Proceso se da, en parte, por la recalificación de estos activos y por los buenos retornos que estaría mostrando el mercado en estas transacciones.
La venta de Transelec, la mayor empresa de transporte de electricidad en el país, activó el interés por este segmento del negocio con otros traspasos de propiedad en proceso o evaluación.
Se trata de grandes consumidores de energía que poseen líneas propias y también de generadoras eléctricas que, aprovechando el momento y los múltiplos positivos que se manejan para estas transacciones, evalúan la venta de algunos de estos activos.
En el mercado comentan que un factor que vino a impulsar estos procesos de enajenación fue la más reciente fase de expansión de los sistemas eléctricos.
Este ejercicio se realiza cada cuatro años, pero es sometido a una revisión anual en la que, además de establecerse la ejecución de obras nuevas y ampliaciones de tendidos existentes, se recalifican líneas “dedicadas” o que fueron construidas para abastecer un consumo específico, como el de una faena minera.
Así, si la autoridad lo determina, pueden pasar a ser consideradas redes nacionales. Esto implica no sólo que estas líneas se incluyen en la tarificación que paga el sistema, sino que sus dueños deben ejecutar las eventuales obras de expansión que la autoridad determine.
Esta recalificación incluso obligó a algunas firmas a crear sociedades anexas para administrar estos activos, considerando que esta actividad no es parte de su core business.
De esta forma y al revisar la lista de transmisoras inscritas en los registros del Coordinador Eléctrico Nacional, entidad que administra el sistema, entre diciembre de 2016 y marzo de este año, al menos cuatro empresas crearon sociedades de este giro.
De éstas, dos están relacionadas con operaciones de Antofagasta Minerals: Centinela y Zaldívar. En esta última, comparten la propiedad con la canadiense Barrick.
Precisamente, el brazo minero del grupo Luksic es una de las compañías que decidió desprenderse de Centinela Transmisión.
“En el caso de las líneas de transmisión, a principios de este año Centinela movió todos sus activos nacionales y la línea dedicada de 220kV (Esperanza–El Cobre) a una sociedad de giro exclusivo de transmisión y está iniciando el proceso de venta de dicha compañía”, dijeron.
Añadieron que esta transacción se enmarca dentro de la estrategia del grupo de enfocarse en su negocio principal, “lo que ha significado ir enajenando algunos activos no-esenciales relacionados al suministro energético”.
Las estimaciones apuntan a que el interés por este tipo de activos eléctricos corre por parte de operadores y también de fondos de inversión que ven una fuente segura de ingresos, aunque no se trata de montos excesivamente altos.
Las estimaciones del mercado apuntan a que podría llegar a pagarse hasta quince veces su Ebitda por estos activos. Son estos los números que han entusiasmado incluso a generadoras.
Ese sería el caso de AES Gener, que en el marco de un proceso de análisis de todas sus operaciones en el país, también está viendo alternativas que podrían derivar en la venta de algunas de sus líneas.
En su memoria anual, la eléctrica declara que en el Sistema Interconectado Central (SIC) posee 443 kilómetros de líneas de transmisión (incluidos las redes del complejo Guacolda) y doce subestaciones. En la red del norte grande cuenta con 809 kilómetros de líneas y once subestaciones.