Una de las mayores incógnitas de las presidenciales y parlamentarias del domingo en Chile es el porcentaje de participación. En las anteriores elecciones, de 2013, votó el 51% de los ciudadanos habilitados para sufragar. Sin embargo, en las últimas municipales, el año pasado, apenas participó un 36% del electorado, una caída histórica. Desde que en 2012 se promulgó la ley de inscripción automática en los registros electorales y votación voluntaria, la abstención comenzó a dispararse en Chile. Mientras el padrón aumenta, la participación cae.
Los políticos han llegado a cierto consenso acerca de que fue un error cambiar la legislación y tanto el Gobierno de Michelle Bachelet como otros sectores lideran campañas para animar a los chilenos a ejercer su derecho. “El 19 de noviembre, todos estamos llamados a decidir sobre el futuro de nuestro país y como Gobierno debemos facilitar la participación de la ciudadanía en #Elecciones2017. Para ello, he dispuesto que Metro, Merval y Biotrén sean gratuitos ese día”, escribió en Twitter la jefa de Estado hace algunos días.
El sector privado también está preocupado por la alta abstención. La Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), una de las principales organizaciones de empresarios, publicó un inserto en los periódicos del domingo para hacer un llamado a “ejercer responsablemente el poder del voto”. “Es el punto de partida para debatir sobre lo público y para exigir a quienes resulten electos cuentas de su gestión”, señaló la patronal. De acuerdo con un reciente estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) titulado Diagnóstico sobre la participación electoral en Chile, el promedio de votación a escala mundial es del 64%, el de América Latina es del 71% y el de Chile un 51%.
El país sudamericano presenta una de las mayores reducciones del mundo en los últimos 25 años, solo superada por Madagascar. Si en Chile en 1990 votaba un 86,9%, la cifra cayó un 36% con respecto a las elecciones de 2013. En las municipales de 2016, la participación decreció a niveles insólitos. Participaron de los comicios alrededor de 4,9 millones de personas, con lo que unos nueve millones de electores decidieron no ejercer su derecho al voto, considerando el número total del padrón electoral.
Según explica Marcela Ríos, la investigadora responsable, no existe una relación automática entre la obligatoriedad del voto y los niveles de participación. Entre los países con voto voluntario, por ejemplo, se observa que en las últimas parlamentarias en Colombia votó el 46%, mientras que en Suecia lo hizo el 83%. Una situación similar sucede con el voto obligatorio: mientras en las últimas parlamentarias en México votó el 48%, en Argentina lo hizo el 81%. “La tendencia a la caída es estable desde 1993. Es un proceso que venía de antes y que se agudizó con el cambio de legislación”, señala Ríos. “Un 87% de los países del mundo tiene voto voluntario y no se podría concluir que en todos viene cayendo la participación”, agrega.
El estudio del PNUD identifica al menos seis causas en la caída de la participación electoral chilena: el diseño político-institucional, el debilitamiento del sistema de representación, la creciente erosión en la percepción de la ciudadanía acerca de la eficacia de sus acciones frente al sistema político y las autoridades, las transformaciones sociales y económicas de los últimos 30 años, los cambios sustanciales de las nuevas generaciones y la falta de una política sistemática de educación ciudadana.
El fenómeno de la abstención se concentra entre los jóvenes, los pobres y las zonas urbanas. Pero según explica Ríos, coordinadora del Programa de Gobernabilidad Democrática del PNUD, se trata de variables interrelacionadas que se potencian. “Por ejemplo, los jóvenes de las zonas con mayores recursos votan mucho más que los de lugares más pobres. Personas pobres en zonas rurales o en ciudades pequeñas, a su vez, votan más que las de las grandes ciudades”, señala la investigadora.
Por lo tanto, “son los jóvenes pobres de grandes ciudades los que están más al margen del proceso formal de la democracia representativa”. En el estudio del PNUD se muestra un mapa de Santiago de Chile y especifica las zonas de mayor y menor participación electoral. De acuerdo con el gráfico, la abstención está cargada hacia las zonas populares y del sur de la capital, donde habita la población con menores recursos. Vitacura, una de las más ricas del país, lidera los índices de sufragio.
