Elon Musk, fundador y presidente ejecutivo de la automotriz Tesla, predice que más de la mitad de la producción estadounidense de automóviles será eléctrica en 10 años, aunque otros ven la transición a un ritmo más lento.
Para Dana Dwyer, una madre que trabaja en Oracle Corp., un tanque lleno de gasolina al final de su jornada de trabajo es algo que describe con solo tres palabras: “Es la felicidad”.
Dwyer necesita una hora cada mañana para recorrer 32 kilómetros de mucho tránsito en el área de la Bahía de San Francisco a fin de llevar a su hijo a la escuela y llegar ella misma a su trabajo. Por la noche, “una parada más en la estación de gasolina es lo último que quiero hacer”, dijo en una entrevista telefónica.
Esa es música para los oídos de Frank Mycroft, el máximo responsable de Booster, y su competidor Michael Buhr, el presidente ejecutivo de Filld, “startups” de servicios de gasolina a domicilio. Las empresas llevan el combustible a los autos de los clientes estacionados en el trabajo o en sus casas.
Estas compañías enfrentan obstáculos como las tiendas de snaks de las estaciones de servicio, las preocupaciones de seguridad de la comunidad y el aumento de los vehículos eléctricos.
Pero conscientes de que los consumidores estadounidenses cuentan con un tiempo limitado y pagan US$ 255,000 millones al año por combustible para automóviles, los dos empresarios de Silicon Valley dicen que tienen espacio para crecer y están recibiendo el respaldo financiero necesario para demostrarlo.
“Esto no es solo la Uber de la gasolina, se trata de reinventar toda la cadena de suministro”, dijo Mycroft, cuyo servicio Booster es utilizado por Dwyer a través de un contrato con Oracle. “Eliminamos al intermediario y entregamos gasolina directamente a los consumidores”, recortando costos al comprarles a las compañías petroleras.
Booster, que está enfocada en asociarse con grandes compañías, también llena el tanque de vehículos en las instalaciones de Facebook Inc. y PepsiCo Inc. Filld, por su parte, está más centrada en llegar a los consumidores particulares, aunque tiene también a empresas como Volvo y Bentley como clientes corporativos. Ambas “startups” están basadas en Silicon Valley.
El 1 de agosto, Booster anunció que había asegurado US$ 20 millones en financiamiento, elevando su total a US$ 32 millones.
Los inversionistas incluyen Conversion Capital, StartX Fund de la Universidad de Stanford, BADR Investments, Venture Inc., Maveron, Madrona Venture Group, Version One, Perot Jain LP y RRE Ventures, según el comunicado.
Mientras que Filld ha reportado menos de la mitad de esa cifra, su portavoz Shateera Israel dijo que la compañía pronto anunciará fondos adicionales. Sus inversionistas incluyen PivotNorth Capital, Javelin Venture Partners, Lightspeed Venture Partners y Lucas Venture Group.
Estas “startups” compiten por tanques de gasolina vacíos en un momento en que el Model 3s eléctrico de Tesla está empezando a circular por las calles y amenaza con eliminar el uso de la gasolina por completo.
Elon Musk, fundador y presidente ejecutivo de la automotriz, predice que más de la mitad de la producción estadounidense de automóviles será eléctrica en 10 años, aunque otros ven la transición a un ritmo más lento.
Pero Mycroft y Buhr apuestan a que les llevará años a los autos eléctricos afectar de manera sustancial el mercado y están preparando a sus compañías para el caso de que la gasolina deje de ser el combustible de preferencia.
“La forma en que están diseñados nuestros camiones les da flexibilidad respecto del tipo de combustible que entregan”, dijo Buhr. “Puede ser electricidad o hidrógeno”.