VICTORIA TERZAGHI
Representan hasta el 30% del costo de terminación de cada pozo. Las canteras nacionales y el transporte son las claves.
Cerca de 3 millones de kilos es la cantidad de arena de fractura que demanda un pozo estándar de la formación estrella de los no convencionales, Vaca Muerta. Un insumo clave que a esta altura dejó a las operadoras sin margen de maniobra a la hora de reducir sus costos.
Si bien en el sector se reconoce que desde el boom de la formación, allá por 2012, a hoy en día el valor de la arena de fractura se redujo cerca de un 70%, en la actualidad, los operadores no vislumbran opciones que permitan reducir más las cifras que demanda el insumo.
Según las estimaciones de la petrolera de bandera nacional YPF, las arenas de fractura representan hasta un 30% del costo de terminación de un pozo hacia el corazón de Vaca Muerta.
El protocolo de la firma indica que por cada etapa de fractura, que se realiza cada 80 a 100 metros, se deben inyectar entre 200 y 250 toneladas del agente sostén. Es decir que para un pozo estándar de 1.500 metros de rama lateral, con no menos de 15 etapas de fracturas, se necesitarán 3.000 toneladas de arena para garantizar el crudo o el gas lleguen a superficie.
Desde la primera ola del shale neuquino el mercado de las arenas tuvo un gran desarrollo y permitió reducir la cantidad de material que se importa a sólo el 10%. El otro 90% proviene, en el caso de YPF, de las canteras radicadas en Entre Ríos y Chubut.
La porción que se sigue importando –fundamentalmente de Estados Unidos, China y Brasil– no es un su mayoría arena en sí, sino finas partículas de cerámica que por su mayor dureza se utilizan en la última etapa de la fractura de un pozo.
La ampliación de la producción local fue uno de los factores que abonó a la reducción del costo de las arenas. El segundo gran achique del costo fue el cambio en la modalidad de transporte, que en un principio se daba exclusivamente en bolsones y paulatinamente está siendo reemplazado por camiones tolvas.
El tercero fueron los mayores controles aplicados a las flotas de transporte que permitieron eficientizar la logística de carga, el verdadero talón de Aquiles del rubro, ya que según se estima tiene una incidencia cercana al 50% en el costo final del producto.
Y finalmente se construyó en el corazón de Vaca Muerta, en Loma Campana, una planta de arena con capacidad no sólo para procesar las necesidades de YPF, sino incluso con la proyección de ser un centro de distribución para otras firmas que perforen la roca madre.
La experiencia acumulada hasta ahora permitió optimizar el uso en cantidad y tipos de arenas, sin embargo los agentes sostén siguen siendo la clave para acceder al shale neuquino, y es allí en donde el margen de maniobra para las operadores se ve ante una encrucijada.
La gran alternativa radica en reemplazar el actual transporte del insumo, que se realiza en camiones, por el transporte ferroviario. Una iniciativa que está a la espera de ser licitada por el ministerio de Transporte de la Nación bajo el programa que se conoce como el Tren a Vaca Muerta. Un plan que de concretarse demorará varios años en empezar a rodar.
15 son las etapas de fractura que en promedio tiene un pozo de 1.500 metros en la formación Vaca Muerta.
200 a 250 son las toneladas de arena que se inyectan en cada una de las etapas de fractura.
90% de las arenas que actualmente se utilizan en la formación son de origen nacional. Provienen de las canteras ubicadas en Entre Ríos y Chubut.