"The hen gets involved but the pig commits". La festejada ocurrencia de Gustavo Lopetegui en el último gabinete ampliado se ha viralizado entre los funcionarios de Cambiemos. Ayer, un muy suelto Juan José Aranguren, a años luz del debut en el 13-D de 2015 cuando leía cuidadosamente sus palabras, acudió a la metáfora sobre gallinas, huevos, chanchos y tocinos para cerrar su discurso "liberador" en la concurrida apertura de la AOG 2017.
El ex Shell y hoy ministro del MINEM apeló a sus ex pares a seguir los pasos del cerdo y el bacon en lo que se viene: un escenario de precios desregulados y de menos subsidios.
+ Argentina a partir de 2007 aplicó políticas por las que el gobierno nacional quiso participar de la renta petrolera con la imposición de retenciones a la exportación, abolidas en enero pasado, y la inversión comenzó a escasear y se perdió autoabastecimiento.
+ El acuerdo entre productoras y refinadores con gradualismo de los últimos tres años, desde 2015, han ido acomodando los precios a los internacionales. Hoy el crudo en Argentina está casi en paridad internacional.
+ En el gas es diferente, por falta de inversión y tarifas bajas, hubo reemplazo del potencial off shore y on shore por importaciones, con un pico de 89 barcos de LNG en 2015. Lo que nació como temporario en 2007 se transformó en estructural. Este gobierno optó por el GNL regasificado en Chile en invierno, lo que fue conveniente para el fisco.
+ Hoy 52.000.000 m3/día de gas reciben US$ 2,4 MBTU y otros 55.000.000 m3/día tienen una remuneración de US$ 7,4 MBTU por el Plan Gas. La oferta está recibiendo en promedio US$ 4,90 MBTU, versus US$ 2,3 que recibían en 2012. Estos US$ 4 los paga la demanda y los otros US$ 0,90 los pagan Cammesa, los grandes clientes industriales y las distribuidoras, que han iniciado el sendero de reducción de subsidios. Esto sale del bolsillo de todos los ciudadanos, aún de aquellos que no tienen gas por redes.
+Los subsidios serán redireccionados a la demanda y no a la oferta. El ejemplo es la tarifa diferenciada, federal, para sectores vulnerables en electricidad y gas. En lugar de subsidiar la oferta, lo que tuvo cierto éxito con el Plan Gas, porque logró amortiguar el declino y aumentó la producción. Pero el gobierno quiere que la oferta sea remunerada por la demanda prioritaria y aspira a subsidiar a la nueva inversión que reemplace a la importación.
+ En 2015, el total de subsidios de los argentinos a la industria del gas fue de US$ 5.500 millones, un 1.2% del PBI. Con las provincias, sindicatos y empresas se acordó un esquema para terminar con la destrucción del empleo local, con el Acuerdo Vaca Muerta que pretende ser seguido por acuerdos en otras zonas, donde hay costos altos pero probablemente competitivo con respecto a la importación.
+ Reemplazar importación y lograr saldos exportables en época no invernal es la estrategia del gobierno.
+ El cambio climático impacta en la Argentina. El petróleo y el gas, la agricultura y otras actividades tienen que mitigar su impacto. El proceso de transición energética en el mundo hacia energías más limpias, el gas natural tiene un rol fundamental. Esta transición de hasta 40 años hay señales de China, Reino Unido y otros países para virar hacia el auto eléctrico, o Chile, que en 2040 quiere matriz energética limpia. Argentina y su gas tienen que aprovechar esta transición.
+ Hay países que todavía conservan carbón en matriz energética pero invierten lo nuevo en energías renovables y está progresando el almacenamiento a través del litio y el hidrógeno. Argentina tiene que aprovechar su potencial gasífero aquí y ahora.
Cuando inició su discurso, ya el auditorio tenía en sus telefonitos lo que fue saliendo de prensa del ministerio: el adelanto al 1° de octubre de la fecha en que se eliminarán los topes al valor de los combustibles líquidos. Nada de ajuste post electoral, ahora nomás, porque el gobierno apunta a que de la mano de YPF y su poder formador de precios, no habrá estampida. Las petroleras, en estas vísperas de urnas, apoyarán responsablemente el fin de las naftas reguladas.
"No creo que haya aumento de precios", reiteró anoche Aranguren en el canal LN+. En el último tramo. la pizarra de los combustibles devenían de revisiones industria - provincias - Nación siguiendo al dólar y al barril "criollo", que es el petróleo de producción nacional.
Lo que tomó estado público ayer fue la nota ministerial del 22 de septiembre a las petroleras en la que el MINEM decía que: "un aumento de los precios internacionales permitiría la liberación de los precios internos y de ese punto en adelante mantener la paridad con un funcionamiento pleno de la reglas de mercado. Desde el 13 de septiembre, se ha satisfecho esa condición", informa Energía a las petroleras, abriendo la puerta a la libre competencia.
Con el nuevo marco, las refinadoras podrán importar o comprar crudo en el país. (El Brent y el WTI hoy cuestan más que el Escalante y el Medanito).
La liberación del mercado partió del acuerdo para la transición a precios internacionales: si el Brent superaba por diez días seguidos el precio local menos un dólar del Medanito (US$ 55 por barril) se suspendía la vigencia del convenio. Desde el 13-S el Brent supera los US$ 54 por lo que el MINEM dio por concluido el acuerdo.
¿Qué pasará con el "barril criollo" una política implementada por el kirchnerismo en 2015 y continuada por el macrismo hasta estos días que, en concreto, era una millonaria transferencia de recursos de los consumidores hacia las petroleras. Como durante años, para fomentar el consumo interno de bienes el anterior Gobierno impuso a nivel local un precio más bajo de los combustibles frente a un crudo que volaba en el mundo por encima de los u$s 100 por barril, cuando el petróleo bajó de los u$s 75 a fines de 2014, el precio local se mantuvo y las naftas se pagaron hasta hace unas semanas por encima de lo que correspondía si el mercado no hubiera estado intervenido.
Según la Confederación de Entidades de Comercialización de Hidrocarburos de la República Argentina (CECHA), "de haber operado el acuerdo de revisión trimestral, ya se venía especulando con aumentos de 6-7% y esta liberación no va a cambiar lo que se preveía. La suba se va a dar indefectiblemente porque se incrementaron los valores de los insumos para las refinadoras. Todo hace suponer que siendo YPF la que mueve el amperímetro, ellos también marcarán la cancha y es de esperar que aumenten después de las elecciones".
La normalización del mercado de hidrocarburos es uno de los planes del programa Formulación y Ejecución de Políticas Hidrocarburíferas bajo la órbita del Ministerio de Energía que el Gobierno se fijó como objetivo para 2018. Tendrá una partida por $ 26.310 millones y será en buena parte destinada a subsidiar la producción no convencional de gas en la Cuenca Neuquina.