Dado que la abstención radica sobre todo en los jóvenes, los pobres y las zonas urbanas, los análisis políticos apuntan a que una baja participación afectaría justamente a los candidatos y partidos que pretenden representar a dichos grupos. Es decir, a la centroizquierda y a la izquierda.
Se calcula que si sufragan apenas unos cinco millones y medio de personas, por ejemplo, podría ganar en primera vuelta el expresidente de derecha Sebastián Piñera, aunque no es un escenario probable.
Considerando la tendencia histórica de la caída paulatina en la participación desde las presidenciales de 1993, todo indica que la cifra debería disminuir en comparación a los últimos comicios de 2013, donde votó un 51%.
Pero para Marcela Ríos, del PNUD, esta elección resulta incierta: “En estos cuatro años ocurrió el cambio más grande a las reglas del juego desde el retorno a la democracia”. La investigadora se refiere al paso del sistema binominal a uno proporcional, las cuotas de género, el nuevo mapa electoral con distintos distritos y, entre otras medidas, a las recién estrenadas reglas de financiamiento de la política. En este contexto, señala Ríos, “puede que tengamos una sorpresa y aumente la participación”.
MINING PRESS/ENERNEWS/Diarios
A una semana de las elecciones presidenciales en Chile los ocho aspirantes a la primera magistratura de este país andino aprovecharán cada segundo para mostrar sus propuestas y captar el voto de los indecisos. Mientras algunos candidatos optarán por reforzar su despliegue en regiones, otros recorrerán la mayor cantidad de comunas en la región Metropolitana para aumentar sus posibilidades de llegar al presidencial palacio La Moneda.
La candidata de Democracia Cristiana, Carolina Goic, privilegiará las regiones donde buscará el voto independiente y de centro, llamando a la ciudadanía a respaldar una candidatura “ética” y tendrá su cierre de campaña en el Estadio Nacional de Santiago.
El candidato de ultra derecha, José Antonio Kast, en tanto, también pondrá énfasis en las regiones del sur de Chile y se reunirá con representantes de la iglesia evangélica en el último día de campaña en un picnic en el centro de Santiago. Alejandro Navarro, candidato del Partido País, por su parte, aún no confirma un evento de cierre de campaña, ante la negativa de la banca de entregarle un crédito.
En su comando explicaron que diariamente el aspirante pasará 10 horas en terreno conversando con la gente. Asimismo, el candidato de Unión Patriótica de Chile (UPA), Eduardo Artés, se concentrará en visitas puerta a puerta, asistiendo a ferias de verduras (mercados) y plazas. Pretende realizar su cierre de campaña en Santiago con un acto que aún no ha autorizado la Intendencia Metropolitana.
El abanderado de Chile Vamos, Sebastián Piñera, por su parte, se quedará en Santiago para el resto de la campaña presidencial y tendrá su cierre de campaña en un acto que desarrollará en un parque del sector poniente de la capital. Muy dispar es lo que hará la carta del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, quien intensificará el trabajo en las regiones e incluso su cierre de campaña será en la Universidad de Concepción, ciudad distante 500 kilómetros al sur de Santiago.
El candidato oficialista, Alejandro Guillier, también se concentrará en la capital para la última semana, luego de hacer gran parte de su campaña en regiones, el candidato apuntará al legado de la actual presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Asimismo, su acto de clausura de campaña lo realizará a unos 150 metros del presidencial palacio La Moneda, donde se espera que acudan unos seis mil adherentes.
Por último, Marco Enríquez-Ominami, candidato del Partido Progresista, apuntará su última parte de la campaña a Santiago y a las redes sociales, principalmente en Facebook Live, donde además transmitirá un acto donde recorrerá las populosas comunas de Puente Alto y La Florida.
