andamiaje impositivo de los combustibles y crear una suerte de “amortiguador” que minimice los sacudones de un mercado liberado.
En caso de aplicarse al gas, las inversiones proyectadas para Vaca Muerta podrían verse fuertemente afectadas por la imposición de un costo no previsto.