La agencia de calificación crediticia Moody's ha advertido de que el proceso de independencia en Cataluña tendría consecuencias negativas para la economía española y sus calificaciones y apunta que la solución puede pasar por satisfacer algunas demandas, especialmente en temas fiscales y de financiación.
En un informe, Moody's aborda la situación del proceso y recuerda el tamaño de Cataluña, que supone el 19% del PIB y cuenta con el 16% de la población con una riqueza per capita por encima de la media. "La independencia debilitaría la fortaleza de la economía española", apunta la agencia, que revisará el próximo 20 de octubre el «rating» de España.
No obstante, Moody's reconoce que sus previsiones pasan porque el proceso no prospere y Cataluña siga en España. Existen, argumentan, numerosos "obstáculos" como las herramientas constitucionales o un apoyo popular a la secesión que no llega a ser mayoritario.
Incluso si el referéndum se hiciera el próximo 1 de octubre y ganara la independencia, "la falta de una base legal y la ausencia de un umbral mínimo de participación minaría su legitimidad".
La agencia también señala que, en cualquier caso, la relación política entre el Gobierno central y Cataluña seguirá siendo tensa y apunta que la solución debe ir por satisfacer algunas de las principales peticiones de Cataluña: mayores recursos fiscales y una reforma del marco de financiación regional. Todo, subrayan, respetando el marco constitucional.
España, reconocen, es uno de los países más descentralizados de la Unión Europea en cuanto al gasto del sector público, pero no lo es tanto en temas de impuestos.
La agencia también advierte de las consecuencias negativas para la calificación de Cataluña, actualmente en Ba3 con perspectiva negativa, si las tensiones políticas aumentan y eso afecta a las vías de financiación del Estado para esta comunidad.
Moody's, al igual que S&P que también revisa en unas semanas su nota sobre España, mantiene la calificación en el escalón B, la del aprobado.