El boom de los proyectos gasíferos puede garantizar abundancia y precios bajos para uno de los principales insumos fabriles. Compañías que no son nativas de la actividad petrolera buscan dinamizar la producción no convencional.
En la industria no pasó desapercibida la inquietud de Dow por conocer el valor de su participación -el 50%- en el principal yacimiento de gas en Vaca Muerta: El Orejano. El desarrollo, que opera YPF, ya supera los 3 millones de metros cúbicos de gas y podría duplicar esa producción en el corto tiempo. Si bien se supo que la venta no es una prioridad, también se dejó entrever que en caso de obtener una buena cotización y un interesado, no sería traumático para la compañía desprenderse de su presencia en el bloque.
Pero, ¿qué beneficio le reportaría a Dow irse de Vaca Muerta?
El área ya tiene más de 700 millones de dólares de inversión y un prometedor horizonte productivo. La firma norteamericana, dedicada exclusivamente a la petroquímica, apostó en primera instancia a desembarcar en el boom del shale argentino por conocer de primera mano la revolución norteamericana de los no convencionales, que disparó la producción y bajó los precios de su principal insumo: el gas.
Cuando para muchos era una inversión de altísimo riesgo, la firma se asoció con YPF, la petrolera que mejor conoce la roca generadora neuquina, y avanzó en el proyecto de inversión. En primera instancia buscaba garantizarse el abastecimiento de gas para sus planes futuros de expandir la planta en Bahía Blanca.
El contexto, de incentivo a los precios del gas y los primeros resultados de Vaca Muerta, fue determinante para el desembarco.
A pocos años y con el sostenimiento de los planes de subsidio para la producción del fluido, la industria petrolera nacional fue testigo de una primavera de proyectos de gas . Todos atados a la productividad de los no convencionales de la Cuenca Neuquina. Con sólo tres de los últimas apuestas anunciadas, la provincia podría sumar 40 millones de m3 diarios (hoy entrega 60 millones de m³/día).
De no mediar una catástrofe, el abastecimiento de gas está garantizado. Si las proyecciones se cumplen, la abundancia del fluido y el esquema de mercado liberado que proyecta Nación, podrían llevar los precios a niveles competitivos en el mercado internacional.
El panorama configura una excelente noticia para las industrias que tienen al gas como uno de sus principales insumos: oferta garantizada y bajos precios. Casi un cuento de hadas para la industria argentina.
Un esquema así es el que imagina el empresario Paolo Rocca, del grupo Techint, uno de los principales consumidores de gas del país, para el megadesarrollo que su petrolera Tecpetrol lleva adelante en Fortín de Piedra. A todos sorprendió el agresivo anuncio de inversión, por 2.300 millones de dólares, para los próximos dos años.
El descomunal movimiento que lleva aparejado el proyecto era casi impensado para una época de vacas flacas. Aún cuando las condiciones de inversión son casi únicas, muchas empresas internacionales todavía mantienen la cautela antes de lanzarse a los no convencionales criollos.
Rocca pasó por Neuquén y destacó que el desafío es conseguir que, a través de la puesta en marcha de grandes inversiones, otras empresas mundiales confíen en Vaca Muerta y traigan sus proyectos a suelo neuquino. Planteó como una necesidad, mejorar la competitividad del sector para llegar al final del sendero de precios controlados que trazó Nación, en 2021, con un valor para el gas en el orden de los 3 o 4 dólares, algo que hoy ocurre en Estados Unidos.
De confirmarse ese panorama, dos compañías que no son nativas del upstream petrolero habrían asumido el rol de dinamizadoras del sector y en paralelo se habrán garantizado la materia prima en el largo plazo.
40 millones de metros cúbicos diarios de gas podrían aportar sólo tres de los nuevos proyectos en Vaca Muerta.
u$s 4 por millón de BTU es el valor que esperan para el gas tras el sendero de precios de Nación.