Fischer es un economista ampliamente respetado que enseñó en MIT y fue jefe del Banco de Israel durante ocho años. Su salida repentina aumenta el vacío en el seno del liderazgo del Fed de cara a un camino difícil.
El vicepresidente de la Reserva Federal Stanley Fischer renunciará el próximo mes por razones personales, dejando una cuarta vacante entre los siete integrantes de la junta directiva de la autoridad monetaria. Fischer es un economista ampliamente respetado que enseñó en MIT y fue jefe del Banco de Israel durante ocho años.
Su salida repentina aumenta el vacío en el seno del liderazgo del Fed de cara a un camino difícil. Fischer, de 73 años, es un confidente de la presidenta de la entidad Janet Yellen, cuyo período termina en febrero. El banco central de Estados Unidos está subiendo las tasas de interés lentamente, mientras la economía crece y el desempleo baja. Pero la inflación sigue por debajo de la meta del Fed, complicando su camino por delante. Fischer ha sido miembro de la Junta de Gobernadores del Fed desde mayo del 2014.
Su período como vicepresidente iba a expirar en junio próximo. En una carta enviada al presidente Donald Trump, dijo que su renuncia sería efectiva a partir del 13 de octubre o alrededor de esa fecha. La renuncia dará a Trump otra oportunidad para moldear al Fed.
El mandatario ha nominado a Randal Quarles para una de las vacantes, como vicepresidente de supervisión de bancos. Se prevé que el Comité Bancario del Senado vote el jueves sobre la nominación de Quarles.
Todas las nominaciones a la Junta de Gobernadores requieren confirmación del Senado. Diane Swonk, jefa economista de DS Economics, dijo que la renuncia de Fischer podría aumentar las probabilidades de que la Casa Blanca simplemente vuelva a nominar a Yellen, en vez de nombrar a un nuevo presidente de la agencia.