“No había otra salida”, sostiene el presidente del directorio de la petrolera, Luis García Rosell, ante críticas sobre la continuidad del proyecto. Su rol en el desarrollo de la actividad petrolera nacional aún es incierto.
En medio de los intentos por reorganizar el gobierno corporativo de Petroperú, tras la salida de su CEO, Luis García Rossell, presidente del directorio, no abandona los planes para reactivar la actividad petrolera nacional que, de paso, sería priorizada por la refinería de Talara. ¿Cómo? Al modernizar el Oleoducto Norperuano e ingresar a la operación del lote 192, en ambos casos, de la mano de socios privados.
En esta segunda y última entrega de una entrevista a García Rosell, se revela que la generación de valor para una inversión de US$5,400 millones aún es incierta.
-El objetivo de la refinería de Talara es que se extraiga más petróleo del país, pero si ello no se da, se importaría el crudo. ¿Cuál es el objetivo de ‘poner en valor’ el petróleo del país?
Esto no es blanco o negro. Primero, Petroperú está cumpliendo la Ley 30130, que declaró de interés nacional la refinería. Segundo, a nivel político, está la pregunta de si la refinería se debió parar o no. En septiembre [del 2016] había US$1,600 millones invertidos, y órdenes de compra por US$500 millones más. Parar Talara implicaba pagar US$2,100 millones en deuda. ¿Quién iba a tomar esa decisión? Mi lectura es que nadie.
Tercero, el componente de negocio. Estamos tratando de que la inversión [en Talara] sea la menor posible. El costo lo sabremos en el cuarto trimestre. En los flujos, lo relevante son los ingresos. Éstos dependen del precio del petróleo y el tipo de cambio. En junio del 2013, cuando se inició el proyecto, el precio del barril estaba US$105, y hoy está en US$47. Tenemos que asumir que el precio se va mantener.
La refinería de Talara no se ha hecho para importar petróleo, eso es relativo. Nuestro interés como empresa y país es desarrollar la actividad petrolera en la Amazonía, y nuestros pozos serán prioridad. Supongamos que no hay reservas en el país. Hay países que no tienen petróleo pero tienen refinerías: Chile y España son dos ejemplos. No pretendo justificar la refinería. Lo que señalo es la realidad de otros países.
-¿Cómo va el cierre del financiamiento?
La inversión es de US$5,400 millones: unos US$1,150 millones son recursos propios y el resto es financiamiento. La empresa había pensado que el costo [de los bonos] sería 6.5% , pero hemos logrado tasas menores. Ahora se vienen US$1,250 millones con garantía del gobierno español que, asumimos, no costará más de 4.1%.
-¿Cuál es la tasa de retorno que finalmente dejaría el proyecto?
Se está considerando una tasa de 7.5%, que toma en cuenta los US$5,400 millones [de inversión] y la proyección futura [de flujos]. Cuando llegamos [a Petroperú], la proyección estaba basada en un precio de petróleo más alto. Lo que dije fue: “pongan el precio vigente, pues prefiero ser conservador”. Estamos tratando de maximizar todo el valor que se puede maximizar.
-¿Puede Talara pasar a ser un proyecto que se hace “porque no hay de otra” a uno que va a servir más allá de nacionalismos?
Pienso que no había otra salida. Varias veces me han preguntado si hubiese invertido en Talara o no. Tendría que considerar varios factores de ese momento, y es especulativo. Lo cierto es que encontramos una situación y estamos tratando de sacarle el máximo valor posible. Políticamente, nadie iba a parar este proyecto. Si el precio del petróleo sube o no, no lo controlamos. Estamos en precios bajos y esperemos que no baje más.
-Petroperú busca operar el lote 192 [exploración y explotación] pese a que Perupetro lo ha descalificado para ello. ¿Por qué la calificación sería distinta al asociarse con Frontera Energy?
Desde una óptica de negocio, la preocupación de Perupetro es que Petroperú no tenga la capacidad operativa y financiera de operar sólo ese lote. Y razón no le falta. Nuestros flujos están comprometidos con la refinería de Talara. La exploración y explotación petrolera es riesgosa y costosa, y no seríamos responsables si vamos solos. En la parte operativa, ¿hace cuántos años de Petroperú no desarrolla esta actividad, 20 o 25 años?
Hemos tenido conversaciones con Frontera Energy por un buen tiempo. Es una empresa que se ha reestructurado y tiene el lote 192 por 18 meses más, y hemos llegado a acuerdos preliminares interesantes [para operar el lote]. Hemos planteando nuestra propuesta de regalías y plan de trabajo. Si lo aprueba Perupetro, faltaría la aprobación de los directorios de las empresas.
-¿Cómo se afectarán las utilidades de Petroperú? Un joint venture implica que compartirán las ganancias…
Para ver cómo funcionará esta asociación, hay que hacer un corte a diciembre del 2020 o enero del 2021, cuando la refinería de Talaraopere. Hasta diciembre del 2020, Frontera hará las inversiones por cuenta nuestra en el porcentaje que nos corresponda [en la asociación], y esa cuenta se irá acumulando. Si esto tiene éxito, Frontera cobrará los beneficios por lo que no hemos invertido.
Si no funciona, no habremos arriesgado. Pero si la situación fuese distinta, estamos viendo mecanismos para no afectar la caja de Petroperú. Ahí veremos si diluir nuestra participación o buscar otro mecanismo. La idea es que no nos afecte en el corto plazo.
-Entrar al upstream era un objetivo del gobierno anterior. ¿Se apunta a esta visión ahora?
El gobierno puede haber querido hacer muchas cosas. Yo tengo que ser responsable. El principal rol de Petroperú es asegurar el abastecimiento de combustible en todo el país. En este directorio creemos que necesitamos un operador con los recursos y expertisepara trabajar en el lote 192.
Éste fue un lote que Perupetro quiso adjudicar hace un tiempo. El proceso quedó desierto y se lo asignó a Frontera. Es lógico que Frontera no haga mayores inversiones si lo va a tener sólo por 18 meses más. Entonces, habrá un declive en la producción de ese lote, y el riesgo que tenemos es no conseguir un operador al mes 18. Para nosotros es importante concretar esto pronto, porque nos dará volumen para mover en el oleoducto.
-¿No estaba previsto el riesgo de no conseguir operador? Parece que Petroperú tiene que entrar al rescate…
Viéndolo como sector, y por la responsabilidad que le corresponde a Petroperú, todos tenemos claridad de que la producción petrolera viene cayendo. Seguir como estamos no tiene sentido. Tengo mucha expectativa de que en la nueva presidencia de Perupetro hay claridad de que su rol es incentivar la actividad de hidrocarburos más que generar regalías.
El MEM ha venido trabajando un proyecto de Ley Orgánica de Hidrocarburos, con plazos largos de operación de lotes y regalías bajas en función al volumen y el precio [del petróleo], lo que incentiva la inversión. Si esto no se da, no podremos hacer la modernización del oleoducto.
-Priorizar la explotación y exploración local depende de un cambio regulatorio. ¿No le parece riesgoso para todo este plan de Petroperú?
El gobierno es consciente de que si no modifica las regalías y los plazos de los lotes, el valor de la Amazonía no saldrá a flote. Si esto se da, como en Colombia, habrá más volumen de petróleo para modernizar el oleoducto y abastecer la refinería con recursos propios.