Argentina solicitó eliminar los derechos provisorios e insiste en un pacto entre privados. Expectativa por volver al mercado europeo, aunque no será inminente.
El Gobierno y representantes de la industria de biocombustibles presentaron ayer ante el Departamento de Comercio norteamericano, que lidera Wilmur Ross, el descargo y un pedido de suspensión de los altísimos aranceles que EE.UU aplicó al biodiésel argentino y que implican, en la práctica, el cierre de ese destino por al menos un trimestre.
El escrito acercado a la dependencia que dirige Ross cuestiona, como informó ayer El Cronista, formalmente la decisión adoptada; insiste en la inexistencia de subsidios, y pide anular los derechos compensatorios provisorios de hasta un 64%.
La presentación incluyó, además, una invitación a la administración Trump para armar una mesa de negociación que evite estancar la disputa en el proceso administrativo, que podría extenderse hasta fin de año y demorar entre tres y seis meses los despachos, que llegaron a fines de julio a las 800.000 toneladas y equivalían a u$s 600 millones, según cálculos preliminares.
Al respecto, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, aseguró ayer a la prensa acreditada en Casa de Gobierno que Ross le había expresado el "compromiso" de suspender la fuerte suba al arancel "lo más rápido posible". Pero los negociadores consultados por este diario consideraron horas más tarde que la declaración del ministro debe tomarse apenas como "una expresión de deseo".
Washington tiene hasta el próximo martes 5 para definir si acepta una negociación entre privados para fijar precios, alícuotas y volúmenes de exportación. Si hay aval, esa ronda negociadora empezaría oficialmente recién el 30 de septiembre.
Si la administración Trump rechaza negociar, la Argentina perdería la posibilidad de torcer el destino por la vía diplomática y se vería obligado a observar el curso del proceso administrativo, en el que los abogados de una y otra parte se explayarán en argumentos y contraargumentos sobre la aplicación o no de derechos provisorios ante el Departamento de Comercio y la Comisión de Comercio Internacional (USITC, por sus siglas en inglés). Cancillería ya advirtió que "se reserva el derecho de llevar adelante las acciones legales pertinentes" sino se alcanza una solución amistosa.
En paralelo, el Gobierno buscó llevar calma al sostener que, pese al bloqueo norteamericano, la Unión Europea se apresta a reabrir sus puertas al producto.
La Comisión Europea volverá a poner el próximo jueves 7 a consideración de las nacionales del bloque una propuesta que ya circula entre los 28 estados miembros para fijar a las empresas argentinas un arancel promedio del 8,1%, por debajo de la propuesta que se evitó votar a fines de julio y que fijaba un impuesto del 10,6%, lo que ofrecería condiciones más favorables para exportar.
Para las empresas involucradas, el resultado de la votación es incierto. Por eso evitan entusiasmarse, aunque reconocen que volver a Europa, aún con aranceles en Estados Unidos, permitirá mantener los niveles de producción.
ENERNEWS/El Cronista
El Gobierno presentará hoy de manera formal el descargo en el que rechaza los excesivos aranceles compensatorios que impuso Estados Unidos al biodiesel argentino, que en la práctica implica el bloqueo total para ese producto y generó malestar y una dura respuesta pública por parte de la administración de Mauricio Macri.
La presentación en la que Argentina rechazará la decisión del Departamento de Comercio norteamericano se efectuará esta tarde en Washington, a la vez que se hará solicitud para encarar tratativas que permitan acercar posiciones y que la exportación de ese combustible alternativo pueda retomarse, según indicaron a El Cronista fuentes diplomáticas y empresarias.
El descargo formal insistirá en que la producción de biodiesel argentino no se encuentra subsidiada mediante los diferenciales de retenciones a las exportaciones que tributan la soja sin procesar (35%), el aceite (27%) y el combustible alternativo (0%). Además, hará hincapié en que los argumentos norteamericanos son similares a los esgrimidos por la Unión Europa, que en 2012 impuso aranceles de casi 25% al producto argentino, desestimado por la Organización Mundial de Comercio (OMC), que ordenó una baja considerable de esos derechos compensatorios, aun sin efectivizarse.
Tras la imposición de los derechos provisorios de hasta 64% por parte de EE.UU., el Gobierno encaró dos estrategias. Por un lado, Cancillería rechazó de manera oficial el jueves esa decisión y se reservó el derecho de iniciar las acciones legales necesarias para torcer la medida.
Por el otro, mantiene abierta la vía de la negociación. En esa línea se inscriben la carta que el presidente Mauricio Macri le envió al vice estadounidense, Mike Pence, quien hace 15 días visitó Buenos Aires con la publicitada intención de ampliar el comercio agrícola bilateral.
También en ese camino, el canciller Jorge Faurie, y el ministro de Producción, Francisco Cabrera, recibieron al encargado de negocios de la embajada de EE.UU., Thomas Cooney, para transmitir el malestar que generó la medida y analizar "posibles soluciones" al conflicto.
"Estamos muy comprometidos a tener una relación positiva y madura con Argentina. Los buenos socios superan desafíos con confianza y paciencia", sostuvo Cooney tras la reunión.
Desde la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio), Luis Zubizarreta, destacó el acompañamiento oficial a la postura de la industria. "Creemos que tenemos y vamos a ir por eso", indicó el dirigente en declaraciones radiales.
Luego de insistir en que la decisión del Departamento de Comercio de EE.UU., que lidera Wilmur Ross, perjudica a la cadena de la soja en su conjunto, dado que genera una excedente de 1,5 millón de toneladas anuales de aceite de soja local que no encontrarán fácilmente mercado y, por ende, deprimirá los precios, Zubizarreta destacó el trabajo mancomunado con el Gobierno para defender la postura argentina.
"Siempre hay instancias de negociación, hay más chances si trabajamos juntos", destacó el empresario.