MARTÍN KANENGUISER
Las expectativas indican que habrá crecimiento sin riesgo de crisis en el corto plazo; para sostener los avances, los analistas señalan que deberán concretarse reformas y recomiendan la disciplina fiscal.
"Este plan puede seguir tres años más sin problemas". La definición la da, off the record, un ex ministro justicialista que supo manejar la conducción económica del país en tiempos fuertemente turbulentos. Lo afirma con contundencia, sin dejar de ser crítico sobre la actualidad y manteniendo dudas sobre la sustentabilidad económica del mediano plazo. Pero él y también buena parte de los economistas entienden que no hay un escenario de crisis inminente, tal como el que describió un sector de la oposicióndurante la campaña electoral.
Y creen que, si hoy se confirmaran los resultados favorables al Gobierno que anticiparon las encuestas, habría un envión favorable, que debe ser aprovechado por el oficialismo para avanzar en las reformas que transformen la actual reactivación en un período de crecimiento sostenido. "Si gana, el Gobierno tiene que utilizar rápidamente ese poder de fuego antes de que se le diluya de las manos", agrega el ex ministro, amplio conocedor del carácter volátil de la opinión pública.
Por lo pronto, en la Casa de Gobierno saben que, más allá de los porcentajes finales de los comicios de hoy -habrá que ver la influencia del caso Maldonado-, estarán en mejores condiciones de negociar con la oposición a partir de diciembre, cuando el Congreso tenga ya su nueva composición.
"A diferencia de 2016, donde en cualquier negociación empezábamos perdiendo uno a cero, ahora al menos vamos a arrancar empatando. Y eso significará un costo fiscal menor por cada ley que se vote", indica un calificado funcionario.
La radiografía coyuntural refleja una situación económica mucho mejor que la del año pasado, cuando el Gobierno comenzó a desanudar los problemas que se generaron en la década anterior, y también más favorable que la que había cuando fueron las PASO, en agosto último.
El crecimiento de la economía está, para el Ministerio de Hacienda, cerca del 5% interanual en el tercer trimestre del año; la inflación esperada por los analistas para los próximos 12 meses es de 17%, y los inversores están ansiosos a la espera de los cambios que generen mayor productividad. Los temores están, claro, y se justifican por la cíclica historia de crisis argentina y por el creciente déficit de cuenta corriente, que se va acumulando.
Promedio de las estimaciones relevadas por LatinFocus (octubre de 2017)
Para saber cuál será la situación a partir de mañana y los cambios que esperan los inversores, LA NACION dialogó con un grupo de economistas de Buenos Aires, Nueva York y Washington.
El pronóstico que brindan es cautelosamente optimista. Aunque son expertos en números, coinciden en destacar la importancia de que el Gobierno llegue a un consenso con el justicialismo para abordar los cambios esperados en materia tanto fiscal como laboral.
Como desafío de mediano plazo, Fanelli plantea que "la restricción más dura que la Argentina tiene que superar es la falta de ahorro nacional; según el Indec, el año pasado ese ahorro era el 13,6% del PBI".
"No podemos ir a un escenario virtuoso sin subir la inversión, que el año pasado estaba en el 16,4% del PBI. Pero si aumenta la inversión sin incremento del ahorro vamos a tener un déficit excesivo de cuenta corriente, que, con la reactivación, apunta a ubicarse por arriba del 4% del PBI. Esto tiene riesgos para un país emergente", concluye el profesor de la UBA y de la Universidad de San Andrés.
Economistas que viven en Estados Unidos destacan que el contexto internacional ayudará, por el despegue de Brasil, el precio estable de las materias primas y un proceso de suba en las tasas de interés de EE.UU. que, se supone, será lento.
Desde Washington, el ex director regional del FMI, Claudio Loser, dice que "si se da una situación razonablemente favorable al Gobierno en las elecciones, las perspectivas internas serán claramente positivas. El contexto de la economía internacional se mueve en forma razonable. Es cierto que los niveles de crecimiento de hace cinco años serán imposibles de repetir, pero habrá crecimiento en las economías avanzadas, aunque el crecimiento podrá caer en Estados Unidos marginalmente, y ciertamente en las economías emergentes, impulsadas por Asia".
La región de América latina en particular, según considera Loser, experimentará un impulso importante, con la ayuda de Brasil. Habrá "un desempeño sólido general, salvo en Venezuela; y los precios de las materias primas no tienen mayores riesgos de caída, salvo por el petróleo". El economista señala también que, luego de consolidar la actual reactivación, los desafíos del Gobierno pasan por "bajar la inflación y el déficit fiscal y fortalecer el clima económico y la competitividad del país".
"Un esfuerzo del Gobierno para disminuir el déficit fiscal va a ayudar a reducir el ritmo del endeudamiento y permitirá bajar la tasa de interés, lo que ayudará a mejorar la posición de la industria; pero habrá que tener muñeca, lo que es más fácil decir que hacer. La gran pregunta es si se tiene capacidad de reducir las presiones salariales para poder completar el proceso de desinflación", aclara Loser, quien es director regional del Centennial Group.
El ex presidente del Banco Central, Mario Blejer, sostiene que "sería muy raro que no haya una ola de inversiones después de las elecciones".
"Los inversores están algo preocupados por la pérdida de competitividad, pero con el peronismo de su lado el Gobierno puede avanzar con la reforma laboral; siempre se ha tratado de solucionar este problema con el tipo de cambio, pero sería más conveniente solucionarlo con mayor inversión", explica.