Todos los esfuerzos terminarán entre miércoles y jueves donde cada uno de los participantes de los comicios chilenos tendrán su respectivo cierre de campaña, los que irán desde actos masivos a pequeños picnic en parques. Las elecciones presidenciales se desarrollarán el próximo 19 de noviembre y se espera una participación cercana al 45 por ciento del padrón electoral, informó 20minutos.es
+Carolina Goic (PARTIDO DEMOCRACIA CRISTIANA)
+ José Antonio Kast (INDEPENDIENTE)
+ Sebastián Piñera (PACTO CHILE VAMOS)
+ Alejandro Guillier (PACTO LA FUERZA DE LA MAYORÍA)
+ Beatriz Sánchez (PACTO FRENTE AMPLIO)
+ Marco Enríquez-Ominami (PARTIDO PROGRESISTA)
+ Eduardo Artés (PARTIDO UNIÓN PATRIÓTICA)
+ Alejandro Navarro (PARTIDO PAÍS)
A solo 16 días de las elecciones presidenciales chilenas, la mayoría de las encuestadoras y expertos prevén que ningún candidato superará el 50 por ciento en la primera vuelta y habrá una segunda ronda.
Todos los sondeos le otorgan al abanderado de la derechista Chile Vamos, el exmandatario Sebastián Piñera (2010-2014), más del 40 por ciento de la intención de voto, pero ninguno lo ubica como ganador de la Presidencia en primera ronda.
Para evitar la segunda vuelta, programada para el 17 de diciembre próximo, un postulante al presidencial Palacio de La Moneda requiere al menos el 50 por ciento de los sufragios más uno, lo que hasta ahora parece difícil.
Los pronósticos más optimistas le otorgan a Piñera una adhesión electoral en torno al 45 por ciento, a gran distancia del candidato independiente de izquierda Alejandro Guillier, quien se ubica en torno al 25 por ciento.
De esta forma, todas las encuestas divulgadas hasta ahora prevén una segunda ronda electoral entre Piñera y Guillier, instancia definitiva donde ganaría el exgobernante y representante de la centro-derecha chilena.
La directora ejecutiva de Mori Chile, Marta Lagos, dijo al portal de noticias Emol que Piñera “va a sacar más del 45 por ciento” y, dependiendo del comportamiento político de sus rivales, incluso cabe la posibilidad que se imponga en primera ronda. Añadió que “esta elección se decide con 100 mil votos.
Entonces, si un candidato comete un error, pierde 100 mil votos y gana el otro. Esta elección no se decide como antes, con medio millón de votos, hoy día la gente que está votando es muy poca”.
Los ocho candidatos presidenciales desplegaron su publicidad en las calles de las principales ciudades del país y, además, todas las semanas realizan recorridos por regiones para encabezar actos y reuniones con organizaciones sociales y políticas.
La aparición de los abanderados en la franja electoral televisiva, que se transmite dos veces al día por todos los canales del país, ha contribuido a incrementar el conocimiento de los chilenos respecto a los programas e ideas base de los postulantes a La Moneda.
La más reciente encuesta de la empresa Criteria Research, con un universo de 724 personas y un margen de error de 2.5 por ciento, le otorgó a Piñera un 39 por ciento de apoyo, seguido de Guillier con un 24 por ciento y la periodista Beatriz Sánchez con un 15 por ciento.
Piñera es el abanderado de la centroderechista Chile Vamos, conformada por la Unión Demócrata Independiente (UDI), Renovación Nacional (RN), Evolución Política (Evópoli) y el Partido Regionalista Independiente (PRI).
El senador Guillier, mientras, es el candidato de los oficialistas partidos Radical (PR), Socialista (PS), Por la Democracia (PPD), Comunista (PC), Izquierda Ciudadana (IC) y el Movimiento Amplio Social (MAS).
También compiten en la elección presidencial la periodista Beatriz Sánchez, del izquierdista Frente Amplio; la senadora y presidenta de la oficialista Democracia Cristiana, Carolina Goic, y el abanderado independiente derechista y diputado José Antonio Kast.
A ellos se unen el progresista Marco Enríquez-Ominami; el senador Alejandro Navarro, del izquierdista partido PAIS, y el profesor Eduardo Artés, de Unión Patriótica, según el portal Uno más Uno.