Trascendidos periodísticos dan por válido que la empresa de la familia Macri (Socma) estaría interesada en comprar los activos en Argentina de la empresa española, hoy en concurso de acreedores. De concretarse la compra, se entraría en un conflicto de intereses, ya que Isolux es la encargada de la usina termoeléctrica, entre otras obras, que realiza para el Estado Nacional.
Afirman que la empresa Socma, hoy a cargo del hermano del presidente Mauricio Macri, Gianfranco, estaría evaluando la posibilidad de comprar los activos en Argentina de Isolux, la empresa española que, entre otras obras, tiene a su cargo la obra de la termousina eléctrica en YCRT.
E profesional dio por verídica la publicación de La Política Online sobre conversaciones entre Socma e Isolux, luego de que los bancos acreedores que tomaron el control de la compañía española resolvieran que la venta de activos para intentar cubrir sus millonarias deudas.
Aunque el propio sitio reconoce que allegados a la empresa familiar aseguraron que no hay “ni interés ni está en ninguna negociación con Isolux ni con sus proyectos o activos”, la realidad es que una compra de esta naturaleza, sobre todo teniendo en cuenta que hay obras que hoy están frenadas a causa de Isolux, pero que el Gobierno debe reactivar en lo inmediato, como ser la termousina, si se hicieran con la empresa en manos de Socma podrían transformarse en un grave conflicto de intereses.
Isolux no tiene a su cargo sólo la construcción de la termousina en Río Turbio, sino también las centrales de Barragán y Brigadir López, pero por sus dificultades fue retirada del registro de proveedores del Estado.
El agujero de Isolux es enorme y los medios españoles estiman que un grupo de bancos ha perdido 4.000 millones de euros entre deuda, avales y capital. Los más perjudicados son el Santander, al que le deben unos 825 millones de euros, y La Caixa, con una acreencia de unos 600 millones de euros.
Es por eso que la administración concursal de Isolux puso a la venta todas las unidades y negocios que considera viables, en lo que en España llaman una “liquidación exprés” de activos. Entre ellos se encuentran los que tiene en Argentina y otros países de América Latina, como México y Brasil.
Según consigna en su web, Isolux tiene fuerte presencia en el sector energético de Argentina, donde puso en marcha la central ciclo combinado de Loma de la Lata, en Neuquén; construye para Enarsa dos centrales de ciclo abierto en Ensenada y Brigadier López, y realizó el tendido eléctrico entre Formosa y Sáenz Peña. Isolux también está en la UTE que se adjudicó la construcción de la represa Chihuido en Neuquén.
En 2016, Isolux ya se desprendió de activos del sector energético. Concretamente, vendió por 25 millones de dólares el parque eólico de Loma Blanca, en Chubut, a Sidelo y Sidsel, una firma desconocida. En ese momento comenzaron a tomar fuerza las versiones de negociaciones con el grupo Socma.
En el área de infraestructura (que sería una de las más atractivas), Isolux “desarrolla las obras del corredor vial Nº 4 y recientemente ha culminado la rehabilitación y restauración del edificio Aduana Taylor, para convertirlo en el Museo de la Casa Rosada”, según informó.
Pero también tiene adjudicados otros proyectos millonarios, como el tramo A del Paseo del Bajo, por 94 millones de euros. Además, Vialidad le otorgó obras en varios tramos de la ruta nacional Nº 3 en Chubut y en la ruta provincial 12 de Córdoba. Esto último suma unos 54 millones de euros.
Igualmente la obra más importante es la de la central termoeléctrica de YCRT, que hoy se encuentra casi paralizada por decisión del Gobierno Nacional que, ante las irregularidades detectadas, decidió suspender a la empresa por cinco meses del registro de constructores.