MARTÍN BIDEGARAY Y LUCÍA SALINAS
Pasaron por su firma más de 200 mil millones de dólares durante sus 12 años como ministro de Planificación del kirchnerismo.
Ningún funcionario de la historia política local manejó tanto dinero público como Julio De Vido. El ex ministro de Planificación dispuso de la plata de la obra pública, la construcción de viviendas, rutas, concesiones viales, importaciones de GNL, centrales eléctricas, trenes y otras partidas presupuestarias, que superan los US$ 200.000 millones a través de la docena de años en que estuvo en el cargo.
Durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, De Vido fue forzado a compartir el manejo de subsidios energéticos con el ex ministro de Economía, Axel Kicillof. Entre ellos hubo una disputa subterránea, siempre cuidada para que no trascendiera. También la tragedia de Once le implicó delegar la cartera de Transporte hacia Florencio Randazzo.
Aunque amontona denuncias penales como ningún otro funcionario K, hay tres casos que sobresalen del resto. El primero que tomó estado público fue el direccionamiento de obras de Vialidad Nacional hacia Lázaro Báez. El patagónico obtuvo 52 contratos por $ 46.000 millones. Ninguna otra firma fue beneficiaria de tanto dinero por parte de esa dependencia. La actual gestión denunció a la anterior, de Nelson Periotti. Las obras por las que Báez cobró no habían sido ejecutadas en la mayoría de los casos.
Yacimiento Carbonífero Río Turbio también fue objeto de "administración fraudulenta", según caracterizó Omar Zeidan, actual interventor de esa empresa. El Estado nacional destinó más de $ 26.000 millones a esa mina. De Vido y otros funcionarios delegaron contrataciones en UTN de Río Gallegos. Se firmaron, al menos, 71 contratos que eludieron los controles del Estado. La UTN y una facultad se dedicaron a contratar servicios sin pasar por los mecanismos adecuados. Una muestra del despilfarro es la construcción de un tren "turístico", que llevaba paseantes a una mina de carbón. Se lo presupuestó en $ 700 millones, y se llegaron a facturar $ 300 millones. El tren no anda.
Otra causa delicada es la importación de GNL (gas líquido en barcos). Entre 2006 y 2015, totalizaron US$ 26.563 millones (al tipo de cambio actual, son más de $ 460.000 millones). El Poder Ejecutivo fomentó políticas tendientes a disminuir la producción de gas local. De esa forma, la estatal Enarsa tuvo que cubrir el gas que faltaba con importaciones. Allí aparecieron intermediarios cercanos a De Vido como el ex ministro de Obras Públicas, Roberto Dromi.
British Petroleum (BP) cobró US$ 15,54 por millón de BTU (la unidad de medida de gas), cuando el precio de mercado era de US$ 10,5/10,6. Se le pagó un 50% de más. El premio fue para garantizarle a los británicos que Enarsa era un buen comprador. La rusa Gazprom y otros gigantes de la producción de gas también recibieron de la estatal argentina un mayor importe por su producto del que conseguían de clientes en otros países.
De Vido, recién recibido de arquitecto en la UBA y tras un paso por Córdoba llegó en la década de los 80 a Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz. Vivió el primer tiempo en una casa que pertenecía al a familia Gotti, dueños entonces de una de las constructoras más importantes de la provincia y que con los años terminó absorbida nada más ni nada menos, que por Lázaro Báez.
A mediados de los 80, conoció a Néstor Kirchner en el Ateneo peronista donde el ex presidente y Cristina Kirchner comenzaron a crear al Frente para la Victoria Santacruceño. Para 1987 Kirchner comenzó a diseñar su carrera política: quiso ser intendente de Río Gallegos y logró imponerse por 111 votos.
Al año siguiente, ya como jefe comunal, Kirchner logra colocar en un cargo provincial a De Vido: fue entonces presidente del Instituto De Desarrollo Urbano y de la Vivienda (IDUV). Cuando en 1991 Néstor Kirchner asume la gobernación, lo nombra ministro de Economía -cargo que ocupó hasta 1999-. Fue una pieza clave en el armado provincial ya que de su cartera dependía el envío de fondos a los 14 municipios santacruceños que en pocos años, todos contaron con intendentes el FPV. Pudo haber ocupado una lista diputado provincial cuando en 1997 encabezó la lista y ganó -mientras Cristina Kirchner iba de candidata a diputada nacional-, fue el gobernador quien consideró que debía continuar frente al ministerio de Economía.
Después fue designado ministro de Gobierno de Santa Cruz hasta que en 2003 el entonces presidente crea el ministerio de Planificación Federal y lo nombró como titular del mismo.
Durante el gobierno de Cristina Kirchner acumuló denuncias en la Justicia. Fue a fines de 2015 cuando la causa por enriquecimiento ilícito en la que está incluida su esposa Alessandra Minnicelli, fue reabierta por orden de la Cámara Federal de Casación cuando aceptó a la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA) quien exigió la reapertura de la investigación.
