El ejercicio de divulgar esta información producida en medios locales y esparcida por las redes sociales ha generado diversas reacciones al interior del ámbito minero. Mayoritariamente surgieron voces que, sin contrastar las denuncias y basándose en experiencias pasadas, han descalificado de plano la polémica información. Apoyándose, para ello,  en que las fotografías de las aves muertas eran antiguas y ya utilizadas en otros artículos similares en Argentina y en Chile.

No ha faltado el empresario o funcionario que recriminara a este diario, que presta también un servicio de seguimiento cotidiano de prensa, la publicación del caso de los flamencos muertos. Otras posiciones más sensatas adscriben a la idea de que la minería debe hacerse eco de las noticias inquietantes y dar claridades.

Mining Press ha preguntado a los responsables de la información en la administración pública catamarqueña si se ha verificado y si se va a hacer algo al respecto, para desmentir y dar tranquilidad a la sociedad sobre la estabilidad de la fauna en un ecosistema sensible que hoy es mapa de importantes recursos de litio, profusamente difundidos en los últimos días.

Las autoridades mineras de la Nación, a través de sus contactos de prensa, también han relativizado la información mencionada, desentendiéndose del caso, con el sabido pretexto de que los recursos son soberanía de las provincias.

La historia reciente de la minería en la Argentina está plagada de críticas a la actividad y de respuestas como éstas. Seguros de que la razón los asiste, protagonistas e impulsores de la minería en el país han optado sistemáticamente  por el cómodo silencio durante años.

Valga el ejemplo: ahora ex funcionarios de una importante provincia minera sonreían en el pasado con desprecio cuando se les preguntaba desde la prensa especializada acerca de informes polémicos sobre el impacto de la minería en agua, glaciares y medio ambiente. Por los costados de ese ninguneo, creció allí un movimiento anti minería que vía redes sociales alcanzó repercusión internacional.

En la minería argentina sobrevive una inercia intelectual propia de otra época, de cuando el sector era pequeño y predominantemente no metalífero. De un tiempo histórico en el que el medio ambiente impactado por la actividad humana no sensibilizaba como hoy en éste país y en el mundo.

El caso de los flamencos en Catamarca es un muy buen test de la relación con la opinión pública a la que puede aspirar el negocio minero y sus controles estatales.

Sobre todo, puntualmente, porque apunta la sustentabilidad de la actividad de la minería de litio, sobre la cual tantas expectativas existen en la actualidad.

El gobierno de Lucía Corpacci y las mineras actuantes en su provincia deben dar a conocer lo antes posible qué ha pasado con los flamencos y cuánto hay de cierto en las denuncias publicadas.

Otras provincias con exploraciones y explotaciones de litio generoso en el Noroeste argentino podrían también aprovechar el envión y divulgar cómo es el impacto medioambiental de esta actividad. 

La sugerencia es pertinente, dada la conocida resistencia de la minería a aceptar la realidad. Por su principio dialéctico de que ingenieros y geólogos son los únicos que tienen la verdad, fundamentada en la ciencia y en la técnica,  y que por ello no deben explicarle nada a nadie. Lo cual ha llevado a esta industria a perder prestigio social primero y oportunidades de inversiones después

Al par de voces destempladas de la minería que ayer le dijeron a Mining Press que no puede publicar esas cosas porque perjudican a la industria minera, esta publicación les hace llegar sus más afectuosos saludos.