Eddy Lavandaio*
La fotografía adjunta es de un mirador turístico ubicado en un lugar elevado desde donde se observa todo el trabajo y el movimiento de la mina Garzweiler, en Renania del Norte, Alemania. Es una de las grandes minas de carbón (lignito) a cielo abierto cuya producción se usa para generar energía eléctrica en centrales cercanas de ese país.
Es un hecho conocido que nuestros ciudadanos tienen escasas oportunidades de observar de modo directo el trabajo y el movimiento de una mina.
También sabemos que esta circunstancia es uno de los motivos del miedo o la desconfianza que genera la actividad minera en parte de la población.
Por eso, este ejemplo resulta sumamente interesante para intentar copiarlo en algún lugar de nuestro país.
Digamos que no es fácil encontrar un sitio adecuado para instalar un mirador porque debe reunir ciertas características geográficas particulares y tener acceso desde caminos públicos independientes de los circuitos internos de la mina.
Sin embargo, sería muy positivo que esto pudiera hacerse porque permitiría que tanto turistas como otros visitantes (alumnos de escuelas y colegios, por ejemplo) observen las distintas partes del establecimiento y a la vez reciban las explicaciones técnicas elementales sobre lo que están observando.
En principio, y al solo efecto de citar un lugar que reúne condiciones adecuadas, debemos mencionar a la mina Sierra Pintada, propiedad de la CNEA, en la localidad de 25 de Mayo, departamento San Rafael.
La incorporación de esta mina a los circuitos turísticos podría ser un atractivo más para su reactivación, habida cuenta de que este establecimiento se cerró mediante una prohibición (posiblemente única en el mundo) hecha a contrapelo de lo que recomiendan la ciencia, la tecnología y los profesionales idóneos en la materia.
Además, los mineros mendocinos que se quedaron sin trabajo volverían a trabajar y se terminaría con el "brillante negocio" de la importación de uranio que se paga con divisas de nuestro Banco Central.