Colombiana ejecuta período de prueba de su gasoducto virtual (camiones). Tiene un plazo de 40 días para iniciar operación comercial.
Después de dos años de dilaciones, el gas de Camisea arribará finalmente a las principales ciudades del norte y sur del país. Promigas, responsable de distribuir el gas natural en siete urbes norteñas, asegura que la distribución del hidrocarburo en las primeras viviendas de su concesión comenzará, indefectiblemente, en la primera quincena de diciembre.
“Llevamos invertidos US$70 millones de un total de US$200 millones para conectar 150 mil hogares”, remarca Antonio Celia, presidente del holding colombiano, en exclusiva para Día1.
El ejecutivo proyecta que Promigas superará esa meta de conexiones. Pero para ello tendrá que solucionar un sensible inconveniente: la pérdida del mercado industrial (ancla de la masificación) debido a la demora en el arribo del gas.
“Estamos llegando tarde al mercado y eso tiene un costo”, explica Celia.
En efecto, la colombiana esperaba recibir el gas natural licuado (GNL) procedente de Pampa Melchorita a fines del 2015. Sin embargo, la demora en la construcción del cargadero de camiones de Perú LNG, punto de partida para el ‘gasoducto virtual’ o flota de cisternas, retrasó el proyecto.
Como consecuencia, las industrias norteñas que esperaban recibir GNL de Promigas han migrado al gas natural comprimido (GNC) suministrado por empresas locales.
"Este es uno de los lunares que hemos tenido en el Perú, porque trabajamos desde hace cuatro años en la entrega del gas y este se ha demorado en llegar. Ahora tendremos que compensar eso, porque estamos perdiendo un mercado que deseábamos pelear en franca lid”, apunta Celia.
Para atraer a las industrias atendidas por los comercializadores de GNC, Promigas ha ideado varias estrategias. La más audaz consiste en financiar la conversión a gas de las primeras industrias que se conecten al proyecto.
“Debemos tener creatividad comercial. Hemos acumulado mucha experiencia en este tema. Y creería también que podemos apuntar al crecimiento del gas natural vehicular (GNV) en las ciudades de nuestra concesión”, anota Celia.
La colombiana tiene el compromiso de llevar el gas de Camisea a los hogares de Chimbote, Huaraz, Trujillo, Chiclayo, Lambayeque, Pacasmayo y Cajamarca.
La semana pasada, sus camiones recibieron las primeras moléculas de GNL procedente del cargadero de Pampa Melchorita. Ahora tiene hasta 40 días para realizar pruebas operativas, como paso previo al inicio de producción comercial.
Además de la masificación del gas natural en el norte, Promigas está comprometida en la distribución del gas en Lima (Cálidda), donde tiene el 40% de participación.
Su otra apuesta importante es la concesión de gas para Piura, proyecto de US$240 millones que cuenta con solicitud de procedencia aprobada por el Gobierno en noviembre del 2016.
Según Celia, esta no ha sido “una buena experiencia”, debido a líos judiciales con aspirantes a la concesión, que han demorado la firma del contrato con el Estado.
“Eso ha motivado agresiones, pero seguimos adelante y esperamos que el tema se resolverá pronto (posiblemente, en este año)”, anota.