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AMBIENTE
Concluye Bonn 2017 con debates por el carbón
17/11/2017

Bonn 2017, clave para garantizar los compromisos de París

MINING PRESS/ENERNEWS/El Independiente

Isabel García Tejerina*

El compromiso de España con la Agenda Climática se expresa con hechos: hemos cumplido con las obligaciones de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en exigidas por Kioto 1 y estamos en la senda de cumplimiento de Kioto 2, que cubre el periodo 2013- 2020. Todo ello, sin olvidar el marco a medio y largo plazo que supone el Acuerdo de París, sobre el que ya estamos trabajando. Porque los patrones actuales de crecimiento tienen que girar hacia la sostenibilidad, para lo que son necesarios marcos previsibles y cuanto más anticipados en el tiempo mejor.

En ese sentido, la Cumbre del Clima de Bonn (COP23) tiene una gran relevancia, porque de ella y de la próxima Presidencia fiyiana de la COP depende poder garantizar que la comunidad internacional estará en condiciones de asegurar la aplicación del Acuerdo de París a partir del año que viene.

El apoyo de nuestro país a la presidencia fiyiana es pleno. Su liderazgo será clave para asegurar que se llega a 2018 con el trabajo necesario hecho. Tras dos años de negociaciones técnicas, toca ahora consolidar los debates para avanzar en el Programa de Trabajo del Acuerdo de París. Necesitamos avanzar en la letra pequeña del Acuerdo para asegurar su correcta puesta en marcha.

La Cumbre del clima de París de 2015, COP21, supuso un antes y un después en la lucha contra el cambio climático. El compromiso internacional frente al cambio climático se concretó en objetivos claros y vinculantes: evitar que la temperatura del planeta aumente por encima de los 2ºC, intentando limitar el incremento al 1,5ºC. Superar esa temperatura provocaría, como anuncia la ciencia, importantes impactos en nuestros ecosistemas y en nuestras economías. El Acuerdo de París incluye el compromiso de que todos los países pongamos en marcha medidas para reducir nuestras emisiones, y para trabajar juntos por la descarbonización de la economía mundial.

En definitiva, se trata de impulsar un cambio en nuestras estrategias de desarrollo. Un nuevo modelo de producción y de consumo sostenible y bajo en carbono, cuyos resultados persiguen preservar y dejar un mundo mejor a las futuras generaciones e involucrar en el reto a toda la sociedad, gobiernos, ciudadanos y sector empresarial.

La colaboración de todos, la alianza público-privada en la lucha contra el cambio climático, es fundamental para acelerar la transición hacia un modelo de desarrollo respetuoso con el clima. Un modelo que se basa en las tecnologías limpias y en las innovaciones bajas en carbono.

Menos de un año después de aquella COP21, el 4 de noviembre de 2016, el Acuerdo de París entró en vigor, gracias a la ratificación de la Unión Europea.

Una vez en vigor, se planteaba el reto de pasar del compromiso a la acción. En la Cumbre del Clima de Marrakech, en 2016, se adoptó un calendario para ello. En diciembre de 2018, durante la Cumbre del Clima de Katowice, se deberán cerrar todos los elementos pendientes del llamado Programa de Trabajo del Acuerdo de París.

Este Programa de Trabajo incluye cuestiones como los detalles del marco común de transparencia y obligaciones de información de todos los países; el diseño del mecanismo de revisión por el cual, cada cinco años, es necesario evaluar el progreso hacia la consecución de los objetivos del Acuerdo; o el mecanismo para facilitar la implementación y el cumplimiento del mismo.

En la COP23 debemos lograr que se progrese de manera equilibrada en todos los elementos del programa de trabajo para así conseguir cumplir el calendario acordado. El objetivo es hacerlo, además, dando participación a los más vulnerables a los efectos del cambio climático.

Bonn tiene que lograr ese progreso en el programa de trabajo. Bonn debe servir para organizar también el Diálogo de Talaona, herramienta con la que evaluar los esfuerzos colectivos de los países y el avance conseguido hacia el objetivo global de reducción de emisiones, logrando evitar el aumento de temperaturas de los 2ºC o, a ser posible, el grado y medio. Y Bonn debe permitir que la Agenda de Acción Global sobre Cambio Climático siga siendo un instrumento útil de visualización del gran número de iniciativas no gubernamentales que están en marcha, y que también marcan los ritmos a los gobiernos al demandarles acciones ambiciosas.

Bonn es, por lo tanto, un paso fundamental para seguir por la senda iniciada en París en 2015.

*Ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España

¿Qué se espera de la cumbre del clima de Bonn?

