Aunque con una recaudación inferior a la esperada, Brasil consiguió US$ 1900 millones en una anticipada subasta para la exploración petrolera en aguas profundas, que marcó el inicio de una mayor apertura en el sector de hidrocarburos con la que el gobierno de Michel Temer pretende aumentar las inversiones privadas en el país .
Fue la primera vez que Brasil ofreció a empresas privadas la oportunidad de operar por su cuenta los ricos yacimientos submarinos de la llamada capa presal, frente a las costas del estado de Río de Janeiro . Grandes corporaciones internacionales, como la holandesa Shell, la estadounidense ExxonMobil, las chinas Cnooc y Cnodc, la británica BP, la francesa Total, la noruega Statoil, la española Repsol, la portuguesa Petrogal y la qatarí Qatar Petroleum, participaron en consorcios de esta nueva rueda de licitaciones, que también tuvo como protagonista a la estatal Petrobras, en pleno proceso de reestructuración tras el megaescándalo de corrupción que protagonizó en los últimos años.
De hecho, de los ocho bloques en puja, Petrobras se llevó tres en diversas alianzas con Cnodc, Cnooc, BP, Qatar Petroleum, Shell y Repsol; dos bloques no fueron adjudicados por no tener ofertas. Si bien el gobierno esperaba recaudar con estas concesiones más de US$ 2300 millones, el Estado obtuvo acuerdos muy favorables para el reparto del crudo excedente que le permitirá quedarse con casi el 80%. Para el director general de la Agencia Nacional de Petróleo brasileña (ANP), Décio Oddone, los resultados fueron un gran éxito. "Tener un 75% de las áreas rematadas es extraordinario en cualquier lugar del mundo. Y las alícuotas de crudo excedente superaron nuestras expectativas", dijo a la prensa luego del evento en Río, la semana pasada.
La Agencia Nacional del Petróleo (ANP, regulador), responsable de la subasta, había indicado que el vencedor sería el que ofreciera la mayor participación al Estado brasileño por encima de un mínimo del 10,34 %.
Además de ofrecerle una elevada asociación al Estado, los integrantes del consorcio se comprometieron a pagar 200 millones de reales (unos 62,5 millones de dólares) por la licencia.
El Gobierno brasileño hasta ahora solo había ofrecido una licencia para explotar petróleo y gas en el presal, el horizonte de explotación en aguas muy profundas del océano Atlántico ubicado por debajo de una capa de sal de dos kilómetros de espesor y cuyas gigantescas reservas pueden convertir a Brasil en uno de los mayores exportadores mundiales de petróleo.
En esa primera subasta, realizada en octubre de 2013, el Gobierno concedió derechos solo sobre el yacimiento Campo de Libra para un consorcio liderado por la brasileña Petrobras (40 %) y del que también forman parte las multinacionales Total (20 %) y Shell (20 %) y las corporaciones chinas CNPC (10 %) y CNOOC (10 %).
Además de la brasileña Petrobras, entre las compañías habilitadas para la licitación de este viernes destacan la estadounidense ExxonMovil, las británicas Shell y BP, la francesa Total, la noruega Statoil, la china CNODC, la española REPSOL (REP.MC)y la portuguesa Petrogal.
La Agencia Nacional de Petróleo calcula que las empresas que se adjudiquen los derechos para explotar las ocho áreas en el presal en subasta tendrán que hacer inversiones de al menos 36.000 millones de dólares para iniciar sus operaciones.
Las ocho áreas ofrecidas tienen reservas estimadas en 4.400 millones de barriles de petróleo, casi un tercio de las reservas probadas en el país, de 12.500 millones de barriles de crudo.
Con la esperanza de disputa agria, la Agencia Nacional del Petróleo amargó la falta de ofertas a las áreas de Tartaruga Verde y Pau Brasil. La primera es un área de unitización que queda al lado de un campo de la Petrobras y se esperaba que la petrolera brasileña se quedara con ella o, aún, con la australiana Karoon, que ya se había calificado y estaba tratando de comprar el área de Petrobrás en el plano de desinversión.
Pau Brasil, por otro lado, sería la mayor frustración del gobierno, ya que ofrecía uno de los mayores bonos en la firma de todas las áreas ofertadas, R $ 1,5 mil millones. Sin embargo, el interés de los extranjeros y algunas ofertas de petróleo excedente, como la hecha por Petrobrás en el área de Sapinhaá, sorprendió positivamente.
Hay consenso entre los analistas de que el régimen de reparto está en crisis y disminuye el potencial de rendimiento de los contratos, además de inhibir el apetito de los inversores. "Desde el punto de vista financiero, el régimen de concesión da más previsibilidad y competitividad", señala Anderson Dutra, socio del área de petróleo y gas de KPMG.
La opinión es compartida por el abogado Rafael Baleroni, especialista en petróleo de la oficina Souza Cescon. Para él, Brasil todavía es atractivo, pero con concesión el atractivo es mucho mayor. "Régimen de reparto no es bien recibido por las empresas porque hay una intervención muy grande estatal."
Según el profesor de la PUC-RJ, uno de los problemas del compartir es transferir al futuro una renta que la Unión podría disfrutar ahora. "Como el reparto requiere que el elemento de decisión de la subasta sea el porcentaje de aceite / beneficio, inhibe el potencial de bono de suscripción", explica Renault.
