Antofagasta plc ha hecho una serie de ajustes al diseño de la mina de cobre y níquel, hoy en fase de revisión de prefactibilidad, para reducir el impacto de las operaciones.
“Es un tremendo desafío, tenemos un tremendo proyecto pero no es fácil. Si la problemática o el desafío de obtener permisos en Chile es difícil, en Estados Unidos lo es bastante más”.
El director de Twin Metals, Robert Mayne-Nicholls, se refirió a la etapa en que está la inversión que el grupo Luksic espera sea su primera incursión minera internacional: la evaluación de las comunidades, de las autoridades de Minnesota y los organismos federales de Estados Unidos.
En octubre pasado, Twin Metals inició la revisión final de los estudios de prefactibilidad, con el objetivo de enviar el Plan de Operación de la mina (equivalente al Estudio de Impacto Ambiental en Chile) en diciembre de 2018.
“En base a lo que le presentemos y en conjunto con la autoridad y la comunidad, se determinará cómo será definitivamente este proyecto. No es que vayamos a hacer algo completamente distinto de lo que nos diga la comunidad”, explicó Mayne-Nicholls hace unos días en un simposio de la U.de Santiago.
Allí indicó que la iniciativa, para la que aún no se maneja un monto definitivo de inversión, podría estar del orden de cinco años en revisión, considerando que debe pasar por el análisis de las autoridades estatales y federales.
En una presentación de actualización de mayo pasado, Twin Metals informa que hasta ahora han invertido más de US$ 400 millones en esta iniciativa. Desembolsos relacionados con contratistas, infraestructura, personal y proyectos con las comunidades aledañas al depósito de cobre, níquel y platino, emplazado al interior de la reserva natural Superior National Forest y que la minera explotará en régimen subterráneo.
Ante los estudiantes, el ejecutivo que asumió en este cargo en abril, tras dejar la gerencia general de Los Pelambres, explicó que respecto de modelos anteriores han incorporado varios cambios que están en evaluación.
Uno, explicó, es el tratamiento de los relaves, el desecho que deja el tratamiento del mineral. Al respecto, la propuesta en estudio es disponer sólo el 55% de este material en superficie, en una ubicación que si bien no es la mejor para una operación económicamente eficiente, sí lo es desde el punto de vista de seguridad.
“El impacto de los tranques de relaves es tan grande que éstos tienen que ser del menor tamaño posible y en un emplazamiento que permita reducir cualquier posibilidad de afectación de las áreas protegidas ante un derrame”, planteó Mayne-Nicholls, quien añadió que esto implicará un “aumento importante del costo del proyecto”, pese a que comprobaron que estos desechos no generan aguas ácidas.
Para lograr el menor tamaño del reservorio y tal como se indica en la presentación, Twin Metals evalúa un depósito subterráneo, para lo cual rellenarán las zonas de la mina que vayan siendo explotadas. Lo mismo sucedería con parte del material estéril que se retire. Esta es una técnica que ya se usa en otras faenas en el mundo.
Las plantas concentradoras también fueron reconfiguradas. En el diseño en evaluación estas unidades están ubicadas en una zona diferente, para evitar que el concentraducto que alimenta la planta pase bajo un lago que está en el lugar.
“Esto implica el diseño de una planta mucho más compacta, más pequeña, donde la eficiencia operacional y las combinaciones entre las distintas áreas van a ser más importantes que en la otra ubicación que se analizó”, comentó Mayne-Nicholls.
Para reducir el eventual impacto visual de las instalaciones en superficie, otro factor que considera el diseño de Twin Metals es un programa de arborización para evitar que las plantas o el stockpile (donde se acumula el mineral chancado) puedan ser vistas desde la zona del lago aledaño.