Era esperable. A pesar de que el gobierno nacional salió a atajarse con que sólo se trata de una propuesta, la furia se apoderó de esas provincias, cuyo productos resultarían gravados sí prosperan algunas de las medidas imaginadas por el ministro Nicolás Dujovne.
El 17% aplicado al vino, como para compensar las quitas a las bebidas diet y los televisores, entre otros rubros, lanzó a reuniones urgentes y a declaraciones duras de la dirigencia de Cuyo.
Este brote federal se verá expresado en la reunión de la Nación y los gobernadores. La resistencia al impuestazo atravesó a todos los sectores de la provincia, al igual que en el caso de otras economías regionales que aducen que desde Buenos Aires no saben o no quieren saber como es la estructura de costos de las actividades que le dan sustento al Interior del país.
La Cámara Minera de San Juan se solidariza con el reclamo de los vitivinicultores.
El vino es un producto de alto valor agregado y fuerte impacto regional, por ello resulta arbitrario y distorsivo imponerle un gravamen interno.
San Juan, 2 de noviembre de 2.017.
Ing. Jaime Bergé Presidente de CMSJ
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Los beneficios del vino para la salud, la base agraria de la actividad, la amplitud territorial, el aporte tributario del sector, el peso de sus mercados interno y externo son algunos de los argumentos que esgrime la vitivinicultura argentina frente al proyecto que impulsa el Gobierno Nacional de implementación de un impuesto interno del 10%.
La actividad vitivinícola ya realiza un aporte fiscal de $18.000 millones de pesos anuales (dato 2016). A este monto se pretenden sumar $5.400 millones de pesos más.
Este dato surge de una base de cálculo de ventas por $72.000 millones, de los cuales $54.000 millones corresponden al mercado interno.
La colocación de un impuesto interno puede tener dos objetivos, desde el punto de vista conceptual:
+Desalentar el consumo de un producto que por alguna razón se considera nocivo
+Gravar productos suntuarios con fines recaudatorios.
+El proyecto de gravar con un impuesto interno a los vinos a priori no parece responder a ninguna de estas razones. Respecto de la primera, el primer cuestionamiento es sobre la supuesta nocividad del consumo del vino. Pero aún en este escenario, podrían darse las siguientes dos situaciones:
+Que el impuesto NO se traslade al precio y que la carga impositiva impacte hacia adentro de la cadena y en particular, a la producción primaria, el eslabón más débil.
+Que el impuesto SÍ se traslade al precio final del producto, lo que implicaría –dada la elasticidad de la demanda de vinos (-0,85)- que a un incremento de 10% en el precio del vino, se verificaría una caída en el volumen vendido del 8,5%.
+Respecto del segundo punto, impuestos a productos suntuarios, vale recordar que alrededor del 85% del mercado interno corresponde a vinos de segmentos de precios bajos (45% de vinos fraccionados en cartón, 5% en damajuana y el resto son vinos “finitos” en botella).
El vino tiene efectos positivos en la salud
Son innumerables los estudios que confirman los beneficios del vino para la salud humana. El sector vitivinícola realizó una investigación que midió la capacidad antioxidante de los vinos argentinos.
Comparados con otros vinos (de Chile, Italia y Francia) los argentinos demostraron la mayor contribución: se trata del aporte de sustancias antioxidantes (polifenoles, flavonoides, entre otros) que retrasan el envejecimiento de las células y tienen la capacidad de prevenir afecciones cardiovasculares.
Esta investigación fue realizada por la Universidad Nacional de Cuyo, la Universidad de Buenos Aires, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y Universidad de Glasgow, Escocia y se publicó en los Annales de la Academia de Ciencias de New York, una de las publicaciones de mayor prestigio científico y académico y de consulta mundial.
Por otra parte, la denominada “paradoja francesa” es base de una enorme cantidad de estudios científicos en torno a la relación entre el vino y la salud. En 1991, el científico francés Serge Renaud afirmó en EEUU que el consumo moderado de vino podía reducir el riesgo de padecer enfermedades coronarias. Luego, científicos explicaron que, gracias al consumo de vinos, los franceses tienen bajos índices de enfermedades coronarias, a pesar de su dieta alta en grasas saturadas,
En tanto, en 2017, investigadores de la Subdivisión Médica de la Universidad de Texas, el Instituto Capital de Pediatría de Beijing y la Universidad de Shandong en Jinan (China) confirmaron en un estudio realizado sobre 333.000 personas durante 20 años que, en comparación con los abstemios, los consumidores moderados de vino tenían un riesgo reducido de mortalidad por todas las causas y, en particular, por enfermedades cardiovasculares.
Argentina se encuentra entre los principales países vitivinícolas. Está en el 6° puesto en producción de vinos (con 11,8 millones de hectólitros) y en el 7° lugar en la superficie implantada, con más de 230.000 hectáreas.
Dimensión de la vitivinicultura argentina:
Incluye a más de 17.600 productores primarios distribuidos en más de 25.000 viñedos;
Son 864 los establecimientos elaboradores en todo el país;
La vitivinicultura genera más de 106.000 puestos de trabajo directos y 280.000 indirectos;
La producción vitivinícola genera 1 empleo por cada 0,6 hectárea, mientras que el maíz general 1 empleo cada 10 hectáreas; el trigo 1 cada 20 hectáreas y la soja genera 1 empleo cada 50 hectáreas.
