El huracán Harvey, que azotó Houston en los últimos días y dejó al menos 20 muertos en la zona, afectó también una de las principales industrias de la cuarta ciudad más poblada de Estados Unidos: el petróleo.
A esta localidad del estado de Texas se le conoce como la capital mundial de la energía por albergar más de 5.000 empresas del sector.
Por eso, la noticia de que el huracán pasaría por este territorio petrolero levantó las alarmas.
Ante el temor de que la disponibilidad del crudo cayera, sus precios subieron en un par de ocasiones durante las jornadas anteriores a la llegada de Harvey.
Pero ahora, el efecto es el contrario.
El WTI (West Texas Intermediate), el valor de referencia del crudo en Estados Unidos, cotiza este jueves a US$45,95 el barril, según los datos de Bloomberg y Market Watch, lo que representa un descenso del 4% desde el viernes pasado.
.
Su equivalente europeo, el Brent, también pierde valor desde entonces. En concreto, un 3,5%, ya que se comercializa a US$50,58.
Siguiendo la ley de la oferta y la demanda, si uno de los centros neurálgicos del petróleo vive una crisis que le impide funcionar con normalidad, lo lógico sería que la oferta se resintiera y que, por lo tanto, los precios se incrementaran.
Es por eso que cada vez que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) quiere que el crudo se revalorice, impone a sus miembros recortes en la producción.
Pero esto no ha pasado en esta ocasión. ¿Por qué?
La razón es que un tercio de la capacidad de refinación de EE.UU. también se encuentra en la costa del Golfo de México, donde está ubicada Texas.
La zona afectada por Harvey es crucial para la producción de derivados del petróleo como la gasolina o el diésel.
Tanto, que los estragos causados por Harvey obligaron a que las refinerías responsables del 23% de la gasolina producida en EE.UU. cesaran temporalmente su actividad.
Y eso ha generado una gran disminución de la demanda de crudo, lo que ha empujado hacia abajo el valor del mismo.
"En Estados Unidos, la gasolina es el principal producto del petróleo", le explica a BBC Mundo el experto en mercados energéticos de la Universidad Pompeu Fabra, Albert Banal Estañol.
"Sin contar el diésel, deberíarondar el 50% del consumo de crudo", dice.
Y si bien el huracán disminuyó la producción de petróleo en la zona, su impacto en la de sus derivados fue aun mayor, destaca el catedrático español.
"La oferta de crudo bajó menos que la demanda y, por lo tanto, hay un exceso de oferta, provocando un descenso de los precios", resume.
Y el profesor de la escuela de negocios Esade, Pedro Aznar, agrega otros dos factores.
"La zona afectada es ahora menos importante porque la producción de crudo se ha diversificado en Estados Unidos con el que se obtiene de la fracturación hidráulica", le dice a BBC Mundo.
"Esto ha hecho que sea menos dependiente de esta área. Si esto hubiera pasado hace 10 años, su efecto hubiera sido mucho más importante", asegura.
Y el segundo factor, es que el país ya registraba "un cierto nivel de sobreproducción" de crudo, por lo que los productores contaban con reservas que han amainado la caída de la oferta.
La otra cara de la moneda, sin embargo, es que el precio de la gasolina seincrementó en EE.UU.
Este combustible aumentó en casi US$0,25 (+14,9%)desde el viernes pasado a este jueves, cuando llegó a alcanzar el precio de US$1,9 por galón.
El carburante no registraba un valor tan alto desde mediados de 2015.
La zona afectada por el huracán concentra el 20% del total de la producción de petróleo en EE. UU., según una nota de prensa del Departamento de Energía de ese país.
El paso de Harvey provocó que la producción se redujera en 319.523 barriles diarios, el 18,26%de lo que se fabrica en la zona.
Esto es porque las 737 plataformas petrolíferas con personal que hay en el Golfo de México (otras funcionan sólo con máquinas), 102 se encontraban inoperativas el martes, según un comunicado de la autoridad estatal de seguridad y medio ambiente.
En tierra firme, 5 de las 10 torres de perforación fijas también habían sido evacuadas.
Y el paso de Harvey también es relevante para la producción de gas natural, que se ha visto perjudicada por el huracán en un 19,1%, según las estimaciones de este organismo.
Pero el mayor impacto ha sido sobre las refinerías.
La más grande de las refinerías de la región, propiedad de Motiva Enterprises, interrumpió su actividad el martes por la noche y no es la única que tuvo que tomar esa decisión.
Varios oleoductos claves también han tenido que cerrar, lo que impide la exportación y el traslado de crudo a las refinerías.
La que posee la compañía Marathon Petroleum en Galveston Bay, por ejemplo, anunció que dejaría de funcionar porque la interrupción de las tuberías la había dejado sin petróleo, según Bloomberg.
"Volver a operar con normalidad va a tomar un tiempo y la industria de refinación estadounidense ya se está mentalizando para un cese de actividad prolongado", aseguró a la BBC Stephen Brennock, de la correduría de bolsa especializada en crudo PVM.
Esto, sin embargo, eventualmente forzará a las plantas de petróleo a recortar la producción, advirtió Oil Price.
Si el crudo no puede venderse, la única alternativa es guardarlo y su capacidad de almacenaje tiene un límite.
Y en el caso de las plantas que emplean la fracturación hidráulica, existe un riesgo añadido, según el portal energético.
Parar la actividad significaría perder una presión que no podrán recuperar de forma inmediata cuando la reanuden, lo que se traducirá en una pérdida de productividad, advierte.
Así que queda por ver si el efecto de Harvey sobre los precios del petróleo llegará a ser significante o duradero.
"Deberemos ver cómo evolucionan tanto la oferta como la demanda en las próximas semanas o meses", zanjó Banal.