Entre 20.000 y 25.000 toneladas de oro se calculan que están en manos privadas en la India, una ingente cantidad de oro que podría jugar un papel fundamental en la economía mundial en los próximos años.
El mercado del oro en estos últimos años ha estado muy plano. Durante años, ha mantenido unos precios que oscilaban entre los 1.100 y 1.400 dólares por onza, una orquilla que tampoco se ha visto muy alterada con hechos políticos significativos que podrían haber cambiado esta tendencia. Ni el Brexit o la sorpresiva elección de Donald Trump como presidente de los EE.UU lograron influir en la monotonía de los mercados.
Con estos números, se puede caer en la tentación de pensar que la demanda por el oro no supera la oferta generada, pero nada más lejos de la realidad. Eric Sprott, un inversionista global de metales preciosos, ha demostrado que la demanda anual neta de los consumidores durante la última década ha sido aproximadamente de unas 4.000 toneladas al año, mientras que el suministro proporcionado por las minas ha promediado alrededor de 2.800 toneladas. Esta anomalía que se refleja en la contención de los precios tiene su origen en las prácticas orquestadas por el Banco de Pagos Internacionales (BIS) a través de la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra-BoE. Así se desprende del informe realizado por Sprott que enfatiza en el hecho de que estos bancos centrales intervienen en el mercado para lograr esta contención, bien con sus propias tenencias de oro o a través de otras partidas que suelen alquilar a otros bancos centrales.
Shanmuganathan Nagasundaram recuerda como durante el mandato del gobernador del Banco de la Reserva de la India (RBI), Raghuram Rajan, se arrendó una buena parte de sus reservas de oro de 557 toneladas al Banco de Inglaterra que a su vez, lo realquilaba a otros bancos para que pudieran venderlo en el mercado abierto. Esta doble contabilización –oro vendido en el mercado y oro que los arrendadores siguen contabilizando como reservas en sus cuentas- se estima en alrededor de 20.000 toneladas, alrededor del 15 por ciento del total de oro disponible en el mundo. Para Nagsundaram, las posibilidades de que el RBI pudiera recuperar ese oro físico arrendado son casi nulas. Su opinión es que llegado el momento de repatriar ese oro arrendado, “vamos a obtener dólares impresos o libras en lugar del oro”.
Sin embargo, estas prácticas lideradas por la FED y el BoE podrían tener sus días contados. Por una lado, porque la demanda constante anual de oro de 1.000 toneladas al año no se puede controlar y las reservas de los bancos centrales están limitadas. Además, la lista de bancos centrales crédulos, dispuestos a alquilar sus reservas de oro es finita. Por otro lado porque bancos centrales como los de Rusia y China llevan décadas comprando oro, situándose, así, en el bando opuesto.
En este sentido, y según la mayoría de las estimaciones independientes muestran que con una producción anual de 3.000 toneladas, menos de 1.000 toneladas han ido a reponer las salidas de oro de las bóvedas de los bancos. El pronóstico para la producción anual augura un abrupto descenso de la producción del 33 por ciento, situando en 2.000 toneladas para 2025, agudizándose el problema de mantenerse la actual demanda. Para Nagsundaram “nos encontramos con una confluencia de factores que podrían afectar al actual sistema fiduciario tal como lo conocemos y una incapacidad para controlar los precios del oro en el futuro”, estos son: una fuerte caída de la producción de oro en condiciones de demanda creciente, una explosiva situación de deuda y déficit en Estados Unidos que podría llevar a una inevitable quiebra del sistema fiduciario y la negativa de al menos algunos de los bancos centrales, en particular los chinos y los rusos, a continuar bajo la hegemonía del dólar estadounidenses.
A pesar de todo tipo de medidas restrictivas auspiciadas por el gobierno, los indios han estado comprando oro en los últimos años. Y esto es sin tener en cuenta el contrabando de oro o las compras de oro realizadas en Dubai o Singapur. Esa percepción del oro por los indios no se puede cambiar y es muy complicado convencerles de cambiar su oro físico por rupias. Una posición envidiable si en el futuro, los bancos centrales del mundo se encuentran en una encrucijada y la situación deriva en el escenario antes descrito y de ahí en dos caminos. Por un lado, el llamado sistema capitalista liderado por los Estados Unidos podría buscar una confiscación de oro guardado en manos privadas –como ya hizo Roosevelt en 1933- y China, el llamado país comunista, podría lanzar un yuan respaldado por oro. Un giro verdaderamente peculiar de los acontecimientos.
“En mi opinión” –escribe Nagsundaram- la India tiene “una oportunidad única para establecer la agenda global de la política monetaria en el futuro. Con cerca de 25.000 toneladas en manos de ciudadanos privados, ningún país se encontrará en mejor posicionado para lograr la gloria económica” y ese oro, canalizado correctamente, puede ser el motor económico del país en el futuro.
Los futuros del oro subieron durante la sesión asiática el Jueves. En la división Comex de la New York Mercantile Exchange, Los futuros del oro para entrega en Diciembre cotizaban a 1.297,26 doláres estadounidenses la onza troy. Al momento de escribir este informe están subiendo en un 0,65%.
Tempranamente alcanzó un máximo de sesión de doláres la onza troy. El oroprobablemente encuentre apoyo en los 1.277,70 y resistencia en los 1.297,82.
El Futuros Índice dólar, el cual reporta el comportamiento del dólar estadounidense frente a un grupo de otras seis divisas principales, cayó un 0,12% para cotizar en 92,68 doláres.
Por otra parte, en el Comex, La plata para entrega en Diciembre se elevó un 0,58% para cotizar a 17,233 la onza troy mientras que El cobre para entrega en Diciembre se elevó un 0,00% para cotizar a 3,094 doláres la libra.