Algunas compañías son buenas cuando se trata de adquisiciones. El presidente de Berkshire Hathaway, Warren Buffet, ha utilizado más de un centenar de adquisiciones durante décadas para ayudar a apalancar US$ 1,200 en ahorros de su serie de periódicos en uno de los imperios empresariales más grandes del mundo.
Rio Tinto Group no es una de esas compañías. De hecho, es difícil encontrar una adquisición desde la compra en 2000 del productor australiano de mineral de hierro North Ltd. que no haya sido una catástrofe de primer nivel. Eso debería poner nerviosos a los inversores ante la posibilidad de que pueda estar por realizar una nueva gran adquisición en el área del litio.
Rio Tinto está trabajando con asesores en una oferta por una participación en Soc. Química y Minera de Chile, dijeron el viernes personas familiarizadas con el asunto a Jack Farchy, Dinesh Nair y Thomas Biesheuvel de Bloomberg News. SQM, como se conoce a la empresa, atraviesa un período de éxito: sus acciones han subido más del doble este año mientras que el precio del carbonato de litio se ha triplicado desde el inicio de 2013. Una compra de la participación del 32% en poder de Potash de Saskatchewan tendría un valor de US$ 4,800 millones a los precios actuales. Si cree que ha visto esta película antes, es porque así fue… y nunca ha terminado bien.
Los precios del aluminio subieron más de 50% en los dos años anteriores a que Rio Tinto frustrara a Alcoa en una oferta de US$ 38,100 millones por la canadiense Alcan en 2007. En los 24 meses siguientes, el metal cayó hasta acercarse a sus niveles más bajos en dos décadas y Rio terminó siendo rescatado de sus problemas de deuda por Aluminum de China.
Como si esa experiencia no fuera suficiente, la gerencia regresó tres años más tarde por otro bocado de una apetecida materia prima. Con las adquisiciones de Riversdale Mining Ltd. y Coal & Allied Industries en 2010 y 2011, Rio Tinto trató de aprovechar la entonces boyante demanda de carbón de coque (que aumentó un 62% durante 2010) y carbón térmico (que subió un 50%). La primera fue vendida tres años después por aproximadamente el 2% de su precio de compra de US$ 3,700 millones y ahora es objeto de una denuncia por fraude por parte de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos. Coal & Allied se vendió a principios de este año a un valor accionario cercano a un tercio de lo que Rio Tinto y su socio Mitsubishi Corp. habían pagado originalmente.
Ni siquiera un acuerdo menos prominente, como la compra de la participación que BHP Billiton Ltd. tenía en Richards Bay Minerals, ha tenido un buen resultado. Durante 2011, los precios de su producto principal, el dióxido de titanio, subieron un 43%, según el Servicio Geológico de EE.UU. Desde el acuerdo de US$ 1,700 millones en 2012, en su mayoría han estado en una prolongada caída.
El año pasado, las ganancias de la división que incluye a Richards Bay, en la costa este de Sudáfrica, fueron menos de la cuarta parte del nivel que registraban en el año de la compra. Todo esto debería ser una poderosa razón para que el presidente ejecutivo Jean-Sebastien Jacques evite zambullirse en los salares chilenos de SQM. Como ha sostenido Gadfly, el mercado del litio probablemente no esté tan ajustado en el mediano plazo, a pesar de la actual exuberancia de los precios. Si Jacques quiere hacer una apuesta alcista, es mucho mejor que gaste dinero en Jadar, el yacimiento que Rio Tinto tiene en Serbia y que afirma podría ser uno de los más grandes del mundo.
Por supuesto, Jacques puede haber aprendido de los errores de sus predecesores. Entrar en la sala de datos de adquisición de SQM le daría a Rio Tinto información sobre las operaciones de la compañía y una mejor comprensión del aún oscuro mercado del litio de una manera que ayudaría a Jadar, una apuesta mucho mejor que una adquisición directa, argumentó la semana pasada el analista de Bernstein Paul Gait.
Los accionistas debieran esperar que eso sea cierto. Por los cerca de US$ 5,000 millones que necesitaría para comprar a Potash la participación en SQM, Jacques podría obtener una participación mayoritaria en Alcoa, compañía que según Gadfly tendría perspectivas mucho más atractivas. A pesar de todos los problemas de Rio Tinto con las adquisiciones de aluminio, el actual Alcoa se concentra en activos de producción y exploración más atractivos y genera más del doble de la Ebitda de SQM a partir de un valor empresa que tiene solo dos tercios del tamaño.
A lo largo de los años, las principales adquisiciones de Rio Tinto han demostrado ser un indicador opuesto inquietantemente premonitorio para los bienes básicos. Cuando compran, es una buena idea vender. Por su propia reputación y la de su compañía, lo mejor que Jacques podría hacer con este acuerdo sería dejarlo.