WALTER RÍOS
La empresa negoció en 2006 y compró en 2010 una mina, en la que a partir de 2007 se armó la escombrera.
En 2006, la empresa Glencore firmó un convenio con opción a compra de la mina Valentina I para anexarla al proyecto El Pachón y cuatro años más tarde finalizó el contrato de adquisición. En el mismo se estableció una cláusula que llama poderosamente la atención. El artículo, en la práctica, establece que el comprador conoce la totalidad del terreno y lo que hay en él, por lo que el vendedor queda resguardado de eventuales reclamos futuros.
En la zona de dicha mina, en Calingasta, la compañía chilena Los Pelambres armó parte de su gigantesca escombrera sin ninguna autorización argentina. Por lo tanto, en el Gobierno tienen otro elemento para sospechar que Glencore sabía de la existencia de la montaña de rocas desde hace años, ya que, debido a la citada cláusula, estaría al tanto de lo que compraba y sus condiciones.
Fuentes calificadas relataron dicha operación, la cual aporta un dato más a la embestida del Gobierno, que le achaca responsabilidad a Glencore en permitir que durante años se tiraran toneladas de residuos en el territorio que tiene bajo concesión, que es argentino.
En ese marco, Fiscalía de Estado pidió ayer que la investigación penal contra exdirectivos de la minera chilena por la construcción de la gigantesca escombrera se amplíe a autoridades de la firma Glencore. Los abogados oficiales señalaron que, en base a la ley 24.051, “el dueño o guardián de un residuo peligroso no se exime de responsabilidad por demostrar la culpa de un tercero de quien no debe responder, cuya acción pudo ser evitada con el empleo del debido cuidado y atendiendo a las circunstancias del caso”.
Todo se aceleró por un informe encargado por el juez federal penal Leopoldo Rago Gallo, que señala que la escombrera contamina lagunas cordilleranas, es un foco de generación de drenaje ácido y metales pesados, y que estos últimos podrían afectar los suelos y las napas. El peligro además radica en que las aguas que bajan de la escombrera confluyen en el río Carnicería, uno de los afluentes del San Juan.
Es por eso que los representantes de Fiscalía de Estado le solicitaron al magistrado que le corra vista de la presentación al fiscal federal Francisco Maldonado para que evalúe la ampliación de la investigación a los directivos de Glencore por la eventual comisión de ilícitos.
La situación de la mina Valentina I no es la única, ya que desde el Gobierno habían dicho que en una zona cercana a la escombrera hay una perforación que realizó la empresa que tiene el proyecto de cobre del lado sanjuanino. Según las fuentes, Xstrata Copper (firma que luego adquirió Glencore) firmó en 2006 con un particular un contrato con opción a compra de dicho yacimiento minero. En 2010, la operación se concretó con incorporación de la llamada cláusula de indemnidad ambiental, esto es, que el vendedor queda indemne o a resguardo de cualquier reclamo del comprador y de terceros, ya que el primero tuvo conocimiento de lo que adquirió.
La escombrera justamente comenzó a construirse en suelo calingastino entre 2007 y 2012. De ahí surge la sospecha contra Glencore. La firma recién inició una demanda contra Los Pelambres en 2014 y un año después radicó la denuncia. Además, las fuentes aseguraron que hasta entonces no le habían informado nada a la Policía Minera.
En el sector señalan que Glencore encaró negociaciones con Los Pelambres para vender El Pachón, pero que todo se cayó. Por eso, la sospecha oficial es que ha venido utilizando el tema para sacar un beneficio económico.
En la presentación ante la Justicia Federal, Fiscalía de Estado apunta a ser parte querellante para aportar elementos probatorios y colaborar en la causa. El escrito desarrolla un detalle pormenorizado de normas y conceptos ambientales para sustentar la participación de la provincia y formalizar un pedido clave: el retiro de escombrera. Inclusive, haciendo hincapié en el activismo que puede tener el juez para evitar el paso del tiempo, pidió que los peritos designados elaboren un plan progresivo de ejecución para sacar los residuos.
Pero como dicha movida insumirá tiempo, también plantearon una cautelar para llevar a cabo medidas de precaución y de prevención a fin de resguardar el ambiente. En ese marco, solicitaron la instrumentación urgente de acciones propuestas en sede civil. Y que además se ordene una audiencia con todos los peritos para poner en marcha dicha cautelar.
GUSTAVO MARTÍNEZ PUGA
Son cinco los ejecutivos que estuvieron al frente del proyecto minero ubicado en Calingasta y que no pudieron no saber que los chilenos estaban contaminando.
enían una perforación para hacer tareas mineras en el proyecto El Pachón que estaba justo debajo de una escombrera de rocas y neumáticos gigantes que, puesta en la avenida Ignacio de la Roza, abarcaría desde la plaza 25 de Mayo hasta el Centro Cívico, con una altura equivalente de dos a tres pisos de un edificio. ¿No vieron los mineros de El Pachón esa escombrera de ese tamaño? Como eso es imposible, ahora la Justicia Federal podría investigar también a los denunciantes de la escombrera ilegal que acusaron a los chilenos de Los Pelambres de contaminar la cordillera de los Andes en el lado argentino.
