VIVIANA PASTOR
Si los nacidos en la Estancia Guañizuil, como Delfín Muñoz, recuerdan cuando fue la última vez que se hizo sidra en la bodega construida por Federico Cantoni en los años '30. Pero ese histórico establecimiento mantiene sus paredes y sus piletas en pie y muy pronto podría volver a producir la sidra más rica del país, en Iglesia, a unos 190 kilómetros de la Ciudad de San Juan.
La enorme nave de la bodega de unos 50 x 20 metros, permanece como testigo de un pasado glorioso en la estancia Guañizuil, cuando Cantoni había convertido a ese oasis cordillerano en el polo productivo agrícola-ganadero más importante del norte sanjuanino.
De pie junto a esa mole, impresionaba la altura de la puerta principal, y ubicada a poco más de un metro del piso. Eso responde a la metodología de trabajo de la época, las manzanas llegaban en carretas y ese era el alto para una descarga cómoda. El techo de caña está roto en gran parte, pero las paredes se mantienen intactas, al igual que las enormes puertas de hierro y las piletas de cemento donde se guardaban los caldos. En una de ellas puede leerse la última fecha de uso: 20/5/43.
En el interior, aún se conservan máquinas de la última actividad que se desarrolló dentro de ese edifico, la carpintería. Pero los planes para volver a darle el uso que le dio Cantoni son prometedores.
"Estamos empezando a desarrollar con el Ministerio de Minería y el Ministerio de Producción, la posibilidad de recuperar la actividad de la manzana y la producción de sidra en la antigua bodega de Cantoni, eso significa recuperar el edificio y ponerlo en funcionamiento de nuevo", contó Alberto Grau, propietario de la Estancia Guañizuil.
El empresario explicó que la tarea es reciente y aún no se han definido el monto de inversión necesaria. "Se está trabajando ahora en definir los costos y los fondos necesarios podrían provenir de los que Minería está destinando a la producción. La idea es formar grupos asociativos con los productores y procesar toda la manzana en Guañizuil", aseguró Grau.
La meta es producir no solo sidra, sino también otros derivados de la manzana como calvados (licor de alta graduación) y pelets deshidratados con el corazón de la fruta y sus semillas, para alimento de ganado. "Queremos recuperar la tradición de la manzana en Iglesia, donde se celebra la Fiesta de la Semilla y la Manzana . Y recuperar también esa producción. De casi 1.000 hectáreas que había en algún momento de manzana en todo el departamento, quedarán unas 500 hectáreas de árboles muy abandonados, de más de 80 años. Guañizuil tenía unas 5 hectáreas, pero procesaba la fruta de todo el departamento y se producían unos 100.000 litros de jugo de manzana", dijo.
Según el último relevamiento agrícola realizado por Hidráulica (2006/2007), en Iglesia había 170 hectáreas de manzana, la mitad de lo quedaba cultivado en Calingasta. Sin embargo, en el primer Censo Agrícola de la Provincia, realizado en 1934, se dejó asentado que Iglesia era el principal productor de manzanas de la provincia con 47.740 "plantas". Por entonces había 435 hectáreas en todo San Juan.
"Hoy, una sola finca en Iglesia tiene 300 de manzanos que exportaba todo, pero ya no exportan nada", aseguró Grau.
Agregó que la expectativa de reciclar la histórica bodega y sus piletas, "es grande". "Hay buena predisposición desde los ministerios para recuperar esa actividad en el departamento", destacó.
Delfín Muñoz nació en Los Horcones, dentro de la estancia Guañizuil. Su papá trabajó para los Cantoni cuando funcionaba el aserradero. "Yo vine a esta escuela cuando era niño", dijo mientras señalaba la casa donde vive. El es el encargado de la estancia.
"Cuando yo era chico ya no funcionaba la bodega. Mi padre sí los conoció a los Cantoni pero no tenia anécdotas muy buenas. Yo llevo 35 años trabajando acá con don Alberto (Grau padre) primero como empleado y ahora como encargado. Tengo hijos y nietos pero acá vivo con un hijo que es el que trabaja conmigo", contó Delfín con pocas palabras y ganas de terminar la entrevista.
De concretarse este proyecto, sus ojos podrían volver a ver lo que sus padres y abuelos vieron hace 80 años, la bodega produciendo sidra de nuevo.
