La iniciativa se encuentra en cuenta regresiva para comenzar a operar. Sin embargo, desde la empresa y los auditores hay retrasos en dos tramos claves. El primer plazo vence en enero.
La colombiana ISA, a través de su filial Interchile, podría transformarse en una de las pocas transmisoras cuyas boletas de garantías son cobradas por no cumplir con los plazos. Esto, debido a un posible atraso en los hitos constructivos de su megaproyecto Cardones-Polpaico, el que con una inversión de US$1.000 millones unirá Cardones con Polpaico y será clave para la interconexión del Sistema Interconectado Central (SIC) y el del Norte Grande (SING).
La empresa ha logrado sortear las dificultades que ha enfrentado el proyecto, primero en su tramitación ambiental y posteriormente en la obtención de servidumbres en medio de la oposición ciudadana. Sin embargo en enero próximo enfrenta un evento clave: en dicho mes vence el plazo para el término de la construcción de la mega línea de 2×500 kV.
Y es que según comenta el propio coordinador, se anticipa que al menos dos tramos de la línea podría retrasar su entrada en operación. De hecho las auditorías realizadas a la obra, alertaría lo mismo.
“(Desde Cardones) hasta Pan de Azúcar va a estar dentro de este año; en Pan de Azúcar-Polpaico ISA tiene problemas con servidumbres que no ha logrado resolver todavía por lo que no tienen una fecha precisa para completar ese tramo, pero las estimaciones que ellos hacen es que estará a mediados de 2018”, comentó Germán Henríquez, presidente del coordinador eléctrico.
De concretarse dicho escenario, el proyecto estaría operativo seis meses después de la fecha proyectada de la puesta en marcha y por ello, y de acuerdo a las bases de licitación del proceso, Interchile se vería expuesta al cobro de la garantía además de multas.
“Todos los proyectos de transmisión trocal tienen boletas que van contra hitos constructivos, por lo tanto a medida que se van superando esos hitos, se van liberando esas boletas; por lo tanto, este proyecto tiene ese régimen y ese nivel de obligaciones respecto a desfases u hitos que no se cumplan en las fechas”, explicó Daniel Salazar, director ejecutivo del Coordinador.
En concreto, de acuerdo a las bases, la empresa debe presentar una boleta correspondiente al 2% del valor de la inversión referencial de cada obra nueva, establecida en el Decreto de Plan de Expansión, por cada hito constructivo, de forma sucesiva. En el caso de los tres tramos que incluye la línea, el valor de la inversión suma US$489 millones.
Sin embargo, considerando que hay dos tramos (Maitencillo – Pan de Azúcar y Pan de Azúcar – Polpaico) que se estima podrían verse afectado por retrasos, la boleta a ser cobrada por cada hito que no se cumpla en el plazo sería de unos US$65 millones. En el caso de que se retrase la totalidad de la línea, InterChile también estaría sujeto a multas equivalentes al 0,068% del proyecto por cada día de atraso en la entrada en operaciones del proyecto, con un tope máximo de 730 días.
No obstante, la empresa tiene la facultad de solicitar una prórroga o, como se va visto en casos anteriores, podría apelar a dichos castigos a la justicia.
Una de las empresas que se va visto expuesta a multas y el cobro de garantías por atraso en los plazos es la mayor transmisora de Chile, Transelec, con el proyecto Rodeo- Chena. En el marco de esta iniciativa, pagó una multa de US$1,8 millones, más el cobro de una garantía por US$313 mil. A este evento se sumaron los retrasos en dos de los hitos relevantes del proyecto Nogales‐Polpaico, donde se cobró dos boletas de garantías por US$2,9 millones y posteriormente se le aplicó una multa por el retraso de la puesta en marcha. La empresa apeló a ella y hoy el recurso se está resolviendo en la Corte Suprema.