Caída en los bonos de producción complicaría relaciones: Sindicato insistirá en tres puntos clave en nuevo proceso y en los que no existió acuerdo durante febrero pasado.
Expectante está la industria minera sobre lo que pase en Escondida y la nueva negociación colectiva que deberá enfrentar a mediados del próximo año.
Si bien todavía falta tiempo para aquello, el interés proviene de los numerosos impactos que generó para la economía del país la detención de la mayor minera de cobre del mundo por 44 días, tiempo que duró la huelga legal del sindicato N° 1, que agrupa a más de 2.500 trabajadores.
La movilización terminó sin acuerdo entre las partes y los trabajadores forzaron la extensión por 18 meses del contrato colectivo actual, periodo que se cumple el 31 de julio, pero las negociaciones partirían en junio.
Conversaciones que anticipan como complejas desde el sindicato en caso de mantenerse el “tenso ambiente” que, según ellos, existe en la compañía.
“Pese a los intentos que hubo por mejorar la relación laboral posterior a la huelga, esta no ha cambiado y, por el contrario, los trabajadores se han sentido menoscabados, quizás una pasada de cuenta”, comenta el vocero del sindicato N° 1 de Escondida, Carlos Allendes.
A su juicio, la compañía delineó metas de producción demasiado ambiciosas posterior a la huelga, las que no han podido ser cumplidas y, con ello, los trabajadores no reciben bonificaciones por logro.
Esto -dice- genera malestar en los socios de la organización. “Los trabajadores no estamos en condiciones de aceptar esta situación, por lo que no descartamos ninguna acción”, señala.
De todas formas, no descartan de plano una negociación anticipada, aunque eso se daría si la empresa solicita de manera formal adelantarla y que sea aprobada por las bases del sindicato.
Allendes añade que para que eso ocurra, la compañía debe aceptar tres puntos clave, que corresponden a la mantención de los beneficios actuales, que no se extienda la jornada, y que no se diferencie entre operarios nuevos y antiguos.
No obstante, los trabajadores destacan que el nuevo presidente de Escondida, el brasileño Mauro Neves, es conciliador y que tendría una mayor disposición de alcanzar acuerdos. Aunque a BHP, controladora de Escondida, se le consultó por esta percepción de clima laboral, no se obtuvo respuesta.
La minera anglo-australiana reconoció en su reporte anual que la nueva legislación laboral chilena propiciaría paralizaciones de trabajadores. En el apartado de riesgos operacionales del informe se indicó que “el ambiente de relaciones laborales en Chile sigue siendo desafiante, y es posible que vayamos a ver más interrupciones”.
La detención por 44 días del yacimiento Escondida también afectó los datos de Imacec y, de forma más directa, la recaudación fiscal. Hace algunos días la compañía informó que los impuestos a junio llegaron a US$ 72 millones, equivalente a una baja del 68% en un año