Este año fue confirmado por la Cámara Federal porteña su procesamiento por asociación ilícita en el direccionamiento de la obra pública a favor de Báez que será elevada a juicio oral en las próximas semanas. En esta instancia, ya enfrenta las audiencias por su responsabilidad en la tragedia de Once acusado por "estrago culposo agravado" por muerte. La semana se retoma el juicio oral y público, con De Vido ya detenido.
Minnicelli fue síndica general de la Nación durante los primeros años de Néstor Kirchner. Su tarea era controlar a su esposo, como responsable de Planificación.
LUCÍA SALINAS
Desde la mañana, Julio De Vido cerró su celular. Sabía que le quedaban pocas horas en libertad y quiso permanecer en familia. Su defensa, a cargo de Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiro, tenía un solo objetivo: evitar la imagen del ex ministro más poderoso que tuvieron los Kirchner, con chaleco antibalas, casco y esposas.
Su detención concentró llamados telefónicos garantizando su presencia en los tribunales de Comodoro Py, un gran despliegue de fuerzas federales, un "falso" De Vido, y corridas al interior del edificio para distraer, siempre, a la prensa.
A las 14, en el recinto del Congreso de la Nación, se escuchó: "176 votos por la afirmativa". En Comodoro Py estuvieron atentos a la noticia. La votación anunció algo esperado: De Vido quedó sin fueros y su detención era inminente.
Megaoperativo en Comodoro Py para el traslado de De Vido a Ezeiza. (Marcelo Carroll)foto MARCELO CARROLL
Más de 30 gendarmes llegaron al edificio de Avenida Libertador y Coronel Díaz. Tocaron timbre. Allí no estaba el ex ministro. Otro grupo de efectivos federales realizó el mismo procedimiento en su chacra en Zárate. Nadie respondió.
Para ese entonces, el juez Luis Rodríguez quien había pedido el 16 de octubre su desafuero y detención en el marco de la causa donde De Vido es acusado por malversar fondos por $ 26.000 millones vinculados a la mina de carbón de Río Turbio (Santa Cruz), esperó la notificación oficial de la Cámara de Diputados de la votación.
Minutos después, la pregunta era sorprendente para el caso: "¿Dónde está?".
Ficha carcelaria de Julio De Vido.
Las especulaciones se disiparon cuando después de las 14.30 el cuarto piso de Comodoro Py quedó completamente blindado. Rusconi llamó por teléfono para avisar que De Vido iba a presentarse en el juzgado de Rodríguez.
Allí estuvo el ex ministro, con su abogado, posiblemente en su estudio. Los efectivos policiales del edificio se reunieron junto con Gendarmería y comenzaron con un exhaustivo dispositivo de seguridad para que nadie pudiera tener la imagen del ex diputado detenido.
Minutos antes de las 15, a gran velocidad, un Renault Fluence azul ingresó por la calle Letonia. De él descendió De Vido: de jeans, zapatos y una campera polar color gris.
Visiblemente molesto, antes de subir las escaleras con ironía disparó: "Mándenle un champagne a Carrió".
Cuando llegó al cuarto piso, donde además se notificó del procesamiento y prisión preventiva del juez Claudio Bonadio (en la causa por la compra de gas natural licuado), en el juzgado de Rodríguez se le informó oficialmente que se encontraba detenido.
Se mantuvo tranquilo, habló en un tono calmado y recordó que él es insulino-dependiente.
Durante la indagatoria ante Rodríguez, se negó a declarar. Sólo ratificó lo plasmado en un escrito donde negó las acusaciones en su contra.
La primera foto de De Vido preso en su ficha virtual del Servicio Penitenciario Federal.
Pidió la palabra sólo para decir: "Todos sabían que no estaba en mi casa", dijo al quejarse del "escrache ordenado por la ministra (Patricia) Bullrich por orden del presidente Mauricio Macri".
Desligó de toda responsabilidad a las fuerzas. "No es la Gendarmería, son las órdenes que les mandaron a hacer", dijo.
Del juzgado debía dirigirse a la planta baja, donde se encuentra la Alcaidía del SPF y para su ingreso formal al sistema penal. Para llegar allí, el "operativo de distracción" se puso nuevamente en marcha: descendió tres pisos por ascensor y uno por escaleras. El vidrio que lo separaba de los periodistas fue tapado para, una vez más, evitar la imagen que no quería que se viera.
El ex Ministro de Planificación Julio De Vido al ser llevado detenido de los Tribunales Federales de Comodoro Py. Foto: Luciano Thieberger.
Afuera se esperó la salida del ex ministro. El dispositivo de seguridad fue más espectacular. Rodeado por escudos del SPF salió de la alcaidía una persona, un "falso De Vido". Mientras, el ex ministro se retiró en una camioneta del SPF con los vidrios tapados con papel blanco. Así, sin la posibilidad de ser retratado, lo llevaron al Hospital Penitenciario de Ezeiza.