Fabián Ruocco es el director ejecutivo del CEDyAT, el organismo que realizó el estudio de Impacto Socio - Ambiental en Córdoba para la modernización de la central de Embalse.
“Esta difícil situación vuelve a poner en escena una discusión latente desde hace muchos años en el país: cada vez que aparece algún proyecto importante vinculado con la tecnología nuclear empiezan a surgir fuertes discusiones en la ciudadanía; pero las autoridades deberían saber a esta altura de los acontecimientos que “sin participación no hay compromiso”, expresó Ruocco a Télam.
El director del Cedyat afirmó que “se notó claramente la falta de una estrategiaparticipativa, previa a los anuncios, que tuviese en cuenta a la población que legítimamente necesitaba canalizar sus dudas y sus temores ante un proyecto de este nivel”.
El especialista lamentó la marcha atrás en el proyecto por parte del gobernador Alberto Weretilneck y ratificado esta semana por el Gobierno nacional, por entender que “la provincia cuenta con una extensa trayectoria del sector nuclear de nivel internacional por la actividad de la CNEA en Bariloche, el Instituto Balseiro y el Invap, con un prestigio que no fue suficiente”.
“El abordaje desde la historia nuclear provincial podría haber sido un muy buen punto de partida para iniciar un recorrido de participación ciudadana respecto de la viabilidad del proyecto”, afirmó el titular del organismo que también realizó el Plan Estratégico 2015-2025 para la estatal Nucleoeléctrica Argentina que incluye la construcción de dos nuevas centrales.
En un contexto complejo para el proyecto, Ruocco señaló que en un ambiente electoral “semejantes controversias no colaboraron en disipar las dudas. El conflicto fue subiendo de tono en lo político, en lo social y en lo ambiental. Además de las contradicciones del gobernador de Río Negro que elevó un proyecto de ley para prohibir la instalación de la central nuclear en la provincia”.
El Gobierno nacional anunció el miércoles que reconsidera la ubicación del proyecto de construcción de la quinta central nuclear, que iba a ser localizada en Río Negro, “a la luz de la nueva posición” del gobernador Weretilneck, quien había sido uno de sus impulsores.