“Los precios siguen apoyados por algo de demanda por seguridad, pero no hay una demanda adicional lo que implica que en realidad los precios no se están moviendo”, observó Simona Gambarini, analista de Capital Economics.
El oro subía el lunes, revirtiendo parte de sus pérdidas de la sesión anterior, porque la incertidumbre por la reforma tributaria en Estados Unidos avivó la aversión al riesgo, haciendo retroceder a las acciones desde máximos históricos.
Sin embargo, los precios del lingote se movían en un rango acotado porque los inversores aguardaban señales sobre la senda que tomará la política monetaria de Estados Unidos. A las 1245 GMT, el oro al contado subía un 0.16% a US$ 1,278.11 por onza, mientras que los futuros del oro en Estados Unidos subían US$ 4.5 a US$ 1,278.7 por onza.
El viernes, el metal perdió un 0.7%, su mayor caída desde el 26 de octubre. Si bien este año el lingote ha tenido el apoyo de algunos riesgos geopolíticos, como la agenda nuclear de Corea del Norte, una serie de factores adversos -desde la fortaleza del dólar a expectativas por tasas de interés más altas- lo han mantenido entorno a su promedio móvil a 100 días, actualmente de US$ 1,277 por onza.
“Los precios siguen apoyados por algo de demanda por seguridad, pero no hay una demanda adicional lo que implica que en realidad los precios no se están moviendo”, observó Simona Gambarini, analista de Capital Economics. “Creo que habrá algo de movimiento más cerca de la reunión de diciembre de la Reserva Federal”, agregó Gambarini.
“La mayor parte de los mercados espera que suban sus tasas (…) esto podría elevar o bajar los precios, dependiendo de lo que pase”. El oro es muy sensible a las alzas de los costos del crédito en Estados Unidos porque elevan el costo de oportunidad de mantener lingotes y al mismo tiempo impulsan al dólar, moneda en la cual se comercializa el metal.
La plata cedía un 0.09% a US$ 16,883 por onza. El platino ganaba un 0.6% a US$ 931.3 la onza y el paladio perdía un 0.15% a US$ 992.5 por onza.