De acuerdo a la denuncia, la escombrera ilegal nació en el 2007 y funcionó, por lo menos, hasta el 2013. Ese año se hizo la denuncia y se supone que, después de la misma, los chilenos de Los Pelambres dejaron de tirar basura minera en Argentina.
En la página oficial del proyecto El Pachón constan los Reportes de Sostenibilidad de las corporaciones que tuvieron a su cargo el emprendimiento.
Allí consta quiénes son los ejecutivos mineros que tuvieron responsabilidad sobre el control del territorio. Es decir, quienes debieron haber visto que estaban tirando escombros en propiedad sanjuanina y no hicieron nada. Eso podría llegar a involucrarlos legalmente como autores de delitos ambientales.
En el reporte del 2007 aparece como responsable de El Pachón Peter Forrestal en el cargo de Gerente General Ejecutivo de Proyectos de Xtrata, mientras que Bob Drabik aparece como Gerente General Proyecto El Pachón.
En el reporte del 2008 sigue figurando Peter Forrestal, pero como Vicepresidente Ejecutivo Evaluación de Proyectos. Y Xavier Ochoa como Gerente General de Xtrata Cooper.
En el reporte del 2009 aparece Xavier L. Ochoa como Gerente General de Xstrata Cooper.
En el reporte del 2010 firma Bob Drabik como Vicepresidente Ejecutivo Desarrollo Proyectos Sudamérica Xtrata Cooper. Y Xavier Ochoa como Gerente General El Pachón.
En el reporte de 2011 Charlie Sartain firma como Presidente Ejecutivo Xtrata Cooper y Xavier L. Ochoa como Gerente General El Pachón.
En el reporte del 2012 Charlie Sartain sigue como Presidente Ejecutivo de Xstrata Cooper y cambia el gerente general de El Pachón: asume José Ossa.
Finalmente, en el reporte del 2013, el último publicado, sólo aparece como autoridad José Ossa, en el cargo de Gerente General del proyecto El Pachón.
En la introducción del Reporte de Sostenibilidad de ese año ya se hace mención a la introducción de Glencore como nuevo dueño de El Pachón.
Ya lo habían hecho trascender en marzo último los mismos ejecutivos de Los Pelambres y Antofagasta Minerals en marzo último, cuando debieron desfilar por el Juzgado Federal, cuando el juez Leopoldo Rago Gallo los imputó y los indagó por delitos ambientales.
En esa oportunidad los ejecutivos mineros chilenos apuntaron a Jorge Gómez. Se trata de un ejecutivo que había trabajado en la mina Los Pelambres en los inicios de la escombrera ilegal y luego se pasó de firma y trabajó para Glencore. Ésta compañía es la que denunció a Los Pelambres.
Ahora el Gobierno de la Provincia le pidió al fiscal de Estado, Jorge Alvo, que represente al Estado Provincial en la causa penal como querellante y amplíe la denuncia contra los ejecutivos de Glencore, la empresa minera dueña del territorio en el que se produjo la contaminación.
El juez federal Rago Gallo podría citar a declarar a los gerentes que tuvieron a cargo el proyecto El Pachón, con la intención de determinar si tuvieron o no responsabilidad en la formación de una escombrera minera que demandará cientos de millones de dólares y años en ser removida.
Sólo hay especulaciones sobre por qué los dueños de El Pachón no denunciaron. Una es por la posibilidad de que los chilenos de Los Pelambres compraran El Pachón. Otra es que habrían especulado con la demanda civil millonaria por el uso de la tierra y la contaminación.
Según la página oficial de El Pachón, en 2006, Xstrata adquirió Falconbridge. Tras la fusión el proyecto El Pachón pasó a formar parte del pack de proyectos de la compañía Xstrata Copper.
Durante esa nueva etapa “se realizan las mayores campañas de perforación en la historia del proyecto junto con el desarrollo de estudios adicionales en temas de ingeniería, minería, procesamiento, infraestructura y medio ambiente, desarrollados ahora bajo los rigurosos estándares de Xstrata Copper”, dice la historia oficial de El Pachón.
En mayo de 2013 el proyecto El Pachón volvió a cambiar de dueños y pasó a formar parte de Glencore.
Se trata de una compañía que se define como “líder a nivel mundial en producción y comercialización integrada de commodities, considerando, metales, minerales, energía y productos agrícolas”.
Glencore es el cuarto productor de cobre a nivel global y uno de los mayores productores de cobre fundido, refinado y reciclado, incluyendo materiales de terceros. Ellos son los últimos dueños de El Pachón.