El aporte tributario de la cadena vitivinícola ya es muy significativo
La industria vitivinícola argentina tiene en la actualidad una carga impositiva que representa casi el 25% del total de las ventas.
Este porcentaje sólo considera el impacto de los impuestos directos: Impuesto al Valor Agregado (IVA), Ingresos Brutos, Impuesto a las Ganancias, Débitos y Créditos.
Dependiendo el caso, si se toma en cuenta el resto de los impuestos provinciales no directos y municipales según la localidad, la carga impositiva podría llegar al 35%.
La vitivinicultura es una economía regional de amplia distribución territorial
La vitivinicultura se desarrolla predominantemente en el Oeste argentino, desde Jujuy hasta Chubut y con oasis emergentes en la Pampa Húmeda, Córdoba y Buenos Aires. Esta enorme extensión permite que el país tenga una oferta de vinos diversa, fruto de terruños diferenciales y condiciones climáticas muchas veces desfavorables.
El vino es un producto de alto valor agregado generado en origen y esto lo diferencia de otras bebidas. En el mundo, los países vitivinícolas fundamentan su oferta con base a distinciones en términos de terruños y culturas agrícolas.
Cerca del 80% de la producción de vinos argentinos se consume en el mercado interno. El resto se exporta a 118 países.
Algunos aspectos importantes del mercado interno
Forma de consumo: a diferencia de otras bebidas alcohólicas, Argentina se caracteriza por un consumo ligado al vínculo social que se produce mayormente en el hogar: según el estudio “Perfil de los consumidores de vinos y bebidas sustitutas” (realizado por Knack Argentina) 8 de cada 10 argentinos beben vino en el hogar.
Edad de consumidores: el mismo estudio de Perfil de consumidores indica que del total de consumidores estudiados de vino el 41% se encuentra por debajo de los 35 años, mientras que en el caso de la cerveza y el fernet los valores son 50% y 59% respectivamente. Es llamativo el valor de los energizantes: 86% de los consumidores de energizantes tienen menos de 35 años.
+El complejo vitivinícola es una de las 10 principales cadenas exportadoras del país.
+Son casi 500 exportadores que llegan con sus vinos a 118 países.
+Las exportaciones representan casi U$S 820 millones y 257 millones de litros.
+Los principales mercados para los vinos argentinos son: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Brasil y Países Bajos.
Argentina fue el primer país vitivinícola del mundo en declarar al Vino como la Bebida Nacional a través de la Ley Nacional 26.870 aprobada por unanimidad en el Congreso de la Nación y refrendada por la Resolución 253-E/2017, del Ministerio de Agroindustria de la Nación, que establece un Plan Nacional de Promoción del Vino Argentino Bebida Nacional.
El vino es también turismo: existen en la Argentina cerca de 200 bodegas con apertura turística que reciben más de 1 millón de visitantes por año.
El vino es uno de los pocos productos que salen al mundo con una etiqueta que se traduce en marca país. El vino argentino –junto a la carne, el tango, el mate y el fútbol- es embajador, expresa la cultura argentina, su identidad, sus paisajes y su gente.
Argentina lidera el ranking de Marca País en Latinoamérica, es decir que es considerada la marca más valiosa de la región. En la conformación de esta marca, la experiencia turística y gastronómica tiene un rol preponderante; a eso se suma la declaración de Buenos Aires como Capital Gastronómica Iberoamericana.
iProfesional
José Zuccardi criticó los cambios tributarios, por los que se incluirá a las bebidas alcohólicas en las catergoría de nocivas y suntuosas.
El presidente de la Unión Vitivinícola Argentina, José Zuccardi, volvió a criticar al gobierno nacional por la aplicación de un impuesto a los vinos y espumantes que irá del 10% al 17% en tres años.
"Hablar del vino como un producto nocivo nos ofende", aseguró y señaló que la medida del Gobierno dijo que "para el oeste argentino es lo que fue para los productores de la pampa húmeda la 125".
En conversación con MDZ Radio, el dirigente vitivinícola dijo que no se explican el impuesto porque se aplica en dos situaciones, "en productos nocivos y en productos de lujo", considerando que el vino no está en ninguno de esos casos.
"Para nosotros es inaceptable ningún tipo de alícuota, muchos menos en un país que tiene al vino como bebida nacional", señaló. En ese sentido, dijo que "el vino es saludable bebido con moderación, es un tremendo ataque a la economía regional de todo el Oeste".
Dentro de los objetivos que esperan conseguir antes de que se envíe la reforma tributaria, marcó que "nos parece importante que la ley ingrese al Congreso con alícuota 0 para el vino".
Un hecho que causa aún mayor malestar es que las gaseosas zero no sean contempladas con ningún impuesto. "Las gaseosas zero van con cero impuesto y son formulaciones químicas que los consumidores no conocemos", reclamó y alegó que el vino es un producto sano y natural.