Repsol acaba de desbloquear uno de sus históricos proyectos en Estados Unidos. La petrolera está a punto de aprobar la inversión en el megayacimiento de Buckskin, que podría iniciar su producción a finales de 2019 o 2020.
Esta inversión se incluirá en el nuevo plan estratégico que está elaborando la compañía y que espera presentar entre marzo y abril del año próximo, justo antes de la junta general de la compañía.
Ni Repsol, ni Llog facilitaron ayer las cantidades que se van a invertir en el desarrollo, pero el yacimiento fue considerado en su día como uno de los mayores hallazgos del año 2009, es decir, en plena bonanza exploratoria con más de 100 metros de lámina de crudo.
Repsol descubrió este gran yacimiento y, pese a que realizaron grandes avances en la delimitación del campo, nunca acabó de aprobar la decisión final de inversión que ahora está a punto de sacarse adelante.
Por el camino la petrolera tuvo que afrontar varios problemas para poder desarrollarlo: el vertido de BP en el Golfo de México que paralizó la exploración en la zona y posteriormente la caída de los precios del crudo, que hizo que todos los proyectos a gran profundidad se paralizaran por sus elevados costes e incluso provocó varios movimientos corporativos sobre la participación en este yacimiento.
Repsol cedió en febrero de este año a Llog Exploration la operación de Buckskin, tal y como adelantó este diario. El cambio se produjo después de la decisión de Chevron en 2015, con el 55% de este yacimiento, de abandonar la operación del mismo, que volvió así a manos de la española que mantenía un 22,5% del capital.
Maersk Oil también dejó el yacimiento el año pasado por su cambio de estrategia. La petrolera perforó ya varios pozos bajo una lámina de agua de 1.865 metros y alcanzó una profundidad total de 9.684 metros, lo que le sitúa como uno de los pozos más profundos y por lo tanto de los más caros.
El potencial de recursos que demostró la evaluación apuntaba en 2014 a un plan de desarrollo de este y otros campos próximos, pero la caída de precios dejó este asunto como sometido a discusión.
La empresa estadounidense, como nuevo operador, acaba de anunciar, tras un periodo de análisis, que han dado ya varios pasos clave para comenzar la ejecución del Proyecto Buckskin.
Este proyecto de desarrollo de aguas profundas a gran escala ha sido delineado por múltiples pozos anteriores y contará con un enlace submarino con el Lucius Spar operado por Anadarko y ubicado en los bloques 785, 828, 829, 830, 871 y 872 de Keathley Canyon en el Golfo de México en aproximadamente 6.800 pies de agua.
Repsol y Samson Offshore BSM poseen cada uno una participación operativa del 22,5%; Beacon Offshore Energy Buckskin posee una participación operativa del 18,7% y Navitas Buckskin US (una filial de Navitas Petroleum LP) posee un 5% de interés de trabajo.
Por otro lado, la petrolera española ha firmado un contrato con Weatherford International para desmantelar un total de 50 pozos en Noruega. El trabajo comenzará este mismo mes y se estima que se completará en un período de tres años.
Entre los factores que han contribuido a esta contratación se incluye la oferta de tecnologías rentables de abandono de la compañía; personal multidisciplinario y entrenado; y un detallado plan colaborativo de gestión de proyectos. Weatherford ha ejecutado un trabajo similar en el Beatrice Field.
La petrolera espera cerrar este trimestre con unos excelentes resultados por el aumento del margen de refino en un 13% y por las subidas de los precios de realización del petróleo. En la parte negativa estarán las cuentas de Gas Natural.