Orlando Ferreres, director del estudio que lleva su nombre, considera que "debe haber medidas relevantes en materia fiscal, tanto del lado de los ingresos, eliminando exenciones y bajando Ingresos Brutos, como del lado del gasto, que debe bajar porque de lo contrario, el resto del esfuerzo será inútil".
Es posible, claro está, que la reducción de la expansión fiscal se traduzca en un menor nivel de actividad. Pero, según Ferreres, es mejor "comprar" un escenario de crecimiento anual del 2% o 2,5% por varios años, antes que un salto alto y luego una caída también fuerte.
Desde Nueva York, Mauro Roca, director del fondo de inversión TCW, analiza: "La lectura que hay que hacer de las elecciones es nacional, no sólo de la provincia de Buenos Aires. Y la señal es que el Gobierno seguirá avanzando, porque políticamente está funcionando, ayudado por la fragmentación del peronismo".
Claro que ni Roca ni los otros economistas consultados por LA NACION creen que el Gobierno vaya a cambiar su estilo de gestión, ni el ritmo gradual de su política económica. "El problema fiscal ha sido la madre de todos los desequilibrios. Y eso genera consecuencias: si bien se puede financiar, el déficit de cuenta corriente empieza a crecer, porque el peso está fuerte y, sin ajuste fiscal, se va a mantener así", sigue Roca.
Aunque la ex presidenta Cristina Kirchner se pueda imponer hoy, indica, "la lectura relevante de las elecciones es la performance de Cambiemos a nivel país, y ahí puede ser bastante solida; un punto mas o menos de CFK puede tener mas impacto en la interna peronista, pero no creo que afecte mucho lo que se viene".
"El mercado puede reaccionar negativamente ante un resultado más adverso, pero más que nada siguiendo la toma de ganancias del viernes", afirma. En particular, dice que el inversor de la economía real observa con atención dos proyectos: la reforma tributaria y los cambios en la política laboral. Ninguno de los dos será profundo ni de shock, pero pueden marcar un sendero. En la Casa de Gobierno aclaran que "la intención es que los empresarios sepan cuáles serán sus costos por los próximos años, de modo de que puedan seguir invirtiendo".
En una importante embajada destacaron que esa certeza es clave: después del fuerte crecimiento de la inversión financiera y del aumento de los proyectos por parte de empresas que ya están en el país, las compañías que quieren desembarcar todavía quieren saber si, además de las mencionadas reformas, se afianzará la seguridad jurídica.
El economista Javier Alvaredo, director de ACM, afirma que si se parte de un resultado positivo de Cambiemos, "que implica que va a mejorar la performance de las PASO", habrá una influencia en las perspectivas, "por el lado de una baja de tasas de interés, que impactará positivamente sobre la inversión real".
Según destaca, "este gobierno, por ser un gobierno con empresarios, inspira una confianza que no inspiraban otros. Y, sin sobresalir, habrá un crecimiento económico del 3,1% este año y también el próximo; además, las metas fiscales se van a sobrecumplir". Al mismo tiempo, advierte que "la política monetaria debería ser un poco más gradual, porque creo que la inflación va a descender igual: las metas no deben ser forzadas".
Dante Sica, director de la consultora Abeceb, describe: "La economía crece en casi todos los sectores, la inflación baja pero más lentamente que lo esperado, lo cual es lógico porque crece el crédito; y el debate que empieza a partir de las elecciones es si éste es un rebote de dos años o un crecimiento sustentable, porque está más apuntalado por la inversión que por el consumo, aunque éste, a su vez, avanza en forma genuina por el crecimiento del empleo, de los salarios y muy poco por apoyo fiscal".
A las reformas mencionadas, Sica agrega el tema del pacto fiscal con las provincias, que obligará a extremar la prudencia de los estados subnacionales. El analista dice que, en el caso de que Cristina Kirchner ganara en Buenos Aires, "habrá más volatilidad financierahasta que el Gobierno muestre avances en las reformas, pero no cambiará la tendencia de la economía real".
Según Sica, entre noviembre de este año y julio de 2018 habrá una "ventana" para que el Gobierno pueda discutir las reformas en el Congreso, antes de que se lancen las candidaturas para 2019.
Y aunque varios analistas ya dan por descontado tanto un buen resultado para hoy como una posible reelección de Macri en 2019, la historia reciente de la Argentina no aconseja saltearse ninguna valla antes de dar por ganada la carrera.
En este sentido, el economista jefe de FIEL, Daniel Artana, considera que "el patrón de crecimiento liderado por la inversión y ayudado por el consumo puede continuar el año próximo, en el que la economía crecerá más de 3%".
Sin embargo, aclara que "la Argentina tiene un esquema macro no sostenible en el mediano plazo, porque el resto del mundo nos está financiando un ahorro público negativo. Y además, esta política económica lleva al atraso cambiario. Eso es lo que hay que corregir". Según Artana, el Gobierno podrá elegir el ritmo pero no la dirección: "No veo margen para que no lo hagan; uno siempre puede postergar lo que es políticamente costoso, pero no creo que haya alternativa a la corrección".
Mientras tanto, advierte, también hay que ajustar algunas herramientas. "No sé si se puede seguir diciendo que la política monetaria es contractiva, cuando el crédito crece a más del 30% y el consumo está volando en el segundo semestre", concluye.