SOSTENIBILIDAD

Habrá dos países protagonistas de diferente magnitud: Fiyi, el país que preside la cumbre y representa la devastación causada por el cambio climático, y Estados Unidos, el segundo país más emisor y que anunció el abandono del Acuerdo de París

De dónde venimos y dónde estamos

En la COP21 de 2015 se adoptó el Acuerdo de París, tratado aprobado por 195 países con el objetivo de, tal como enuncia el acuerdo, mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura en 1,5 °C. 

No había pasado un año cuando el acuerdo entró en vigor en tiempo récord, en comparación con el Protocolo de Kioto, tras de ser ratificado por al menos 55 países y cubrir al menos un 55 % de las emisiones mundiales.

Casi dos años después, previa a la COP23, 168 países han ratificado el Acuerdo de París, cubriendo un 87,6 % de las emisiones globales y confirmando la unidad internacional en la hoja de ruta que pretende descarbonizar la economía. Y ahora, ¿qué esperamos de esta cumbre del clima que se está celebrando en Bonn? 

Qué se espera de la COP23 

A pesar del anuncio de abandono (aún no efectivo) por parte de los EE. UU., será imprescindible que los gobiernos de los demás países mantengan su firme compromiso, esperando un especial liderazgo de China, Canadá y la Unión Europea. Del mismo modo, será fundamental el respaldo e impulso de la acción climática por parte de las ONG, empresas y sociedad civil. 

Será importante unificar procedimientos para medir, evaluar alcances, y guiar sobre todo a los países que no implantaron las estructuras de reporting del Protocolo de Kioto. También será esencial asegurar la transparencia para que el acuerdo funcione y sea creíble, dando paso a la acción de los negocios. 

Ésta será la herramienta para incrementar la ambición como resultado del análisis y revisión de los compromisos cada 5 años de todos los países, siendo la primera en 2023. Al término de la COP23 se espera que el Diálogo Facilitativo esté diseñado, en su estructura y agenda. 

Esta hoja de ruta, concretamente en el artículo 6 del Acuerdo de París, ofrece la posibilidad de desarrollar el uso de instrumentos que faciliten el camino hacia una economía baja en carbono de manera eficiente. En consecuencia, tendrán relevancia las conversaciones sobre instrumentos, en especial el establecimiento de un precio al carbono. 

Hasta septiembre de 2017, solamente 43 países (9 de ellos en desarrollo) han hecho una promesa de contribución al Fondo Verde para el Clima. El fondo creado en la COP17 de Durban, espera un mayor compromiso para alcanzar la cantidad económica de al menos 100.000 millones de dólares al año, a partir de 2020, para ayudar a los países en desarrollo, especialmente los estados insulares, a combatir el cambio climático. 

Conforman alianza internacional para eliminar el uso del carbón como fuente de energía

EMOL

Hoy, en la cumbre climática de Naciones Unidas, 14 países adhirieron al nuevo conglomerado, sin embargo, los mayores consumidores del mineral aún no han firmado su ingreso.

Al menos 15 países se han unido a una alianza internacional para eliminar gradualmente el carbón de la generación de energía antes de 2030, anunciaron este jueves delegados en las conversaciones climáticas de la ONU en Bonn, Alemania.

Gran Bretaña, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Italia, Francia, Holanda, Portugal, Bélgica, Suiza, Nueva Zelanda, Etiopía, México y las Islas Marshall se unieron a la alianza de Energía sin Carbón. La alianza apunta a tener 50 miembros para la próxima cumbre climática de Naciones Unidas en 2018 que se realizará en Katowice, Polonia, una de las ciudades más contaminadas de Europa.

Pero algunos de los mayores consumidores de carbón del mundo, como China, Estados Unidos, Alemania y Rusia, no han firmado. El anuncio tuvo lugar pocos días después de que funcionarios del Gobierno de Estados Unidos, junto con representantes de compañías energéticas, encabezaron un evento paralelo a las conversaciones para promover “los combustibles fósiles y la energía nuclear en la mitigación climática”.

El evento provocó una protesta pacífica contra el carbón y molestó a muchos ministros que están trabajando en reglas para implementar el Acuerdo de París 2015, que apunta a eliminar a los combustibles fósiles de la economía mundial.

“Es un aviso para (el presidente de Estados Unidos) Donald Trump del Reino Unido y Canadá, dos de los aliados más cercanos a Estados Unidos, de que su obsesión por la energía sucia no se extenderá”, dijo Mohamed Adow, jefe internacional de cambio climático de Christian A


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