El presidente argentino atrae la inversión extranjera con la supresión de barreras a los tipos de cambio y aportando mayor flexibilidad en la concesión de licencias a la importación.
En diciembre de 2015 se ponía fin a un lustro repleto de obstáculos para las compañías españolas que querían invertir en el país del Río de la Plata. Mauricio Macri sustituía en la presidencia de Argentina a Cristina Fernández, que, en 2012, tras la nacionalización de YPF y la denuncia del tratado de doble imposición entre ambos países, había protagonizado varios encontronazos tanto con grandes compañías asentadas en suelo sudamericano, como con el Gobierno español. Desde ese momento, EEUU ocupó el lugar de privilegio que España ostentaba como el primer Estado inversor en Argentina y el flujo monetario hacia el país se redujo notablemente.
Sin embargo, las reformas acometidas por el nuevo inquilino de la Casa Rosada han conseguido que las empresas españolas renueven su interés por asentarse en Argentina. "Especialmente importante es la supresión de muchos aranceles y de barreras a las exportación", señalan desde Cesce, firma de gestión de crédito. A diferencia de la política aplicada por la presidenta kirchnerista, Macri ha emprendido reformas para eliminar las trabas en uno de los países más proteccionistas del mundo.
En este sentido, destaca el levantamiento de los controles de cambio para fomentar la transferencia de divisas y beneficiar la entrada de moneda extranjera en el país. En cuanto a la supresión de barreras al comercio exterior, destaca la progresiva eliminación de aranceles a distintas categorías de productos, "como la oficializada por el Gobierno el pasado febrero, que afecta a la entrada de productos electrónicos", añaden desde Cesce.
Asimismo, otra medida destinada a atraer la inversión es la reforma del sistema de licencias a la importación. Esta iniciativa se relaciona con diferentes planes anunciados por el Ejecutivo de Macri, todos vinculados a sectores considerados prioritarios para Argentina, como la energía -con especial hincapié en las renovables-, infraestructuras y comunicaciones, "lo que ofrece una amplia gama de oportunidades para las pymes españolas subcontratistas", comentan fuentes de Cesce. Estas políticas, junto con las que tratan de dotar al país de un marco jurídico seguro para los negocios, convierten en una oportunidad interesante pujar por distintos concursos públicos.
Por su situación en la región, Argentina se presenta como un buen destino para la compañía que quiera hacer negocios en Sudamérica. Por un lado, el país forma parte de Mercosur, lo que genera ventajas comerciales con algunos mercados vecinos tan destacados como el brasileño o el uruguayo. Además, España está impulsando la firma del tratado de libre comercio que se está negociando entre la UE y Mercosur.
Por otro lado, en diciembre de este año, Buenos Aires será la sede de la próxima conferencia de ministros de la Organización Mundial del Comercio. Una cita que, junto a la presidencia del G20 que asumirá Argentina en 2018, pondrá en el foco del mercado al país sudamericano.
El alto grado en el desarrollo de talento digital, junto a la cercanía con otros mercados sudamericanos, como el brasileño, fue lo que condujo a Bandit hasta Argentina a finales de 2015. "El mayor desafío fue armar el equipo e implementar nuestro modelo de negocio", señala Jorge Araujo, cofundador de una pyme que, con su plataforma, vincula ofertas de empresas con los perfiles que mejor se adaptan al puesto. Su desembarco en el país coincidió con la llegada a la presidencia de la nación de Mauricio Macri, del que valoran que haya clarificado las reglas de juego para los negocios. "Con Macri, Argentina vuelve a la agenda global, algo muy importante para las empresas," concluye el directivo.