El director del Centro Brasileño de Infraestructura, Adriano Pires, recuerda que el sistema actual hace que el gobierno participe en el riesgo y, si el área estuviera en régimen de concesión, la caja fuerte de la Unión podría haber engordado R $ 40 mil millones, en lugar de los R $ 6 mil millones. "El dinero que hoy se ha dado en aceite sólo se va a conseguir dentro de diez años, cuando no sabemos cuál será el precio del petróleo.
A pesar de considerar esencial la discusión de cambio del régimen de reparto para el de concesión, Pires cree, sin embargo, que se necesita cuidado para no comprometer las subastas previstas para 2018.
"A largo plazo la concesión es el mejor modelo. Pero no se debe esperar eso para el año que viene o es posible que tal expectativa atrase las inversiones de las empresas, "pondera Pires.
Desafío paralelo. Además del régimen de reparto, el proceso de licenciamiento ambiental en las áreas de explotación también es una preocupación del sector. Adriano Pires afirma que la cuestión ambiental no puede convertirse en un punto de estrangulamiento de la explotación de petróleo y gas en Brasil. "Hoy, la licencia viene después de la subasta ganada. Ella debería estar lista en el momento de la subasta. Siendo un paso posterior, hay retraso de proyecto y aumento de costos. "
Bareloni, sin embargo, cree que las áreas del Pre-Sal tienen una situación más tranquila. "El problema mayor es en las áreas de nueva frontera, como la Margen Ecuatorial (que va de la Cuenca Potiguar, en Rio Grande do Norte, hasta la desembocadura del río Amazonas).
ENERNEWS/AGencias
Con el avance de la exploración y producción en el presal, Brasil podría ser la mayor fuente de suministro fuera de la OPEP.
Brasil subastará ocho bloques petroleros en aguas profundas en la zona del presal del océano Atlántico, con grandes expectativas de las mayores compañías internacionales pero también del gobierno, que apuesta por una recaudación que ayude a relanzar la maltrecha economía.
La estimación gubernamental es que la subasta genere 7,750 millones de reales (unos 2,360 millones de dólares) en los llamados “bonus de firma”, según la Agencia Nacional del Petróleo (ANP).
Ganarán la puja las firmas que hagan las mejores ofertas de reparto de producción con el gobierno.
Esta será la primera subasta de los atractivos bloques de presal del gobierno del presidente Michel Temer, que flexibilizó las normas que habían echado atrás a grandes empresas en una subasta similar en el 2013. Y se produce un mes después de otra ronda donde se vendieron varios bloques de petróleo y gas, mayoritariamente marítimos (offshore). En esa ocasión, se adjudicaron sólo 37 de los 287 bloques ofertados, aunque logrando una recaudación récord y muy por encima de lo esperado, de más de 1,200 millones de dólares. En esta subasta, que constará de dos tandas, se ofertarán ocho áreas en el sudeste —en las cuencas de Campos (Río de Janeiro) y Santos (Sao Paulo)— para las que hay inscritas 16 empresas, entre ellas las gigantes Chevron, ExxonMobil, Total, BP, Repsol o Shell.
La segunda subasta ofrecerá a los mejores postores la licencia para explotar cuatro áreas ya delimitadas en las cuencas marinas de Campos y Santos que han sido bautizadas como Pau Brasil, Peroba, Alto de Cabo Frío-Oeste y Alto de Cabo Frío-Central.
La zona del presal, yacimientos en aguas a una profundidad de hasta 7 km bajo una capa espesa de sal, tiene “un volumen de reservas muy grande y un volumen de productividad muy grande también”, dijo el director general de la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP), Décio Oddone.
Uno de los puntos clave de la jornada será la eventual participación de la estatal Petrobras, que aún se recupera del megaescándalo de corrupción en torno a sus cofres y de dos años de fuertes pérdidas. Tras reemplazar el año pasado a la destituida presidenta de izquierda Dilma Rousseff, Temer abrió a la Iniciativa Privada la explotación de yacimientos en el presal.
La nueva legislación da preferencia a Petrobras para operar los bloques, pero en caso de que no manifieste interés en ello los grupos inversores asumirán íntegramente esa responsabilidad.
Petrobras estaba obligada hasta ese momento a participar en las subastas de los bloques de presal con al menos 30% de participación.
El presidente de Petrobras, Pedro Parente, dijo que la empresa será “selectiva” y se decantará por las áreas de “mayor potencial”, con la intención de formar varios consorcios.
Parente afirmó que estas licitaciones permitirán demostrar que el gobierno estaba en lo cierto al realizar esas modificaciones porque “Petrobras, sola, no sería capaz y no tendría las condiciones de desarrollar todos los campos que estarán disponibles el viernes”.
La izquierda, sin embargo, critica esos proyectos. “Brasil entrega el petróleo a los extranjeros a precio de banana”, tuiteó Rousseff.
Décio Oddone estimó que Brasil podría convertirse hacia el 2027 en la mayor fuente de suministro adicional de petróleo fuera de la OPEP. La previsión del funcionario es que Brasil llegaría a esa fecha con una producción de más de 5 millones de barriles por día. Esta cantidad representaría el doble de los 2.57 millones de barriles que Brasil produjo en agosto y convertiría al país en uno de los mayores productores globales del recurso.
Oddone espera que con el avance de la exploración y producción en el presal y de otras áreas que tienen que ser subastadas, Brasil pueda contratar más de 30 nuevas plataformas petroleras hasta el 2027.
