El encuentro del presidente argentino, Mauricio Macri con funcionarios y empresarios de la minería ha derivado en una polémica inmediata, en la prensa y en las redes sociales, que ya inquieta al gobierno nacional.

Los principales referentes del sector, que ayer elogiaban gestos de autoridad del mandatario en el meeting, como la orden bajada al ministro de Trabajo Jorge Triaca para que ponga fin al salvajismo de UOCRA en Santa Cruz (“encarece un 40% la minería en la provincia y desalienta a las mineras”, dijo Macri). Lo mismo que la decisión de ir en búsqueda de herramientas de promoción de inversiones para esta industria.

Pero un sondeo realizado por Mining Press en las últimas horas, cuando ya se habían conocido los comunicados de las organizaciones ambientalistas y se había viralizado la cuestión, han mostrado preocupación por la cuestión Glaciares, sobre todo a partir de la revelación que Cambiemos podría impulsar una modificación de la actual Ley 26.639 de Protección de Glaciares en la República Argentina.

“Al Presidente lo asesoraron mal, porque ya había consenso con la Secretaría de Minería y el Consejo Federal Minero de ir a la reglamentación de la ley, en sus artículos 1°, 2° y 6°”, dijo una alta fuente del sector que pidió el anonimato. (Curiosidades de la política: en el kirchnerismo ser N.N. tenía por fin evitar represalias y ahora el propósito es no arruinar amistades con esta administración afin).

Los protagonistas de la minería que ya libraron batallas y sufrieron derrotas, sobre todo en el terreno de la imagen pública y la licencia social, recordaron ayer cómo la política les dio la espalda, a principios de esta década, cuando intentaron hacer valer sus razones en cuanto a los suelos periglaciares y las reservas de agua en las provincias andinas del país.

Tras el primer veto del kirchnerismo, la ley protectora mencionada ordenó  la realización del Inventario Nacional de Glaciares. Diversos resultados de este relevamiento han sido criticados por la actividad minera, ya que impedirían el desarrollo de importantes proyectos que el gobierno nacional y las provincias suelen mencionar en los foros internacionales como el gran potencial geológico argentino.

Hasta hoy, la estrategia de trabajar sobre el aspecto reglamentario de la ley vigente, después de la ardua esgrima al interior del gobierno Kirchner y en la era Macri era lo que más preocupaba a los sectores de opinión y al activismo político y ecologista que procura impedir la radicación de nuevas minas en la Argentina.

La revelación de que Cambiemos impulsará un debate sobre la minería y glaciares en el Congreso Nacional no ha terminado siendo una buena noticia. “A veces te quieren dar una mano y te complican”, dijo un empresario minero a este diario mientras leía en su pantalla portátil la sucesión de reacciones adversas por la cuestión de los hielos, el agua y la minería en la Argentina.

Sabe, como sus pares del ámbito empresario, que la cuestión Glaciares, para el futuro de unos cuantos proyectos en el territorio nacional, es la madre de todas las batallas. El escenario que la anti minería estaba esperando para volver a golpear con fuerza.